Hijo de pescador, trabajó para mantener a 13 hermanos y se recibió de profesor

Su madre murió cuando él, tenía 11 años. Hace tres años, falleció su padre, pescador en Santa Elena. Desde entonces, trabajaba para mantener a sus hermanos y estudiaba Educación Física. «Con esfuerzo todo es posible», dijo.

Hijo de pescador, con trece hermanos, se recibió de profesor de Educación Física y lo celebró en familia. Manifestó que extraña a sus padres fallecidos y dejó un conmovedor mensaje.

«Finalmente llegó el día, el día que culminó una etapa muy importante de mi vida, etapa que con idas y vueltas pudimos superar. ¡Me recibí de profesor de educación física! Con esfuerzo todo es posible, quiero agradecer a todos los que fueron parte de este camino, la familia, los amigos, compañeros y profesores», escribió en su perfil personal de Facebook el flamante profesor.

De Santa Elena, Agustín Miguel Martínez se recibió este lunes 14 de diciembre de Profesor de Educación Física en el Instituto de Educación Superior Santa Elena (I.E.S.S.E.), vive en Barrio Belgrano, y desde temprana edad fue un estudiante destacado a pesar que atravesó por situaciones de vida irreparables, publicó InfoSantaelena.

Su madre partió a los 47 años, cuando él tenía 11; posteriormente siguió su padre falleciendo hace tres años, era un humilde trabajador del río, fue un gran pescador; lo apodaban «Caballo» «Don Carlos» o simplemente Carlitos, un vecino querido y recordado; su muerte fue de repercusión ya que dejaba a 14 hijos; entre ellos estaba Agustín Martínez quien trabajaba y estudiaba para que nada faltase, entre hermanos se abrazaron y salieron a flote; actualmente viven en una casa precaria; con preocupantes problemas edilicios, en lluvias intensas suele inundarse perdiendo absolutamente todo.

Pero nada era imposible para este soñador, quién se sentaba afuera de su amada ex escuela Juan Baustista Azopardo sábado y domingo con su Conectar Igualdad para obtener señal WiFi, y así terminara a tiempo sus trabajos prácticos, consagrándose como abanderado y alumno con las mejores notas; luego de culminar los estudios secundarios decidió empezar profesorado de educación física y después de un arduo esfuerzo, entre tormentas y mareas en contra llegó a cumplir su meta; en ese momento salió un sol y el rio se calmó, aquella madre, aquel padre que se crió en una ranchada bordeando un zanjón, atravesando el afamado Puente Pesoa festejaban en su alto con la mejor música Carnestolenda.

«Se me vino tantas cosas a la cabeza, aun no caigo; es un sueño veo a mis hermanos sobrinos y me siento feliz, extrañando a mis padres en este abrazo de festejo, pero la vida es así no siempre podemos tener todo, debemos seguir con lo que tenemos y podemos», expresó Agustín emocionado y recordando a su familia.

«Me seguiré perfeccionando, haré cursos hasta que pueda conseguir horas en algún colegio de la zona, mientras tanto disfruto todo esto que aún no creo, pasó el tiempo en un abrir y cerrar, pero había días que parecía en cámara lenta, pasamos necesidades es verdad, pasamos por situaciones horribles pero jamás me rendí y aquí estoy. Por eso, ojalá que esto sirva para alguien y camine hacia sus metas; es lo único que importa y nos espera al final aunque parezca eterno o lejano», cerró Martínez afuera de su hogar, reunido con familia, amigos y vecinos que no paraban de llegar para saludarlo, sin dudas son estas historia que motivan a escribir y compartir con ustedes, lejos de romantizar la pobreza; sino acompañar sueños imposibles hechos realidad desde la nada misma.

FUENTE: Infosantaelena



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