Como cada año, la comunidad de San Gustavo conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento del Conscripto Naval Anacleto Bernardi. Bernardi murió hace 97 años, en 1927, luego de rescatar a los náufragos del buque italiano Principessa Mafalda, frente a las costas de Brasil. Tenía 21 años.
De la ceremonia participaron el ntendente, la vice intendenta, concejales; y autoridades provinciales, departamentales y locales. Además, estuvieron representantes de la Armada Naval Argentina; Prefectura;
Policía Departamental; y la Banda de Música de la ciudad de La Paz. «Gracias al trabajo interinstitucional y coordinado con la Esc. Primaria N° 11 y Secundaria N° 4, se realizó el acto oficial, y desfile cívico – institucional», informó el municipio.
Desde el municipio, destacaron: «San Gustavo vivió una hermosa jornada que nos invita a reflexionar que como ciudadanos/as debemos imitar los valores morales de Bernardi, quien siendo tan joven realizó una hazaña imparable honrando su nombre y el de su patria ante el mundo».
Anacleto Bernardi nació el 13 de julio de 1906 en San Gustavo. Era hijo de inmigrantes italianos, de la región de Piamonte. El 25 de octubre de 1927, enfermo de pulmonía, ayudó a rescatar a los náufragos del buque italiano Principessa Mafalda, frente a las costas de Brasil, pero murió devorado por un tiburón. Tenía 21 años. Por su historia, todos los 25 de octubre se conmemora el Día del Conscripto Naval.
El cabo artillero Juan Santoro fue el último que vio con vida a Bernardi. En su diario, relataría luego: “Nadábamos afanosamente. Bernardi iba a mi derecha, un poco retrasado. Llevaríamos ya unos 100 metros de travesía cuando los gritos escalofriantes, los gritos de un ser que se siente mordido y arrastrado hacia el fondo, dominaron un momento el rumor de las olas que se repitieron varias veces, cada vez más extraños y cada vez más patéticos. ¡Tiburones! ¡Son tiburones! No tuve tiempo de recapacitar. Sentí algo que me arrastraba también a mí hacia el fondo del abismo. Empecé a tragar agua y creo que perdí la noción de las cosas. Tuve la sensación de apretar una masa viscosa que se escapaba de mis brazos, cada vez más inertes. Después, aquello que me llevaba hasta el fondo, desapareció. Mis brazos volvieron a ser livianos. Ascendí cuatro, cinco metros. En la superficie aspiré una bocanada de aire que me dolió en los pulmones. Grité: ¡Bernardi! ¡Bernardi! Nadie me respondió. Estaba solo entre tinieblas. Bernardi había sido devorado por un tiburón”.
El Principessa Mafalda
El transatlántico italiano “Principessa Mafalda” fue construido en 1908 y botado en Nápoles en abril del año siguiente. Homenajeaba con su nombre a la princesa italiana Mafalda de Saboya, hija del rey Víctor Manuel III y de la reina Elena. Pertenecía a la Navegazione Generale Italiana Societá Riunite Florio & Rubatino y en octubre de 1927 cumplía su nonagésima travesía entre Génova, Barcelona, Río de Janeiro, Santos, Montevideo y Buenos Aires. Pesaba 9.210 toneladas y medía 485 pies de eslora y 55 de manga.
Si bien nunca se conocieron las cifras exactas, se estima que en el naufragio murieron 324 personas (32 tripulantes y 292 pasajeros), de un total de 1.255 que iban a bordo (968 pasajeros y 287 tripulantes). De los viajeros fallecidos, más de 200 eran de tercera clase.