Ajuste nacional y suspensión del 70% del personal en fábrica de cabañas de Bovril

La fábrica de cabañas El Picapalo de Bovril, creció en los últimos 20 años gracias al trabajo, la inversión y la confianza, dedicándose a la producción y venta para todo el país y países limítrofes; ante el ajuste del Gobierno nacional de Javier Milei debió suspender al 70% de su personal, quedando en funcionamiento al mínimo de su producción y al borde del cierre. Su propietario, Román Schanton, dialogó con RADIO LA VOZ.

“Estoy viendo cómo podemos hacer para subsistir en este momento que estamos viviendo muy crítico”, aseguró Schanton y agregó: “En este momento estamos muy complicados”.

“Los trabajadores, como siempre, entienden, porque tenemos una relación buena. Esto no lo vivo desde el 2001. Tengo que achicar sí o sí todo esto para tratar de solventar la empresa para el día de mañana, si tenemos trabajo nuevamente, pueda arrancar”, consideró.

Explicó con respecto a la boleta de la luz: “Pagábamos 500 mil pesos mensuales se nos fue de un día para el otro a 1.600.000 pesos; y todos los costos se fueron para arriba”.

Consultado si desde el Gobierno se comunicaron para la adquisición de casas, afirmó: “Hasta ahora no hemos tenido el llamado de nadie. Estamos esperanzados a ver si podemos reactivar esto en algún momento. Uno lo que quiere es lo mejor para la empresa y los empleados; estamos esperando a ver si hay algún aliciente del Gobierno tanto nacional como provincial, porque la verdad que hasta ahora lo único que hemos tenido es una negativa de que no tenemos ventas, consultas muy pocas”, cuando hasta diciembre vendía alrededor de 20 casas de madera por mes, “de un día para otro estamos tratando de ver si vendemos cuatro o cinco, por lo menos para solventar la empresa”.

La planta cuenta con 5 hectáreas, informó su propietario y enfatizó: “Estamos pasando por un momento desesperante. A todo el mundo se le cayó las ventas hasta un 60, 70%; algunos ya bajaron las persianas y otros estamos subsistiendo porque teníamos ventas atrasadas y las demoramos un poco para poder seguir trabajando, para que la gente esté ocupada, pero ya estamos llegando a un punto crítico”, aseguró Schanton. “Las deudas llegan siempre, los impuestos siguen llegando, la ART sigue llegando; lo que no tenés es ventas para solventar. El impuesto inmobiliario rural subió un 150%”.

Tratándose de una empresa familiar, su propietario explicó: “Mi viejo para llegar a esto estuvo 50, 60 años y llegar a este extremo en cuatro meses, irá a quedar la estructura, ¿pero y la gente, y todo lo que invertimos en capacitarla?, eso es lo que más te duele, de un día para otro dejarlo afuera, es lamentable”.

“Desde el 2005 siempre teníamos venta a futuro a seis, siete meses; la producción completa de la empresa a seis, siete meses, hasta este año, se cortó todo, se paralizó, no hay venta, este mes no vendí ninguna. Tenemos que producir diez, quince cabañas para mantener la empresa”, explicó.

Fuente: Radiolavoz90.1



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