Pancho Dotto inauguró en Entre Ríos un museo garaje en su chacra

Con música, campeonatos de truco y una gran variedad cultural, Pancho Dotto hizo posible su sueño. “Armar este museo era una asignatura pendiente”, confirmó el ex manager.

La inauguración de un museo garaje en El Refugio, la chacra que Luis Francisco “Pancho” Dotto (67) tiene en Entre Ríos, fue la gran excusa para un fin de semana XL, con música, cabalgatas, campeonatos de truco y recorridas culturales por la zona, asado y, por supuesto, un centenar de amigos. “Armar este museo era una asignatura pendiente”, dice el ex manager quien, desde hace años, ya está instalado en esa provincia mesopotámica de donde es oriundo.

“No bien volví de Punta del Este, donde estuve cerca de tres meses y medio arreglando mi departamento, decidí tirar abajo una pared y transformar una vieja pulpería y un taller con fosa en un museo para mis autos”. La estética y la decoración no son las únicas pasiones de Dotto: los vehículos y las motos, también. “Me gustan todos los autos. Tengo libros que hablan de la historia de cada uno de ellos, desde Ford hasta Ferrari, pasando por Porsche”, cuenta. Sus joyas son varias y diversas: desde una voiture 33 Chevrolet y un doble Phaeton de 1929, también de Chevrolet hasta un Rollys Royce Corniche de 1989, una camioneta estanciera de 1962 de tres puertas y un jeep Land Rover de 1980. También varios Mercedes Benz. “A los 17 años, trabajé como cadete de un coleccionista de autos que tenía una pagoda Mercedes Benz 280. ¡Fue amor a primera vista! Y, con el tiempo, me convertí en un fanático de la marca”, confiesa. Con los años, logró comprar varios Mercedes; algunos de ellos estuvieron por años en Buenos Aires y, en este último tiempo, los fue trayendo a El Refugio. Así, para celebrar la finalización del museo que hoy los cobija –una obra que fue realizada en tiempo récord y además supuso agregar una tiny house y otro jacuzzi a su chacra entrerriana–, Dotto organizó un festejo a lo grande, que comenzó el viernes 5 y finalizó el domingo 7.

La del sábado fue una de las jornadas más intensas y divertidas: Dotto organizó un paseo por algunas de las aldeas que conforman el circuito histórico de esa zona ubicada entre Paraná, Crespo y Diamante y a orillas del río Paraná. En caravana, nueve Mercedes Benz propiedad de Dotto (tiene otros además de los que están en el flamante museo) recorrieron la Aldea Spatzenkutter, la Aldea Valle María y la Aldea Protestante. En cada una de esas comunidades emblemáticas, donde históricamente se instalaron los alemanes del Volga, visitaron sus museos, probaron comidas típicas y fueron recibidos por los intendentes de los pueblos. Tras almorzar en el Hotel Mayorazgo, en la ciudad de Paraná, el contingente pegó la vuelta y regresó a El Refugio, donde ya entrada la noche, bailó con música a cargo de Spray, la banda tributo a Soda Stéreo, y el DJ Héctor Suasnábar.

El cierre fue el domingo, con mucho sol, buena onda, mate y asado; campeonatos de truco, recorridas en bicicleta y cabalgatas… y más amigos: “Muchos de los que habían corrido conmigo en el histórico Rally de las 100 millas [se trata de una carrera de autos clásicos y antiguos que, al igual que el Rally de las princesas, organiza el Club de Automóviles Antiguos y Clásicos de Entre Ríos]algunos de ellos coleccionistas, viajaron para acompañarme”, cuenta. Agradecido y feliz, Dotto resume: “Fue increíble. Nos divertimos a lo loco”.

Fuente: La Nación



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