El padre Daniel Pellizzon, de la arquidiócesis Buenos Aires, fue convocado por el Santo Padre en reemplazo del padre Gonzalo Aemilius. A principios de agosto viajará a Roma para iniciar la nueva tarea.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, compartió “con alegría” la noticia de que “el padre Daniel Pellizzon, sacerdote de la arquidiócesis de Buenos Aires, fue convocado por el Papa Francisco para ser su secretario personal, en reemplazo del padre Gonzalo Aemilius”, anunció el arzobispo en un comunicado difundido este lunes 17 de julio.
“A principios de agosto, viajará a Roma para comenzar con la tarea encomendada. Rezamos por él ante esta nueva misión confiada al servicio de la Iglesia”.
El presbítero Pellizzon nació en la ciudad de Buenos Aires el 24 de enero de 1983. En 2011 y 2012, colaboró con el entonces arzobispo, cardenal Jorge Bergoglio, en la organización de su archivo personal. Fue ordenado sacerdote el 3 de noviembre de 2018. Desarrolló su vida ministerial, primero como diácono y luego como vicario parroquial, durante cinco años, acompañando a los peregrinos en el santuario de San Cayetano de Liniers. En marzo pasado, fue destinado como vicario a la parroquia Nuestra Señora de la Misericordia, donde se desempeñó hasta la fecha.
La noticia de su nombramiento causó alegría en el clero: «Nos honra como argentinos que el Santo Padre lleve cerca suyo a algunos de los nuestros, en quienes confía especialmente. En este caso, Daniel estará diariamente al lado de Francisco, en una posición de gran confianza”, manifestaron a AICA sacerdotes de la arquidiócesis.
Y agregaron: “Seguramente, esa confianza creció en sus últimos años como arzobispo de Buenos Aires, cuando le pidió al padre Daniel que le ayudara a ordenar sus papeles más personales, en orden a dejar un archivo más organizado” y confían que “el afecto de este sacerdote hacia el Santo Padre, a quien trató de cerca como seminarista y como sacerdote, le permitirá apoyar a Francisco en esta etapa de su pontificado. Nosotros lo acompañamos con nuestra oración».