Las aves conocidas como «cotorritas» fueron declaradas plaga en la comunidad española de Madrid y en zonas de Chile, por el daño que provocan en algunos cultivos. Cuatro provincias argentinas miran con atención el avance de las aves.
Las provincias de Mendoza, Corrientes, Santiago del Estero y
Buenos Aires miran con atención el avance de las aves cata común o cata Verde,
conocidas como «cotorritas», por el daño que provocan en algunos
cultivos, luego de que fueran declaradas plaga en la comunidad española de
Madrid y en zonas de Chile.
El Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza
(ISCAMEN) declaró como plaga para la agricultura en todo el territorio
provincial en el mes de noviembre a esas aves. El argumento preeminente de la
resolución firmada por el titular del Iscamen, Alejandro Molero, es que se
busca «la protección fitozoosanitaria en toda la provincia, instrumentando
un sistema de control sanitario, de plagas y/o enfermedades, de los productos
vegetales y animales».
Esta medida fue repudiada por la Fundación Cullunche, una
organización presidida por Jennifer Ibarra, referente ambientalista de Mendoza,
que está en actividad desde principios de la década del 90. El comunicado de
Fundación Cullunche reclama que la resolución es una venta de «espejitos
de colores con que entretenerse, mientras los problemas de fondo no se
solucionan». Se refiere al uso de «agrotóxicos para envenenar a las
aves, uso de armas de fuego, quema de nidos y tala de árboles».
Asimismo, según el comunicado, «no hay relevamientos
poblaciones y no hay estudios serios» que justifiquen esta medida, que
califican como «soluciones del siglo pasado en 2020».
A comienzos de
este año, el Ayuntamiento de Madrid había anunciado que destinaría 3 millones
de euros para erradicar a más de 12 mil ejemplares de cotorras argentinas y del
Kramer, una medida que alcanzaría al 90% de la población de estas dos especies
en la zona, según habían anunciado las autoridades comunales en febrero último.
El plan de exterminio ?que se vio interrumpido
por la pandemia de coronavirus? contemplaba una sucesión de acciones: captura
de los ejemplares, control de puestas, apeo de nidos y retirada de restos,
control biológico y veterinario y muerte de los individuos capturados.
La eliminación de estas dos clases de aves está
contemplada en la Ley de Biodiversidad de España, que determina que las
especies invasoras se tienen que erradicar para que no afecten el ecosistema
local.
Tres años atrás, las cotorras también invadieron
México: «La invasión ha sido extremadamente rápida», explicó entonces
la ecóloga especializada en comportamiento del Instituto Santa Fe de Nuevo
México Elizabeth Hobson, en un paper titulado «History of nonnative Monk
Parakeets in Mexico», publicado en la revista PLoS ONE, que certifica que
en la última década esta especie de cotorra ha pasado de estar presente en muy
pocas poblaciones mejicanas a estarlo en casi un centenar de ellas.
También el Chile, estas aves se consideran plaga
en varias comunas de la Región Metropolitana; especialmente Las Condes,
Vitacura, La Reina y Ñuñoa.
Por lo pronto en la Argentina, en Corrientes las
autoridades intervienen luego de detectar en una plaza céntrica de la capital
un casal de cotorras de kramer, que nidifican en un árbol, por lo que el
director de Recursos Naturales de la Provincia, Carlos Bacqué, dispuso la
intervención del centro de conservación y unidad de rescate de fauna silvestre
Aguará.
«Tenemos esta situación detectada en la
plaza La Cruz de Corrientes, intervenimos en función de un video que recibimos
y vamos a actuar bajo las previsiones aplicables a una plaga», explicó a
Telam Bacqué, y precisó que no hubo otros episodios en áreas productivas ni
urbanas.
En el 2018 la cotorra verde fue declarada como
plaga por la provincia de Buenos Aires, pero recién este año en la ciudad
bonaerense de Junín se vieron incrementadas las bandadas de cotorras en las
zonas céntricas, el Parque Borchex y las lagunas. Según expertos en ecología,
la deforestación y el monocultivo de soja facilitan la reproducción de las
cotorras y de otros animales considerados plaga, como las chinches verdes y las
orugas.
De acuerdo al diario Democracia, «son parte
de un fenómeno cada vez más apreciable a simple vista: el reingreso de aves que
habían migrado y el ‘debut’ de especies inusuales para los cielos» de
Junín.
Las «catas» en otras provincias
En Santiago del Estero las «catas» no son consideradas plagas,
aunque sí las conocidas como «palomas chicas», según comentó a Télam
el director de Bosques y Fauna, Jorge Goles.
«No está prohibido que las catas sean
atrapadas para mascotas, pero existe un protocolo de extracción de individuos y
posterior control sanitario, teniendo en cuenta que esta especie puede
contagiar la psitacosis, por lo cual realizamos controles que se cumplan los
protocolos», añadió Goles.
Debido a que no tiene predadores naturales en
América del Sur, su población crece sin control.
El veterinario Alberto Tellarini, a cargo de la
ONG de Bahía Blanca «Puedes Volar» (un centro de rehabilitación y
liberación de aves) dijo a Télam que «como no hay cultivos en la ciudad no
afecta en grandes proporciones» la presencia de la cotorra verde allí.
«Si bien no tenemos cultivos, las cata acá
no están por lo que no son tan problemáticas pero si en los campos»,
expresó.
En Córdoba, desde el Ministerio de Agricultura y
Ganadería informaron que esa especie no representa un problema ni una plaga en
la provincia por lo tanto no se trabaja en ningún programa para combatirlas.
«En Río Negro es casi nulo el ataque de ese
tipo de aves porque los cultivos de frutos secos que prevalecen en las áreas
productivas de los valles en esta provincia son de nogales y avellanos»,
dijo a Télam una fuente del INTA.
Y en Tucumán no se realizaron denuncias por
daños provocados en los cultivos por parte de las «cotorritas», según
le informó a Télam José Luque, coordinador de protección del Senasa Noa-Sur.
«Esta especie se alimenta especialmente de maíz y no tenemos denuncias
realizadas por daños a los cultivos», indicó el funcionario.