“Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Esta frase, de San Francisco de Asís, acompaña siempre al entrerriano Víctor Bernay, quien actualmente es ayudante de campo de Ariel Holan, en el histórico Santos de Brasil. Pocas personas como Bernay para dar fe de que lo imposible también se puede lograr. Se preparó toda la vida para llegar a los lugares donde llegó, pero pocos saben de todo lo que se sacrificó para lograrlo.
Especial : POR GONZALO CORNAGO – entreriosplus.com
Víctor se crio y desarrolló en Concordia. Fue desde jardín hasta quinto año al Colegio Capuchinos, donde forjó su carácter y valores. Amante del básquet y el vóley, guarda los mejores recuerdos de su etapa escolar: “Comencé a formarme como deportista en el Colegio. De jardín hasta que me recibí fui a Capuchinos, donde el deporte era fundamental. Mis deportes iniciales fueron el vóley y el básquet. Si formabas parte de los planteles, prácticamente entrenabas como si fuera un club. En el básquet tuve mi gran desarrollo y es donde conocí a mis amigos de la vida. En esa época era difícil ir a un club de fútbol. Un día, cuando tenía 14 años, llega a mi casa Don Carlos Romero. Golpeó la puertea y le pidió autorización a mi madre para que yo jugará al fútbol. Gracias a eso empecé en el fútbol, en el Club Atlético Victoria”.
Era jugador de las divisiones inferiores de Newell´s Old Boys cuando el servicio militar obligatorio comenzó a interrumpir el sueño de ser futbolista profesional. “Cuando terminé el servicio militar y tenía que volver a Newell’s me dije que no tenía la capacidad futbolística para llegar a primera y decidí volverme a Concordia, y ese día, volviendo a mi ciudad, me propuse intentar hacer como profe o entrenador lo que no había podido ser como futbolista. En mi familia, mi padre quería que estudie ciencias económicas, y le hice caso durante un tiempo, hasta que tuve la valentía, al año y medio, de decirle que mi vocación era ser profesor de educación física, pero sabía que si iba a estudiar era para darlo todo. No me conformaba solo con obtener el título. Una vez que me recibí quería perfeccionarme en alto rendimiento, y me fui cuatro años a Rosario para seguir estudiando e hice también curso de DT. Empecé a trabajar como entrenador en Salto Grande de Concordia y después dirigí en Concepción del Uruguay a Atlético Uruguay, en el Torneo Federal, durante tres años”. Allí empezaban a conocer que las convicciones de Bernay están por sobre todas las cosas. El equipo había conseguido el objetivo de llegar a la final, pero Víctor, disconforme con algunas situaciones, había presentado su renuncia diez fechas antes de que finalice el torneo. Por pedido de sus jugadores continuó en el cargo hasta el último partido del torneo. Atlético Uruguay se consagró campeón en Corrientes, frente a Boca Unidos. Bernay conseguía su primer título como entrenador, pero ni siquiera iba a llegar a Concepción del Uruguay para disfrutar de los festejos, ya que se bajó del colectivo en Concordia.
Devoto de la Virgen del Rosario de San Nicolás, le gusta leer y estudiar todo. No deja nada librado al azar: “No se entrenar la suerte, entonces, como eso no está al alcance de uno, la desestimo. Uno no puede especular con eso, porque te puede jugar a favor o en contra. Cuanto más herramientas se le brinde al futbolista, y que sepa cuándo utilizar esas herramientas, es lo que lo acerca a uno al triunfo. Todo lo que esté al alcance debemos realizarlo. Convencer a un futbolista de un sistema de juego es clave para lograr el objetivo. Estar convencido de lo que se realiza y ejecuta. El arte de un entrenador es saber convencer al jugador”, dice con convicción.
El llamado de Pedro Troglio llegó cuando menos lo esperaba, y aquella conversación terminó en un recorrido durante 14 años como ayudante de campo del sub campeón del mundo en Italia 90. El primer paso lo dio en Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde Bernay vivió varios meses en el predio del club y tenía que caminar, todos los días, dos kilómetros para poder hablar desde una telecabina con su familia. Independiente, Cerro Porteño de Paraguay, Argentinos Juniors, Tigre, Universitario de Perú, fueron los distintos clubes por los que pasaron junto a Troglio. Tanto en Gimnasia, donde estuvieron en tres oportunidades, como en Cerro Porteño, donde fueron campeones, dejaron una huella muy profunda, tanto que Víctor volvió al club paraguayo para asumir como Coordinador de Fútbol, hasta que nuevamente apareció un llamado que volvería a cambiarlo todo.
Ariel Holan pensó en el entrerriano cuando tuvo que asumir el compromiso de dirigir a Santos de Brasil, actual sub campeón de la Copa Libertadores. Holan dirigía inferiores en Argentinos Juniors cuando Bernay estaba en la institución, junto a Troglio. “Siempre seguí los equipos de Ariel, me interesaba analizar sus equipos porque tenía una identidad de juego bien definida, pero no nos habíamos vuelto a cruzar ni hablar desde aquella época de Argentinos Juniors. Él me llamó un domingo, nos juntamos el lunes y enseguida nos pusimos de acuerdo. Me sedujo la posibilidad de trabajar con él y también influyó el lugar donde íbamos a desarrollar el trabajo. Santos es un equipo histórico de Brasil, de donde surgió Pelé, Neymar. He tenido la suerte de trabajar en Argentinos, de donde salió Maradona y ahora hacerlo en Santos, donde inició su carrera Pelé”.
Llega al predio de Santos, donde en las paredes de ingreso se observan murales en homenaje a Pelé, dos horas y medias antes del comienzo de los entrenamientos. Se pone a analizar videos y preparar el trabajo de cancha. Después del trabajo en el campo de juego, vuelve a la sala de videos para ver y analizar la sesión de entrenamiento. Analiza de cinco a siete partidos de cada rival y se retira del predio casi al anochecer. El frenético ritmo del torneo paulista y la Copa Libertadores, casi no le ha permitido terminar de ordenarse en su nueva casa. Este martes volverá a la Argentina para enfrentar por Copa a Boca, en La Bombonera.
Bernay hizo todo lo necesario y lo que era posible. Lo que nunca imaginó era que el fútbol lo llevaría a trabajar en las cunas donde se formaron Diego Armando Maradona y Pelé. Hoy se encuentra haciendo lo que parecía imposible.