Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera han aumentado fuertemente a un nuevo pico este año, a pesar del impacto de los efectos globales de la crisis del coronavirus.
La concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó 417.2 partes por millón en mayo, 2.4ppm más que el pico de 414.8ppm en 2019, según las lecturas del observatorio Mauna Loa en los EE. UU.
Sin bloqueos en todo el mundo destinados a frenar la propagación de Covid-19, el aumento podría haber alcanzado 2.8ppm, según Ralph Keeling, profesor de la Institución de Oceanografía Scripps . Dijo que era probable que hubieran desempeñado un papel pequeño, pero que la diferencia era demasiado pequeña para mostrarse frente a otros factores que causan fluctuaciones de año a año.
“La gente puede sorprenderse al escuchar que la respuesta al brote de coronavirus no ha hecho más para influir en los niveles de CO2″, dijo. “Pero la acumulación de CO2 es un poco como la basura en un vertedero. A medida que seguimos emitiendo, se sigue acumulando. La crisis ha ralentizado las emisiones, pero no lo suficiente como para aparecer perceptiblemente en Mauna Loa. Lo que importará mucho más es la trayectoria que tomamos al salir de esta situación”.
Las emisiones diarias de dióxido de carbono disminuyeron en un promedio de alrededor del 17% en todo el mundo a principios de abril, según un estudio exhaustivo del mes pasado. Sin embargo, a medida que se reducen los bloqueos, es probable que la caída de las emisiones para el año en general solo sea entre 4% y 7% en comparación con 2019. Eso no hará una diferencia apreciable en la capacidad del mundo para cumplir los objetivos del acuerdo de París, y mantener el calentamiento global por debajo del umbral de 2C que los científicos dicen que es necesario para evitar efectos catastróficos.
Si las reducciones de emisiones del 20% al 30% se mantuvieran durante seis a 12 meses, entonces la tasa de aumento de CO2 medida en Mauna Loa se ralentizaría, según los científicos de Scripps.
El aumento de este año es ligeramente más débil que el del año pasado, pero coincide con el aumento anual promedio de la última década. La cantidad de carbono fluctúa en función de diversos factores, incluidos los efectos del sistema meteorológico de El Niño en el Pacífico.
El dióxido de carbono tiende a alcanzar su punto máximo cada año a fines de mayo, cuando los impactos de la primavera del hemisferio norte aún no tienen efecto, por lo que los datos del mes se comparan de año en año. Las mediciones se han tomado continuamente en el remoto observatorio Mauna Loa en Hawai desde 1958, proporcionando información vital para los científicos del clima.
Los últimos datos provienen de científicos de Scripps de la Universidad de California en San Diego y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. Descubrieron que los niveles de CO2 en la atmósfera aumentaron por primera vez por encima de las 400 ppm en 2014. La tasa anual de crecimiento de las emisiones se ha acelerado.
En la década de 1960, el crecimiento anual promedió alrededor de 0.8ppm, se duplicó a 1.6ppm al año en la década de 1980 y se mantuvo estable en 1.5ppm en la década de 1990. La tasa de crecimiento promedio aumentó a aproximadamente 2.0ppm al año en la década de 2000, y ha aumentado aún más a aproximadamente 2.4ppm durante la última década.
Los activistas ambientales dijeron que el aumento continuo de las emisiones mostró cuán urgentemente se necesitaba una recuperación verde de la crisis de Covid-19.
John Sauven, el director ejecutivo de Greenpeace Reino Unido, pidió al gobierno británico que haga más como anfitriones de las próximas conversaciones sobre el clima de la ONU, Cop26, ahora pospuesto hasta 2021. “Solo unos pocos meses de bajas emisiones probablemente no afectarían los cientos de miles de millones de toneladas de carbono que se han acumulado durante más de un siglo y medio de la quema de combustibles fósiles”, dijo.
“Es por eso que la caída en las emisiones causadas por la pandemia seguirá siendo solo un problema, a menos que los gobiernos se tomen en serio la construcción de un mundo más limpio, saludable y seguro”.
Muna Suleiman, activista de Friends of the Earth, dijo: “Está claro que el colapso climático no es una idea distante, está aquí ahora, y tenemos que tratarlo como si fuera una emergencia”.
FUENTE: Eco Portal
