El Volcadero tendrá su escuela de capacitación

La fundación Puentes impulsa una promisoria obra para que los vecinos de una de las zonas más postergadas tengan un oficio y un buen porvenir.

El barrio San Martín, popularmente conocido como el Volcadero, es una de las zonas más postergadas de Paraná. Pero aún sumidos en la pobreza, empujados a vivir del cirujeo y expuestos a sufrir la estigmatización, muchos de los habitantes del lugar no se resignan y anhelan un futuro mejor.

Por suerte no están solos, y gracias al impulso de la comunidad de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, se fue gestando un sueño colectivo para que puedan progresar, y en un par de semanas podrán hacerlo realidad, inaugurando la escuela de capacitación N° 261 Los Nazarenos, en calle Ameghino al final.

El proyecto se plasmó a través de la fundación Puentes, en un trabajo mancomunado con un grupo de voluntarios dispuestos a tender una mano. El padre Ricardo López, párroco de la iglesia Guadalupe, contó a UNO que la idea surgió cuando advirtieron que mucha gente de este sector de la capital entrerriana no sabe leer y escribir, y luego sumaron la propuesta de que los vecinos puedan aprender un oficio que los ayude a ganarse su sustento. “Hace apenas un año atrás, el Señor empezaba a susurrarnos algo que parecía muy lejano. Hoy, tenemos la certeza de que esta es su obra.

Miramos hacia atrás y vemos personas que colaboraron, dificultades, obstáculos, pero al zarandear queda la Providencia y hoy la escuela Los Nazarenos es una realidad”, expresó.

Ya tienen el lugar donde funcionará, luego de que esta semana la Municipalidad les cediera un espacio en comodato. “En el lugar había antes un jardín maternal, que luego se pasó a un edificio nuevo. Son cuatro aulas, una cocina y un patio enorme. Está al lado del dispensario y de donde empieza el Volcadero”, señaló el sacerdote.

A su vez, contó con entusiasmo: “Desde hace dos meses estamos trabajando en el edificio, abocados a ponerlo en funcionamiento. Lo estamos pintando y arreglando; y el terreno está un poco socavado, así que tenemos que poner portones y arreglar el perimetral y las luminarias”.

“Como Fundación y como parroquia, tenemos la meta de llegar al 5 de marzo para inaugurar la escuela y comenzar las clases”, destacó.

PRIMEROS PASOS

El párroco rememoró cómo empezaron a pensar en este proyecto, hace más de dos años: “Al barrio llegó Eduardo Ailan, un pediatra muy reconocido, junto a un grupo hombres de Schöenstat que se juntan a rezar y hacer actividades sociales. Él vio la necesidad de los gurises, y sobre todo de los padres, que por ahí no entendían lo que les explicaba para que pudieran mejorar su calidad de vida; no tenían los recursos, así que empezamos a hacer un relevamiento para ver cuántas personas alfabetizadas teníamos en el barrio y los resultados fueron sorprendentes, porque advertimos que hay más de 200 personas que son analfabetas”, explicó.

Con la inquietud de revertir esta situación, enseguida un conjunto de maestras voluntarias comenzaron a llevar adelante tareas de alfabetización en el barrio. “Después vimos la necesitad de que quienes aprendieran a leer y escribir tuvieran un reconocimiento, una certificación, y con la fundación lo planteamos en el Consejo General de Educación (CGE) y empezamos a elaborar al proyecto. En el CGE nos explicaron los requerimientos que debíamos cumplir, así que tuvimos ocho meses de arduo trabajo hasta que lo concretamos”, comentó.

A su vez, refirió que en este espacio de enseñanza se brindarán cursos de capacitación y profesionalización de entre uno y tres años. Al respecto, indicó: “Enganchamos las dos instancias de capacitación: que puedan aprender a leer y escribir, y a la vez aprender panadería, peluquería, o a tejer en telares y fabricar alfombras y trapos de piso con materiales reciclados. Habrá distintos niveles, con los que se podrán ir perfeccionando”.

Asimismo, contó que la resolución del CGE ya entró en vigencia para que puedan iniciar las actividades este año. “Nos faltaba el comodato, pero ahora ya lo tenemos, y ahora estamos gestionando el reconocimiento de los cargos y haciendo la reparación el lugar”, dijo, y aclaró: “Nuestro primer objetivo es que las personas estén alfabetizadas, porque aunque uno no crea, no se puede avanzar si no saben leer ni escribir ni sumar, para todo lo necesitan. Por ejemplo, para la panadería tienen que conocer de números, de medidas. Queremos que la gente del barrio aproveche esta oportunidad y tengan esas posibilidades de salir adelante”.

En la parroquia ya cuentan con parte del equipamiento necesario para el aprendizaje de los oficios. Sobre este punto, el religioso recordó que en el lugar ya están funcionando una fábrica de trapos de piso, una peluquería social y una panadería, que lograron abrir con esfuerzo para generar fuentes de trabajo en la zona. “Algunas de esas maquinarias van a pasar en principio para la escuela. Para arrancar tenemos, aunque son elementos sofisticados y necesitamos crecer para ir incorporando otras herramientas”, expresó.

Por otra parte, informó que hicieron una preinscripción, en la que se anotó una cantidad importante de personas del barrio. Actualmente están realizando las inscripciones definitivas: “Todas las tardes de 16 a 19 están las maestras, las directoras, y un grupo de voluntarios en el lugar donde va a funcionar la escuela. A esto ya hace dos años que lo venimos haciendo, pero voluntariamente, sobre todo en lo que refiere a la alfabetización. Ahora que logramos darle un marco formal, le pusimos muchas más pilas al proyecto”, subrayó, y manifestó: “El año pasado concluimos un taller de alfabetización con 25 personas, que ni siquiera podían utilizar un celular por no entender las letras y números; o que estaban expuestas a engaños por no saber leer. Fue inmensa la alegría y la emoción cuando recibieron el certificado, pero lo más hermoso fue cuando pudieron dejar plasmada su firma”.

“Realmente la unión hace la fuerza, la fe mueve montañas, y el servicio y el amor son la medida”, reflexionó por último el padre Ricardo, agradeciendo a quienes colaboraron, a la vez que invitó a sumarse “a aquellas personas que crean que con educación y trabajo se puede dar posibilidades de promoción a las personas que se encuentran en situaciones vulnerables, para que puedan descubrir y construir su propio plan de vida”.

Quien esté interesado en participar del proyecto o colaborar, puede acercarse de lunes a viernes de 16 a 19 a calle Ameghino al final; o también a la sede de la fundación Puentes, situada en calle Carbó 349. También se puede comunicar llamando o enviando un mensaje de WhatsApp al (0343) 154652658; o por redes sociales, en al Fanpage: Fundación Puentes, o en Instagram: fundacionpuentesparana.

FUENTE: Diario Uno



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