El titular de la UCR Gualeguaychú destacó la necesidad de debatir qué educación necesita la ciudad

“Lo que hay que buscar es más sinergia, la interrelación, la vinculación y potenciar lo existente, para poder desarrollar las ofertas educativas que acompañen el modelo de ciudad que queremos y que aporten a eliminar las profundas desigualdades que hoy tenemos en nuestra sociedad”, afirmó el presidente del Comité Ciudad de Gualeguaychú, José Dorati.

El comunicado oficial textual:

“Hoy de cada 20 chicos que empiezan la secundaria, la mitad abandona sus estudios y de los restantes, solo uno se recibe en la universidad.

Hablar de Educación implica poder mirar el conjunto del sistema y cómo el proceso educativo repercute en el desarrollo de nuestra ciudad, de nuestra provincia y nuestro país.

Por su parte, el Municipio de Gualeguaychú ha propuesto crear un Instituto Autárquico Municipal donde se dictarían carreras de grado o universitarias.

¿Pero, cuales son las prioridades?

Según los resultados de las pruebas Aprender 2016, los chicos que no asistieron, por ejemplo, a espacios de primera infancia (de 45 días a tres años) o jardines (cuatro o cinco años), en el quinto o sexto año de la secundaria, ya no están.

Son los que excluyó el sistema, porque son los que además de no haber asistido a esos niveles, no cuentan con condiciones que le permiten desarrollar su proceso educativo de la mejor manera.

Estas condiciones no sólo son estructurales, muchas veces son culturales, el estímulo y el abordaje integral con la familia en los primeros años de vida son cruciales.

Entonces, cuando destinamos los recursos  al nivel universitario, estamos apuntando los recursos a aquellos que de alguna manera han sido exitosos en el proceso.

Actualmente en Gualeguaychú, existen más de 100 carreras universitarias, y claramente debemos apuntalar el sistema universitario, pero cuando hablamos de los fondos municipales, debemos entender que existen prioridades.

Y claramente, es función del Municipio fortalecer  los espacios de primera infancia, que según lo informan, hoy contienen a aproximadamente a 200 niños.

Aún no tenemos datos precisos del último censo, pero en el 2010, la población entre 0 y 4 años de Gualeguaychú era de 9.000 niños y niñas. Seguramente  hoy ese número es obviamente mayor, por lo tanto, el impacto que hoy tiene esa política podríamos decir que es relativamente bajo en términos de oferta por parte del Estado, teniendo en cuenta que si bien hay actores privados, el 50 % de la población se encuentra debajo de la línea de pobreza y resulta imposible acceder.

La falta de oferta en este sector, además, afecta directamente a miles de mujeres que, en una distribución inequitativa, tienen a su cargo el cuidado de la niñez a expensas de una resignación de su desarrollo personal y profesional.

Tenemos además el desafío de repensar el modelo actual para tener un estudiante que tenga una mirada crítica, que pueda analizar, que pueda pensar por sí mismo, que pueda razonar, que pueda resolver, que pueda construir una idea a partir de los elementos que se le van dando – y la propia información que él trae de base – para construir nuevos conocimientos a partir de eso y para que además, encuentre un verdadero sentido a lo que está haciendo en términos formativos y que eso tenga un estrecho vínculo con el mundo del trabajo.

Esto requiere indefectiblemente una reforma profunda en los procesos de formación docente, una jerarquización de su labor, una reformulación del sistema y una redistribución de los recursos existentes que,  en términos de inversión, son de los más altos de la región. Y por supuesto, un profundo cambio cultural.

No está mal que se busquen iniciativas de fortalecimiento, pero cuando hablamos de la responsabilidad de la gestión de los recursos del Estado y dónde los ponemos, tenemos que atender estas prioridades que nos van a dar frutos a muy largo plazo.

No es una cuestión de agregar más recursos, sino de reorganizar. Redirigir los fondos existentes para tener un mejor impacto.

Lo que hay que buscar es más sinergia, la interrelación, la vinculación y potenciar lo existente, para poder desarrollar las ofertas educativas que acompañen el modelo de ciudad que queremos y que aporten a eliminar las profundas desigualdades que hoy tenemos en nuestra sociedad.

Y para tener el futuro que todos deseamos, es crucial que acompañemos a nuestros jóvenes que hoy se encuentran fuera del sistema o queriendo realizar una carrera universitaria, pero que fundamentalmente hagamos los mayores esfuerzos e inversiones desde la gestión municipal para fortalecer el alcance de las políticas de primera infancia, junto con un abordaje integral, como eje central para cortar con este nefasto ciclo de exclusión y pobreza”.



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