Organizado por el Instituto de Control de Alimentación y Bromatología del gobierno de Entre Ríos (ICAB), se desarrollará el primer Congreso de Alimentos de la Agricultura Familiar y la Economía Social (Calafes) este 3 y 4 de octubre en el Centro Provincial de Convenciones.
Este evento que busca poner en debate cuestiones trascendentes sobre normativa, calidad y soberanía alimentaria asociadas a la producción de alimentos de la agricultura familiar y la economía social, es coordinado por el Instituto de Control de Alimentación Bromatología de Entre Ríos (ICAB) y coorganizado con la Vicegobernación de Entre Ríos; la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (Sagyp); el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa); el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); el Instituto Nacional de Alimentos (INAL-Anmat); el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Inafci); la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Entre Ríos; el Ministerio de Salud de la Provincia de Entre Ríos y el Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos (Ipcymer).
Las inscripciones para participar de este primer Congreso se pueden realizar de forma virtual a través del sitio web de Calafes: www.congresodealimentos.com Como también conocer el cronograma de actividades y los disertantes y moderadores.
Sobre Calafes
Las economías regionales de nuestro país suelen tener en la producción de la Agricultura Familiar (AF) un importante componente. Esta característica, que no sólo predomina en las provincias poco industrializadas, nos obliga a conformar ámbitos de discusión y consenso para otorgarle a este sector la formalidad y relevancia que necesita y merece.
La escasez y atomización de las normativas que rigen este tipo de producción es una de las murallas más notorias para el desarrollo de la AF, puesto que la recluyen en el rincón de la informalidad. Esta exclusión disfrazada de falsa inocuidad trae como lógica consecuencia la profundización de la problemática de nuestros pequeños productores de alimentos.
Por otro lado, es necesario que productores, consumidores y el propio estado profundicen los debates respecto a definiciones frente a la concentración desmedida del mercado de alimentos, y ante ese panorama la Agricultura Familiar y la Economía Social quedan lamentablemente alejadas de la posibilidad de incidir en variables relacionadas con la accesibilidad de los alimentos.
También será útil discurrir sobre una conceptualización más sanitaria, porque se hace muy necesario consensuar y establecer la importancia de parámetros ambientales y nutricionales para la producción de alimentos, siendo los de la Agricultura Familiar los que suelen caracterizarse por lograr mayores grados de calidad que sus pares con procesos industriales más complejos.