Opinión: La educación ambiental como herramienta para recuperar el vínculo de la humanidad con la naturaleza

El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, que posee su origen en junio de 1972, en la conferencia de medio ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrada en Estocolmo, Suecia.

POR MARTIN FONT (*)

Hoy, 26 de enero, celebramos el Día Mundial de la Educación Ambiental, que posee su origen en junio de 1972, en la conferencia de medio ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrada en Estocolmo, Suecia.

La educación ambiental integra a todas las personas y a todas las edades. Posee como objetivo transmitir conocimientos que nos ayuden a generar conciencia del entorno que nos rodea, la importancia de protegerlo, como también reflexionar y reaprender sobre la relación de la sociedad con la naturaleza. Brinda herramientas para crear hábitos y actitudes para tomar acción para revertir las problemáticas ambientales que impactan no sólo sobre la naturaleza sino también sobre las personas.

Es claro que estamos atravesando un momento clave para la lucha climática y para nuestras vidas. Llevamos ya casi dos años de una pandemia que si algo debe habernos enseñarnos es la urgencia de cambiar nuestra relación con la naturaleza.

Los actuales sistemas de producción y consumo nos han llevado a una situación cada vez más crítica en términos ambientales, sociales y culturales. Son situaciones que claramente afectan a toda la sociedad y, en tanto tal, requieren de perspectivas de solución también integrales. La solución a los problemas ambientales requiere de un profundo cambio cultural de nuestra sociedad. Comenzar a valorar nuestros recursos naturales, sustento de la vida en el planeta y de las posibilidades de desarrollo, debe ser una prioridad de nuestra sociedad.

Y es en este sentido que entendemos a la educación ambiental como la base de este cambio, como nuestra principal herramienta para promover un cambio en la forma en que nos relacionamos con el ambiente.

En Argentina la educación posee mucha fuerza y es un valor por el que siempre se lucha. En una encuesta realizada para Vida Silvestre la educación fue elegida por el 63% de la población del país como el tema al que hay que prestarle mayor atención. En ese sentido, a medios del 2021 Argentina dio un gran paso a través de Ley de Educación Ambiental Integral, sin embargo, tenemos el gran desafío de traducir en acciones concretas sus objetivos, pero sobre todo la aplicación y práctica para tener, y generar, un verdadero valor transformador.

Es en docentes, talleristas, multiplicadoras/es ambientales donde hay una gran oportunidad para entender los distintos aspectos de la naturaleza y cómo ésta interactúa con cada uno de nosotros y con los sistemas culturales y sociales en los que vivimos. Tener una comprensión sobre nuestro entorno, reflexionar sobre las acciones y hábitos de los seres humanos – que provocan el deterioro ambiental, la pérdida de especies, el consumo del 70% de los recursos que el planeta puede proveernos, entre otros – pero, sobre todo, dar vuelta la página y avanzar hacia una transición donde nuestro papel sea ser protagonistas de revertir el daño ambiental que hemos causado. Recuperar el vínculo de la humanidad con la naturaleza es el norte. Todavía estamos a tiempo.

(*)DIRECTOR DE COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN AMBIENTAL DE FUNDACIÓN VIDA SILVESTRE ARGENTINA

FUENTE: Ámbito



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