Estudiar fuera de casa es cada vez más caro y difícil

Los estudiantes que van a Paraná no consiguen monoambiente por menos de 80 mil pesos; 160 mil, si es amplio y está bien ubicado.  El monto de algunas becas no alcanza ni para la yerba del mate.  Hay una deserción estudiantil muy grande por motivos económicos.

Mudarse a Paraná para estudiar una carrera es costoso para los hijos de la alicaída clase media entrerriana. Es una conclusión del informe que publicó UNO.

La cuenta para el estudiante foráneo incluye, en primer lugar, el alquiler de la vivienda, gastos de comida, pasajes de colectivo urbano y servicios como Internet, luz y gas. A esto hay que sumar la cuota si van a estudiar en universidad privada. Más libros, fotocopias y apuntes, si estudian en cualquier instituto terciario o universidad.

Ley de alquileres

La nota recuerda que, en materia de alquileres, a la inflación se agrega un condimento político: está pendiente la decisión de sostener o derogar la ley nacional de alquileres. En esa disyuntiva, los propietarios retiran de la oferta sus viviendas. Escasa oferta, alta demanda y el ritmo inflacionario ponen la principal traba presupuestaria para las familias con hijos en edad de estudiar afuera del pueblo que los vio nacer y crecer.

Un departamento chico de un dormitorio o un monoambiente arrancan en los 80 mil pesos como mínimo. Si se habla de un departamento con un dormitorio, más amplio y bien ubicado, el precio ronda los 160 mil o 170 mil pesos, más expensas y tasas municipales.

Peor que antes

Al respecto, María Paula Armándola, presidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Entre Ríos, comentó: “La oferta está peor que antes, porque con las declaraciones del presidente electo (Javier Milei) se frenó todo, ya que están todos expectantes a ver qué pasa. Como el índice actual realmente no refleja la realidad inflacionaria que tiene la Argentina y esto atenta contra la rentabilidad, estamos ante una situación de semiparálisis del mercado y hay muy poca oferta, a la par que hay muchas consultas por parte de estudiantes, ya que justo en meses como diciembre, febrero y marzo, es donde se da la renovación de ingreso y egreso de las universidades y son los picos de actividad, pero además hay familias e inquilinos en general buscando alquilar”.

Los gastos

Candela Menardi, estudiante de Psicología en la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), integrante del Centro de Estudiantes, brindó un panorama de lo costoso que es hoy para los estudiantes de otras localidades seguir una carrera en Paraná, siempre hablando de una universidad pública. Al respecto, comentó: “El alquiler de un departamento de una habitación o un ambiente ronda los 100.000 pesos, y de ahí para arriba en muchos casos, sin contar despensas, que muchas veces superan los 10.000 pesos, o los gastos de servicios. Por eso son muy pocos los casos de estudiantes que viven solos; comparten departamento justamente porque los gastos son enormes. Después hay gastos como por ejemplo Internet, más la luz y el gas, que mínimo son unos 15 mil o 20 mil pesos por mes también, obviamente dependiendo del consumo de cada caso. Y a eso después, hay que sumarle la comida”, añadió.

La comida

En Argentina se hace cada vez más costoso comprar alimentos. Una opción para los alumnos regulares es concurrir al comedor estudiantil de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y gracias a un convenio celebrado este año, los de la Uader pagan el mismo precio por el menú, que es de 330 pesos, y no un valor diferencial de 650 pesos, como era antes. Sin embargo, hay un cupo, y Candela aclaró: “El cupo para la Uader es de 100 platos por día, y para lo que es la matrícula de la universidad es muy poco. Además, la realidad es que por lo menos en lo que es la Facultad de Humanidades, no se hace mucho uso del comedor porque las clases son después del mediodía. Así que comemos en nuestra casa”.

La estudiante mencionó que en muchos casos las fotocopias se dejan de lado por el tema de los precios. “Ahora no sé cuánto estarán saliendo, pero por ejemplo, a principios de este año, costaba 12 mil pesos el cuadernillo para todo el año de una sola materia, y son varias materias en cada carrera: en mi caso estudio Psicología y por año hay entre siete y ocho materias. Entonces uno termina eligiendo un poco leer en computadora, más que por comodidad, por una cuestión económica”, comentó.

Deserción y trabajo

La dirigente estudiantil se refirió a otro aspecto que genera la situación económica: la deserción de estudiantes y el alargamiento de las carreras por necesidad de trabajar.

“La verdad que es muy difícil este año mantenerse, y por lo menos nosotros hemos notado una deserción estudiantil muy grande, por diversos factores de la facultad misma, pero principalmente por un motivo económico”, manifestó Candela. Agregó: “También hay muchos estudiantes que trabajan y que cursan menos materias, porque no les da el horario para las dos cosas”.

Ya está terminando el año escolar, llegaron las mesas de exámenes, que se van a estirar con turnos en febrero y marzo. Es un momento clave por el tema deserción. Muchos estudiantes van aguantando hasta final de año y, según como les haya ido en materia académica, decidirán si dejan el estudio. Si es difícil pasar el filtro académico, en esta época, la materia más pesada es la situación económica personal y familiar.

La beca y la yerba

Las becas ayudan poco y nada. “La beca Progresar es la de mayor monto, y hoy en día son 20 mil pesos, que no cubren ni un 10% de lo que se gasta. Después, hay un beneficio económico que es la beca de la UADER, y por lo menos nosotros siempre peleamos por que sea un monto más acorde a la realidad, ya que hoy por hoy son 3.100 pesos, que verdaderamente no alcanzan para casi nada. El año pasado estaban pagando 1.500, y eso no nos cubre ni un kilo de yerba. Además, se realizan los pagos atrasados”.

UNO.



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