Con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del natalicio de la Hermana Mariana, este miércoles a las 17, en las instalaciones de la Capilla San Francisco de Asís, se llevará a cabo la reinauguración del Poste de la Paz.
Este miércoles 6 de marzo, con motivo de cumplirse un nuevo aniversario del natalicio de la Hermana Mariana, a partir de la hora 17 y en las instalaciones de la Capilla San Francisco de Asís (Selva de Montiel 1695, de Paraná) se llevará a cabo la reinauguración del Poste de la Paz.
La propuesta, impulsada por integrantes de la Obra Mariana, conformado por personas que tuvieron un estrecho lazo afectivo con Elvira Bustos o simplemente “Mariana”, como se daba a conocer; intenta recuperar y mantener las formas que usaba la religiosa, poniendo de manifiesto el interés por testimoniar la importancia de su trabajo evangelizador en la zona como una de las innumerables acciones a lo largo de su vida al servicio de Dios.
La inauguración, que fuera el 23 de marzo de 2.023, se llevó a cabo por la JUFRA (Juventud Franciscana), que impulsó esta idea bajo la coordinación de la Hna. Mariana de la Congregación Franciscana de Gante y se realizó tres días después del inicio de la guerra de Irak.
Por esto, se invita a todos aquellos que se sientan interesados en participar de la propuesta para compartir una tarde de oración y cánticos franciscanos.
El poste de la paz es un pensamiento ecuménico que invita a la oración en por la paz en el mundo. En sus laterales lleva la inscripción: “QUE LA PAZ PREVALEZCA EN LA TIERRA” en tres idiomas.
A través de estos años, el poste fue perdiendo sus características y ahora desde la Obra que lleva el nombre de la querida y recordada Hermana Mariana, será reinaugurado con un trabajo de restauración.
«Postes de la Paz»
El «Poste de la Paz» tiene una rica historia que se remonta a décadas atrás. Su concepto se originó en los movimientos pacifistas del siglo XX, cuando grupos de activistas y líderes religiosos buscaban formas de promover la paz y la reconciliación en medio de conflictos y tensiones internacionales. Inspirados por la visión de un mundo más justo y pacífico, comenzaron a erigir símbolos físicos de sus ideales, incluyendo postes adornados con símbolos de paz y mensajes de unidad.
El movimiento ecuménico, que busca la unidad y la cooperación entre diferentes tradiciones religiosas, desempeñó un papel importante en la difusión del concepto del «Poste de la Paz». En un mundo dividido por diferencias religiosas y culturales, el ecumenismo promovió el diálogo interreligioso y la colaboración entre comunidades de fe en la búsqueda de la paz. Los líderes religiosos y los activistas ecuménicos abrazaron la idea del «Poste de la Paz» como un símbolo de su compromiso compartido con la no violencia y la solidaridad entre todas las personas.
Con el tiempo, el concepto del «Poste de la Paz» se extendió más allá de los círculos pacifistas y religiosos para convertirse en un símbolo ampliamente reconocido de esperanza y unidad. Comunidades de todo el mundo comenzaron a erigir sus propios postes de la paz, cada uno con su propio estilo y mensaje único, pero todos compartiendo el mismo objetivo de promover la armonía y la comprensión mutua.
El «Poste de la Paz» continúa siendo relevante en el mundo actual, donde los conflictos y las divisiones persisten en muchas partes del mundo. En un momento en que la violencia y el odio amenazan con socavar la paz y la estabilidad, el «Poste de la Paz» nos recuerda la importancia de mantener vivos nuestros ideales de justicia y fraternidad, recordó el profesor Diego Morlio en la nota enviada a este medio.
Al abrazar el espíritu del ecumenismo y la solidaridad, el «Poste de la Paz» nos invita a mirar más allá de nuestras diferencias y a trabajar juntos hacia un futuro más pacífico y próspero para todos. Nos recuerda que, independientemente de nuestras creencias religiosas o culturales, todos compartimos un deseo común de vivir en un mundo libre de violencia y conflicto.
Que el «Poste de la Paz» sirva como un faro de esperanza en un mundo turbulento, recordándonos que la paz es posible si nos comprometemos a buscarla juntos, con respeto mutuo y comprensión. “En un mundo cada vez más interconectado, nuestro destino está entrelazado, y juntos podemos construir un futuro mejor para las generaciones venideras”, consideró Morlio.
