El propietario del lugar, que cierra tras 10 meses sin poder trabajar, criticó la falta de acompañamiento de las autoridades: «La oportunidad de trabajar nos la quitaron totalmente y nos llevaron a la quiebra».
Tras estar diez meses sin poder
trabajar producto de la pandemia de coronavirus, una casa de juegos y
cumpleaños de la ciudad de Concordia que se había inaugurado en mayo de 2016,
debió cerrar sus puertas. Este cierre definitivo va de la mano de lo que su
propietario considera la falta de acompañamiento de las autoridades municipales
que «en ningún momento evaluaron los protocolos presentados».
José Berterame, dueño del lugar indicó que es verdaderamente una pena este
cierre: «Son varios años de trabajo de esta iniciativa que era totalmente
innovadora para la provincia y nació aquí en nuestra ciudad por eso el apellido
de Laserland es Concordia. Siempre dije que puse el nombre de Concordia para
que Laserland sea una franquicia hacia el país. Después de casi cuatro años de
trabajo habíamos logrado hacer equipos propios con mucho esfuerzo y con chicos
de la facultad de robótica e ingeniería que nos ayudaron con toda la parte de
los equipamientos nuevos y se hizo todo acá. Estábamos a punto de inaugurarlo
en marzo cuando se largó la pandemia. Previamente habíamos puesto a prueba unos
modelos que eran los prototipos que quedaron para funcionar».
Al respecto, manifestó que «hice dos prototipos hace más de un año, los
usamos durante seis meses y cuando vimos que funcionaron hicimos 50 más que son
los que preparamos para marzo de 2020».
El encargado del lugar ubicado en calle 25 de Mayo 625 señaló que
lamentablemente Concordia no lo ha habilitado. «No nos dieron la
oportunidad de que nuestro protocolo fuera aceptado y ni siquiera mirado porque
cuando tuvimos la reunión con dos integrantes del COES ni sabían que teníamos
un protocolo que habíamos presentado en el mes de junio».
Berterame remarcó que la ley nunca fue pareja para todos. «No puede ser
que las casas de entretenimientos para chicos estén abiertas y las casas de
cumpleaños no. Si nos llamaran o nos aceptaran una reunión y nos indicaran que
la diferencia entre una casa de entretenimiento es que no se prende una velita
en una torta que creería que es la única diferencia, no ponemos la torta o
ponemos una torta virtual en una proyección, no habría ningún problema. La
oportunidad de trabajar nos la quitaron totalmente y nos llevaron a la quiebra
a muchos colegas».
José comentó que le hubiera gustado preguntarle al Intendente cuales fueron los
motivos por los cuales durante diez meses «nos han ninguneado».
«No nos han aceptado ningún tipo de reunión, con una persona que siempre
nos cortaba en el ingreso. A mí ya me puso de rodillas el intendente pero hay
colegas que la están remando en dulce de leche para poder pagar los locales y
para poder mantener su personal», aseguró a diario El Sol.
Por último, el empresario le dejó un mensaje a Alfredo Francolini: «No les
dé la espalda intendente porque realmente deben quedar en pie sólo seis o
siete. Ellos pueden ser parte de la solución y no el problema».