Familiares, amigos y allegados de Jésica y Damián Cancio Bupo, los hermanos que fallecieron atropellados en un choque por un colectivo en el Acceso Sur de Paraná el domingo 12 de marzo, pintaron una estrella amarilla en Avenida de las Américas y Lisandro de la Torre, como un reclamo de Justicia por las víctimas. Esperan «una pena ejemplar» para el chofer, y aseguran que la tragedia era evitable.
El siniestro vial sucedió domingo 12 de marzo a las 6 de la mañana, cuando los hermanos Jésica y Damián Cancio Bupo transitaban en un Megane por calle Lisandro de la Torre y al doblar para tomar Avenida de las Américas fueron chocados por un colectivo de la empresa Ersa (Línea 6), que circulaba sin pasajeros y cruzó el semáforo de dicha esquina en rojo. El hecho está bajo investigación del fiscal Mariano Budasoff.
Gabriel, pareja de Jésica, habló con UNO mientras se realizaba la pintada de la estrella, el símbolo de la memoria para las víctimas de los siniestros viales. «Esperamos que se haga Justicia», expresó y afirmó que el hecho «podría haber evitado si había controles, pero nadie controla nada. Queremos que se controlen los colectivos».
El joven exigió «que haya una pena ejemplar» para el colectivero, «porque mató dos personas» y manifestó el descontento de la familia de las víctimas con la medida judicial que aplicó al chofer prisión domiciliaria por 30 días. «Es una burla a la familia, debería estar en la cárcel», expresó.
Gabriel consideró que el conductor responsable por las muertes «no es un civil cualquiera. Tienen una licencia profesional». Y añadió que aún esperan resultados de los estudios forenses tras la tragedia que confirmen si el trabajador del volante estaba en condiciones de manejar. «Se hicieron las pericias pero hasta el momento no podemos saber si estaba alcoholizado o no», informó.
«No fue un accidente»
La pareja de la joven fallecida advirtió que la tragedia «no fue un accidente, fue negligencia del chofer» y reveló que «hay testigos que lo vieron venir haciendo zig-zag, ‘a lo que daba’ y pasando semáforos desde avenida Ramírez y Américas», es decir a cientos de metros de donde ocurrió el choque.
Finalmente, consultado sobre cómo están transitando este traumático momento, valoró: contamos con apoyo de mucha gente, pero no asistencia ni del Estado ni de la empresa, que no se hizo cargo de nada».
Medidas
El chofer de la línea 6 que protagonizó el fatal siniestro vial cumple arresto preventivo en su casa, tras un acuerdo entre fiscalía y la defensa del imputado, acusado del delito de Homicidio Culposo Agravado por la conducción antirreglamentaria de un vehículo automotor y el número de víctimas fatales.
El chofer tiene 44 años y por disposición de fiscalía tiene «prohibido realizar actos violentos, intimidatorios y/o molestos contra las víctimas y testigos de la causa por interpósita persona y por cualquier medio».
UNO conoció que hay una filmación de un local que muestra que la unidad de gran porte cruzó el semáforo en rojo. Otro dato que ya determinó la investigación es que el colectivo circulaba a una velocidad mayor de la permitida.
Hay varias pruebas que acreditan que el colectivero cruzó ese semáforo en rojo: entre ellas, un testigo y el video registrado por la cámara de seguridad de un comercio cercano.
Los peritos pudieron establecer, en base a la longitud de las huellas de frenada del colectivo y otros factores del campo de la física la velocidad aproximada a la que circulaba el vehículo al momento de un choque. Pero en este caso, además, contaron con los datos del sistema de monitoreo municipal que controla los ómnibus de trasporte de pasajeros, que ha permitido concluir con exactitud que el colectivo circulaba a 79 kilómetros por hora al momento del impacto, en una arteria donde la velocidad máxima permitida es de 60.
Esta es una de las evidencias cruciales que agravan su conducta en la tragedia vial. La otra prueba fundamental que el fiscal ha incorporado al legajo es un video.
UNO
