¡Hay moringa en Entre Ríos!

En un campo cercano a Paraná se realizó con singular éxito la primera cosecha de ese prometedor cultivo.

La empresa La Rosalía, ubicada en la localidad entrerriana de Espinillo, a unos 20 kilómetros de Paraná, es conocida por realizar innovaciones tecnologías en su producción agropecuaria de forma constante. Y si bien su especialidad es la producción lechera -cuenta con la única habilitación en Argentina para enviar leche a la Unión Europea (UE) de forma directa e indirecta desde 2013- esta vez destinó parte de sus inversiones a un nuevo proyecto: la producción de moringa.

A simple vista podría no significar gran cosa, pero lo cierto es que se trata de la producción más austral del país, ya que el resto de los desarrollos con dicho cultivo se concentran en Misiones y Salta, donde esta planta saca provecho de las altas temperaturas y la humedad del ambiente.

¿Qué es la moringa? Un árbol originario de la India, muy conocido por sus propiedades antibióticas, hipocolesterolémicas e hipoglucémicas. Sus hojas, ricas en proteínas, vitaminas A, B y C, minerales, calcio y hierro, pueden consumirse en infusiones o en suplementos nutricionales.

“Optamos por la moringa porque no se había hecho ningún experimento del estilo en la zona. La moringa está retenida en empresas yerbateras o en laboratorios que elaboran productos y suplementos nutricionales. Pero también puede funcionar como un suplemento para las vacas. Encontramos en ella un montón de cualidades y ya pusimos 10.000 plantas, se nos fue de las manos”, dijo contento Laurentino López Candioti, gerente general de esta empresa, a Bichos de Campo.

Luego de importar las primeras semillas desde la India, los entrerrianos comenzaron su germinación en un invernadero propio, y prepararon una hectárea y media dentro del campo con hileras de mulchin, a la espera de la implantación manual de los primeros plantines. A eso le siguió la instalación de un sistema de riego superficial y autónomo, con pozos y paneles solares independientes al sistema que ya nutre al resto del campo, que sirvió para mantener a todas las plantas correctamente hidratadas durante su desarrollo.

La moringa crece muy rápido y puede alcanzar los dos metros en pocos meses. Por sus características, el manejo es muy similar al de las plantaciones de té o yerba mate, y la planta puede vivir por alrededor de ocho años.

“El método de cosecha es la extracción de hojas en forma manual. Una vez que está bien arraigada admite entre cuatro y cinco cortes por año, casi todos en la época estival, desde la primavera hasta el otoño. Nosotros ya realizamos un primer corte y estimamos sacar entre cuatro y cinco mil kilos de materia seca por año de plantación”, indicó López Candioti.

Además de la producción primaria, que requirió la contratación temporal de mano de obra local, el proyecto contempla una instancia de procesamiento que incluye un secadero, para la obtención de hoja seca que posteriormente será procesada, y una sala de preparación de cápsulas nutricionales.

“El objetivo es hacer una yerba molida, que muchas empresas yerbateras ya usan para mezclar con la yerba mate o saquitos en te, y unas pastillas para suplementación humana. Estamos esperando la habilitación de Senasa para la planta procesadora que ya tenemos hecha. En cuanto a los residuos como tallos y hojas malas, las mismas sirven como alimento adicional para nuestras vacas”, señaló el productor.

En ese sentido ya se encuentran en vistas de fabricación una línea de packaging propio para ambos productos.

El costo de inversión para este primer año de producción fue de cuatro millones de pesos, e incluso la implantación, el sistema de riego y el pozo de agua. Para el segundo año estipulan un costo de mantenimiento, mano de obra y posible recambio de plantas dañadas de entre 400 y 500 mil pesos.

-¿Qué implica para ustedes hacer esta plantación?– le preguntamos a López Candioti.

-El éxito ya lo conseguimos con la implantación de la moringa y con haber logrado la primera producción. Toda la parte económica lleva un tiempo de desarrollo. La parte primaria es un éxito, porque si hay algo que tiene La Rosalía es un buen desarrollo de proyectos productivos. Productivamente somos muy eficientes. Ahora resta saber si en la parte comercial también lo somos.

-¿Proyectan ampliar las hectáreas implantadas?

-Esto es una prueba piloto. Si nos sale bien, el equipo de riego y los paneles solares para el abastecimiento están pensados para abastecer hasta tres hectáreas.

Bichos de campo



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