Abondanzieri, Ponzio y Werner, tres grandes del deporte dieron cátedra en el Congreso de Maíz

Cuando los ídolos hablan, las personas de a pie escuchan. Cautiva el magnetismo de sus figuras y conocer cómo piensan aquellos que alimentan pasiones en millones de argentinos se constituye en una necesidad. Argumentada tal cosa, hay que decir que fue un golazo e hizo podio la decisión de sumar al Roberto “Pato” Abondanzieri, Leonardo “Leo” Ponzio y Mariano Werner a la grilla de disertantes del Congreso Internacional de Maíz.

Hablaron del campo, de sus vínculos con la ruralidad y mucho acerca de cómo ven a la sociedad, sus deberes y obligaciones. Determinar que los trofeos deportivos los colocaron en un lugar de privilegio sin que pierdan la conciencia social sugiere que hay futuro.

Vayan de muestra algunas definiciones ofrecidas en Paraná, -durante la tardecita de este martes-, a un auditorio integrado por agricultores, dirigentes del sector y profesionales; pero todos apasionados del fútbol y el automovilismo.

“Tenemos que ser realistas y cuando pedimos reglas claras, saber que también hay que cumplirlas” tiró Ponzio como un centro al área chica que él mismo paró de pecho: “Cuando uno escucha que se piden reglas claras yo creo que empiezan por el respeto al médico, al maestro, al policía que cumplen con su deber. Está claro que ellos han perdido su lugar, y lo deben recuperar. Así, me parece, se construye una sociedad sana y podremos tener y demandar reglas claras en todos los ámbitos, por ejemplo, al gobierno. Cuando salimos del país cumplimos las reglas, pero acá está la sensación de que vale todo. Y así es muy difícil”.

Segundos más tarde, el ahora productor santafesino con base en el pueblo de Las Rosas, afirmó: “Con el Pato somos ídolos por lo que hicimos en el fútbol, y de repente no representamos lo mismo como personas…Es así, hay que comprometerse en la comunidad. Tenemos que ser realistas sobre lo que vivimos en el día a día, nos tiene que doler más que en el alma que haya chicos, personas, con hambre, que no comen en la Argentina. Por ellos tenemos que mirar más allá. Ellos también necesitan reglas claras”.

El Pato agarró esa pelota y con seguridad cerró la línea de pensamiento que los vincula: “Conozco mucha gente que estudió acá y los veo en España trabajando en un bar. Me duele que tengamos la oportunidad de hacer cosas importantes y la dejamos pasar, necesitamos creer. Hay que darles la posibilidad a los chicos de que hagan lo que les gusta. Hay que intentarlo”.

El también contratista desde su lugar en el mundo, Bouquet, en Santa Fe, se amarró a su propia historia para marcar el camino: “Le metí muchísimo al campo; a los fierros que me apasionan; todas mis inversiones están en la Argentina. Creo que hay mucho dinero en el país y sería positivo que todos los que tienen plata guardada puedan sacarla e invertir, para eso también tiene que haber previsibilidad. Yo tengo fe que va a suceder”.

También se hizo espacio para aportar una opción complementaria y definió: “No veo mal, al contrario, copiar a los vecinos cosas que hacen bien. Lo digo a nivel productor, pero también a nivel país. Tenemos una riqueza enorme, a mí me encanta aprender”. Y Ponzio cerró la idea al subrayar que “en Brasil y Uruguay cambian los gobiernos, pero el campo sigue funcionando, está todo más claro. Acá tenemos que hacer así”.

“Con Leo tenemos diferencias, él es de River, yo de Boca, pero los dos amamos el campo. Debo decir que ha cambiado el cómo nos veían a los del campo, hoy, con mis 50 años y al frente de algo importante como una actividad agropecuaria, veo que nos observan diferente Se entiende que el campo es una fuente importantísima para el país, falta que lo entiendan todos y cuando estemos todos alineados vamos a tener un país productivo impresionante y podremos salir de esa pobreza dolorosa que bien describió Leo y nos deja sin palabras”.

Entre tanto ir y venir, Werner metió un rebaje e intervino con una entrada a fondo a base de pragmatismo puro: “Del campo conozco bastante poco, pero vivo de los sponsors, mi actividad depende 100% de ellos y necesito que a ellos les vaya bien para progresar en el automovilismo. Además, respeto muchísimo a esa multitud de personas que van a las carreras y que llegan desde el campo; con ellos comparto mucho tiempo y nos une la pasión por los fierros”.



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