La bodega y viñedos Vulliez Sermet de Colón, en una propuesta de turismo {e historia, para dar cuenta del proceso de producción vitivinícola en esa localidad. “Entre Ríos fue una de las primeras provincias vitivinícola” del País, aseguraron.
“El vino es algo natural”, así lo aseguró al sitio elonce.com Eulogia Juliana Arive, responsable de la bodega y viñedos Vulliez Sermet con 20 años de trayectoria en el rubro.
Elonce recorrió el establecimiento ubicado a la altura del kilómetro 8 de la Ruta Nacional 135, en Colón, para dar cuenta de la historia y el proceso de producción vitivinícola en esa localidad de la costa entrerriana del río Uruguay.
“Entre Ríos fue una provincia vitivinícola, se producía mucho vino, y a principios del siglo XX era la cuarta del país en producción de uva y vino, después de Mendoza, San Juan y Catamarca. Pero en 1935, Agustín Pedro Justo, el presidente de la Nación de ese momento, creó la Junta Reguladora de Vinos para controlar la producción porque había demasiada, había bajado el consumo y como consecuencia, habían caído los precios”, repasó Arive.
Y continuó: “La Junta prohibió la elaboración de vinos con fines comerciales fuera de Mendoza, San Juan y Catamarca y, para asegurarse que en Entre Ríos no se produjeran más vinos, enviaba a soldados a arrancar las viñas, a quemarlas con sal, y derramaron todos los vinos que había en las bodegas”.
De acuerdo a lo que comentó la productora vitivinícola, “en Colonia San José había 30 bodegas”. “En total, en 1930, en Entre Ríos había 120 bodegas, según los datos del ministerio de Agricultura y gracias a la investigación de la historiadora Susana Domínguez Soler”, indicó.
“Cuando se quitó la prohibición en los ´90, por un proyecto de ley de Augusto Alasino en el Congreso nacional, mi esposo quiso empezar otra vez. Y la nuestra fue la primera bodega en reanudar la actividad y la única durante unos 15 años”, destacó la mujer cuyo esposo es descendiente de uno de los bodegueros de principios del siglo XX. “Su abuelo sufrió esta prohibición, el avasallamiento de las autoridades”, contó.
En relación a los inicios de la producción vitivinícola, Arive destacó que fue “con mucho amor y entusiasmo”. “Ya teníamos tres nietos, éramos grandes, con 55 y 56 años, no empezamos para labrarnos un porvenir, pero pusimos toda la carne en el asado para empezar a producir vino”, destacó al mencionar que las plantas fueron traídas de viveros de Mendoza, de variedades vitivinífera, y mencionó que el enólogo de la bodega es uruguayo y sus vinos son controlados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
“En la cascara de la uva están todas las propiedades del vino; en la cascara están el sabor, el aroma y el color”, explicó y remarcó: “El vino es algo natural”.
De acuerdo a lo que mencionó Arive, “el proceso del vino es largo” y aclaró que, en la bodega Vulliez Sermet, “los vinos tintos pasan de seis a ocho meses en barrica de roble”.
“Para las uvas blancas, el tiempo de cosecha es a mediados del mes de enero, pero al día lo decidirá la uva para saber cuándo está a punto para dar una buena graduación alcohólica, porque el alcohol sale de la uva y eso es lo que controla el Instituto Nacional de Vitivinicultura, que el vino sea y siga siendo natural, como lo fue desde un comienzo”, fundamentó la productora.
Y especificó: “Se pincha la uva, se mide la graduación de azúcar de cada variedad y de acuerdo a los grados Brix que dé, tendremos determinada graduación alcohólica”.
En la oportunidad, mencionó que la bodega y viñedos Vulliez Sermet, los domingos a las 11 ofrecen visitas guiadas y de martes a sábados, a las 20, “para atraer clientes al resto-bar de la bodega que funciona por la noche con comidas muy ricas”.
Fuente: Elonce
