Pasó por Gualeguaychú el Héroe de Malvinas que cabalga hasta Yapeyú

“Nuestra Patria se forjó y se hizo a caballo”, sostuvo el veterano de guerra. Por eso inició un “tributo de ir a caballo hasta Yapeyú, Corrientes, a la cuna del Libertador”, en una travesía que nunca pensó que iba a tomar tanta relevancia.

Carlos Montiel es veterano, radioaficionado y «sanmartiniano», como él mismo se define. Salió desde la localidad bonaerense de General Rodríguez a lomo de caballo el 17 de agosto. Lleva dos ejemplares equinos mestizos, con destino a Yapeyú, ciudad correntina, donde nació el General San Martín.

El lunes llegó a Gualeguaychú a las 3 de la tarde, donde fue recibido por efectivos del Ejército Argentino (Regimiento de Caballería de Exploración 12 Dragones Coronel Zelaya), y del Radio Club Gualeguaychú en las personas de Pedro Brantes, Nadia Vilaboa, Víctor Olano, Santiago Delfino Vilaboa y Miguel Martínez. En la unidad militar recibió apoyo logístico para luego continuar viaje con sus compañeros, Pampa y Sombra, dos mestizos.

Montiel dijo que es “’sanmartiniano’ hasta la médula, ‘belgraniano’ y ‘güemesiano’, y que alguien que respeta mucho a los que lucharon por nuestra independencia a caballo”. “Nuestra Patria se forjó y se hizo a caballo”, sostuvo. Por eso “este tributo que hago de ir a caballo hasta Yapeyú, Corrientes, a la cuna del Libertador, en una travesía que nunca pensé que iba a tomar tanta dimensión”.

Realiza en promedio unos “45 kilómetros por día con dos caballos, aunque exigiéndolos se pueden hacer hasta 60, pero la idea es ir tranquilos y parando bastante, no porque quisiera hacerlo, sino porque la gente me para. Todos quieren saber el motivo del viaje, si necesito algo. Entre Ríos tiene gente muy generosa. Me han ofrecido de todo, inclusive hasta caballos para la travesía”.

Los caballos de Carlos

Lleva uno ensillado, el que monta, y otro como carguero o pilchero con maletas que contienen lo que necesita, que es mínimo, como ropa, alimentos y el equipo de mate que siempre lo acompaña.

Duerme sobre el recado. Tira el cojinillo abajo y cuenta con tres mantas para taparse. Carlos recordó que venía “tranqueando bien, pero no encontraba agua, hasta que subo un puente y veo que abajo se encontraba un arroyo. Bajé, até las riendas del caballo que venía montado, mientras que el otro quedó agarrado de las asideras. Me retiré unos metros, pero se metieron al curso del agua hasta la panza. Se mojaron los dos y todo lo que traían encima. Recados, pilchas y como estaban acollarados tuve que meterme al agua para sacarlos. Esa noche no dormí. Me puse el poncho resero y pasé toda la noche cepillando los caballos, tratando de moverme para superar las bajas temperaturas y el frío”.

Un patriota en la Guerra de Malvinas

Montiel formó parte del Ejército Argentino, fuerza con la cual participó en el conflicto del Atlántico Sur. “Fui a Malvinas con el Comando de la Brigada de Infantería Tres de Curuzú Cuatía (Corrientes) y estando en las Islas me incorporé al RI 12 DE Mercedes (Corrientes), donde participé de la batalla de Darwin y Pradera del Ganso”.

Tuvo a su cargo a dos enfermeros. Uno de ellos de apellido Sandoval y el otro Adán Pereyra que “se retiró del Ejercito en el regimiento de Gualeguaychú, suboficial que tuvo la gratificación que, a más de 35 años de la guerra, recuperara el casco que había utilizado en el conflicto, tras haber sido devuelto por un soldado inglés. Tuve el honor de estar en el Hospital Militar Central en una ceremonia de la cual formé parte”, destacó.

Señaló que “Malvinas fue una gesta de recuperación de un territorio que hacía 149 años que estaba usurpado y en manos de una potencia extranjera, independientemente de quien gobernaba nuestro país”.

“Por ley y derecho nos correspondía recuperar algo que por la fuerza nos usurparon. Por 74 días fueron nuestras, restituyéndolas al seno de la Patria, pero una nueva invasión británica puso fin a nuestro gobierno sobre las islas, lo cual no significa que continuemos con la lucha y reclamos por un territorio que nos pertenece a los argentinos”.

Además, resaltó que tenemos que “mirar a las Malvinas como una parte del territorio nacional y para tener una idea más grosera de esto, Argentina limita con Brasil, Uruguay, Chile, Bolivia, Paraguay y con el Reino Unido”.

Contó que en General Rodríguez creó una biblioteca popular que se llama “Puerto Argentino Malvinas que cuenta con 1600 libros que abarcan todas las áreas del conocimiento de Malvinas, además de una muestra bibliográfica itinerante que se llama “Pensar Malvinas en tierra patria”, donde expongo, no solo el material bibliográfico, también temáticas relacionadas con Malvinas como la filatelia, numismática, uniformes argentinos y británicos”. Sostuvo que toda guerra “genera mitos y los mismos cobran más fuerza que la realidad”.

Sobre el soldado ingles “dijo que hicieron lo que tenían que hacer, al igual que nosotros. Ellos vinieron con órdenes de recuperar un territorio y lo hicieron, mientras que los argentinos teníamos la orden de defenderlo. El soldado ingles no es mi enemigo, aunque el Reino Unido de Gran Bretaña debe entender que tiene que poner fin, para siempre, al colonialismo en el Atlántico Sur”.

Carlos recordó que perdió 642 amigos: “Cada uno de los caídos era mi hermano en la guerra, y ahora 400 veteranos de guerra que fallecieron por la pandemia. Hombres de 58/59 años y algunos mayores”.

Actualmente, el veterano tiene un programa de radio con dos años en el aire, que se llama “Malvinas, tierra querida”, un programa de dos horas con temas relacionados a las islas.

Destino a Yapeyú

La intención fue siempre la de conocer el templete: la casa natal del “Padre de la Patria”. Carlos sostuvo que lleva tierra de su General Rodríguez, más precisamente del General Martín Rodríguez que en su momento como gobernador de las provincias unidas del Río de La Plata, fue quien en 1829 decretó y firmó la gobernación de Luís Vernet en las Islas Malvinas.

“Regresaré con tierra de Yapeyú para mi ciudad”, contó el veterano de guerra y dijo que una de las metas en es la de “acompañar el cambio de guardia unos 20 o 30 metros, a caballo, detrás de los Granaderos”. (ElDía)



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