Fernández, con más exigencias para Kicillof y Rodríguez Larreta

El mismo pedido les hará a los gobernadores en las próximas horas. Además, les reclamará que tomen más medidas. La necesidad de un consenso político para avanzar con restricciones más duras y el consejo de los expertos médicos que lo asesoran.

Argentina vive la peor situación epidemiológica desde que comenzó la pandemia. Los datos del martes fueron alarmantes. En 24 horas se registraron 745 muertos y 35.543 casos. Un récord negro. Cuando esos datos fueron dados a conocer por el Ministerio de Salud, en el primer piso de la Casa Rosada autoridades de los gobiernos de la Nación, bonaerense y porteño estaban acordando esperar un puñado de horas más para definir medidas más duras.

Los jefes de Gabinete, Santiago Cafiero, Carlos Bianco y Felipe Miguel, junto a los ministros de Salud, Carla Vizzotti, Daniel Gollan y Fernán Quirós, coincidieron en la gravedad de la situación sanitaria actual. Es un momento crítico. Lo que queda del mes de mayo será un escenario desolador. Lo saben y lo asumen. Sin embargo, quieren esperar el final del impacto de las últimas medidas. Decidir con la mayor precisión posible.

En ese encuentro Cafiero volvió a reclamar controles. Una vez más. Controles y más controles. Pero que se cumplan. No controles que solo quedan en una idea o una palabra. Puertas adentro de la Casa Rosada el Gobierno cree que ni Horacio Rodríguez Larreta ni Axel Kicillof controlan lo que deberían controlar.

Sostienen que en la Ciudad los bares volvieron a tener gente adentro y que no existe un cumplimiento efectivo de las medidas. Respecto a la provincia de Buenos Aires consideran las ferias del conurbano siguen activas y las localidades del AMBA son, en muchos casos, ciudades donde no nadie controla nada.

En el gobierno nacional hay malestar por la falta de controles – no solo en el AMBA sino en todas las provincias – y la postergación en la decisión de medidas restrictivas. Sostienen que hace más de un mes que venían anticipando este delicado escenario sanitario. Esta vez todos los gobernadores están en la línea de fuego. No importa el color político. El mensaje va dirigido a todos. No actuaron a tiempo. 

En la Ciudad de Buenos Aires el gobierno local pidió esperar 48 horas para analizar el impacto de las últimas medidas. Si el aumento de casos no se desacelera, entonces se inclinarán por aplicar más restricciones. Incluso, si consideran que la situación sanitaria podría agravarse en la próxima quincena, están dispuestos a suspender las clases presenciales, una de las banderas políticas de la gestión y de Juntos por el Cambio. La medida está en evaluación.

En el gobierno de Kicillof aseguran que, como primer paso, lo más importante es controlar. Entienden que con el correr de los días el cumplimiento de las medidas se fue reduciendo y apuntan los cañones al gobierno porteño, al que acusan de mirar para otro lado. En el gobierno nacional creen lo mismo de ellos.

En La Plata no solo entienden que hay que controlar. También preferirían que haya más medidas a partir del viernes. “Si fuera por nosotros ampliaríamos los horarios de restricción y mantendríamos las clases presenciales suspendidas. Pero lo importante es que se sume la Ciudad de Buenos Aires”, indicaron a este medio desde el ministerio de Salud bonaerense.

En las próximas horas Alberto Fernández y Eduardo “Wado” De Pedro conversarán con los gobernadores de todo el país. Con algunos ya lo hicieron. Aún no está definido si habrá un Zoom por región, como había sucedido la última vez antes de la publicación del DNU, o si serán comunicaciones individuales. Pero desde Balcarce 50 saldrán varios llamados pidiendo más medidas y más controles. Tienen que tomar decisiones. Es ahora, porque mañana es tarde.

El Presidente esperará a la tarde de este miércoles para empezar a darle forma al nuevo decreto. El anterior se vence el próximo viernes. La cantidad de casos y de muertes que se registren hoy serán un dato clave para elegir el camino a seguir. Si siguen en aumento, Fernández evaluará con detenimiento cómo profundizar las medidas restrictivas a partir del fin de semana.

Si bien el Jefe de Estado descartó una Fase 1, similar a la que estuvo instalada en Argentina durante abril del año pasado, no descarta la construcción de una fase que tenga similitudes con la del 2020. Implica generar una fase con restricciones más duras pero teniendo en cuenta el contexto económico y social de mayo del 2021.

Para avanzar por ese camino es necesario un acuerdo político con todos los gobernadores, igual al que protagonizaron el año pasado cuando comenzó la pandemia. “Ahora hay más riesgos, más miedos, más cepas y menos consenso social”, explicó a Infobae un funcionario muy cercano al Presidente. En ese contexto, ni el Presidente ni su gobierno pueden caminar en soledad.

Para romper el desencanto y el incumpliendo de la sociedad no solo basta con que las noticias que llegan desde el interior y que describen el colapso sanitario en algunas ciudades o la falta de camas de terapia frente al exponencial aumento de casos de coronavirus. Hay que avanzar un paso más.

Hace falta mostrar un mensaje unificado entre el gobierno nacional y el de todas las provincias. La segunda ola golpea con más fuerza que nunca y para enfrentarla es necesario avanzar con medidas en todo el país. El contexto parece ser el indicado ya que la situación sanitaria se está agravando en varias provincias. Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Catamarca, La Rioja y Corrientes son algunas de las más complicadas.

Fernández necesita respaldo político e institucional para tomar nuevas medidas y que se cumplan bajo un estricto control. Si antes los gobernadores no lo acompañaron, pese a su pedido y debido a que vivían una situación epidemiológica diferente a la del AMBA, ahora están obligados a apoyar las restricciones y mostrar unidad de criterio con el Gobierno. Los obliga el aumento de casos y la presión que están sufriendo sus sistemas de salud.

El caso ejemplificador que utilizaban en la Casa de Gobierno anoche era el de Santa Fe. La provincia que conduce Omar Perotti retrocedió a una instancia muy parecida a la Fase 1. El gobernador decidió restringir la circulación durante todo el día. Solo podrán transitar los esenciales. Además, suspendió reuniones sociales en domicilios y al aire libre y las clases presenciales. El comercio abrirá entre las 6 y las 19. Pateó el tablero en una instancia crítica. Se terminó el margen para especular.

Hace poco más de una semana Perotti, uno de los mandatarios más cercanos a Alberto Fernández, le había pedido al Presidente 50 respiradores para robustecer el sistema sanitario de Rosario, el principal centro de atención de la provincia. El Gobierno se los otorgó. Este lunes por la mañana Rosario se quedó sin camas. El sistema colapsó.

FUENTE: Infobae



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