A dos meses del cierre de la última fábrica de asientos para bicicletas del país, el Gobierno facilitará la llegada de productos extranjeros.
El Gobierno derogará los reglamentos técnicos de bicicletas y de cámaras y cubiertas de bicicletas para favorecer la importación. Lo hará a través de una resolución de la Secretaría de Comercio que será publicada en los próximos días en el Boletín Oficial, con el argumento de que se busca introducir competencia en el mercado. La medida afectará la producción local en un momento crítico para el sector, con cierres de empresas y despidos.
La Secretaría de Comercio repetirá con el rubro bicicletas lo que hizo con el rubro libros en junio pasado, eliminando reglamentos técnicos y facilitando la importación. «Estamos convencidos de que estas herramientas son las que se usan en el mundo desarrollado con el fin de regular el comercio internacional; y no se trata de un mero régimen proteccionista, sino de comerciar con las mismas reglas de juego», se quejó en aquel caso el presidente de la Federación de la Industria Gráfica Argentina (Faiga), Juan Carlos Sacco.
Frente a ello, el Gobierno sostiene que el objetivo es introducir competencia y bajar los precios a los consumidores, aunque no toma ninguna medida para respaldar la producción nacional y en consecuencia empiezan a caer las empresas. En el caso de las bicicletas, la apertura se produce cuando fábricas emblemáticas están bajando las persianas.
Por ejemplo, la fábrica El Miguelito, a las afueras de Rosario, que cerró hace dos meses por la crisis económica. Era la última fábrica de asientos para bicicletas del país, con 65 años de trayectoria. En Santa Fe también hubo veinte despidos en una empresa que producía cámaras para bicicletas y ciclomotores, cuyo dueño, Lucas Virgili, advertía recientemente sobre el peligro de cierre al no repuntar el consumo.
«Las bicicletas en Argentina son las segundas más caras en una comparativa con nueve países con PBI per cápita medio-alto», indicaron, en cambio, desde la Secretaría de Comercio. La dependencia a cargo de Pablo Levigne se enfocó en que «hasta ahora, para importar bicicletas las empresas debían enviar al exterior a un certificador autorizado a la planta de origen una vez por año».
«También debían importar una muestra para ensayar en un laboratorio argentino, lo que implicaba altos costos y demoras innecesarias. Los fabricantes locales también debían ensayar en planta y el producto», añadió
«Estas trabas burocráticas, eliminadas por la Resolución 274/2024, funcionaban como barreras a la libre competencia y produjeron que las bicicletas sean más costosas en Argentina que en el mercado internacional», afirmó la Secretaría.
En una com.parativa con nueve países (Inglaterra, España, México, Uruguay, Estados Unidos, Francia, Brasil y Chile), Argentina es el segundo país con bicicletas más caras.
Por ejemplo, el modelo Mountain Bike rodado 29 cuesta en Argentina 549.000 pesos mientras que en Francia, 261.485, y en Estados Unidos, 244.333 (convertido a pesos argentinos).
De 37 países de América Latina y el Caribe, Argentina es el cuarto país que importa menos bicicletas por persona. En los últimos años -en promedio- la cantidad de bicicletas importadas ha oscilado cerca del 10 por ciento del consumo total.
Por otra parte, se aclaró que «la responsabilidad sobre la calidad y seguridad de los productos es de los comercializadores, de acuerdo a lo que estipula la Ley de Defensa del Consumidor, que resguarda los derechos de los compradores».
También se eliminó la normativa de las cámaras y cubiertas de bicicletas, que tenían un control extremo que aumentaba su costo. Entre otros ítems, debía certificarse la planta en origen y/ o el ensayo sobre productos mediante el envío de muestras. En estos casos, los reglamentos técnicos que establecen requisitos obligatorios a algunos productos, funcionaban como barreras al comercio y por eso han sido derogados.
Fuente: Página 12