A partir de un trabajo integrado, con la capacitación de los equipos de Salud y la actualización de los registros nominalizados de personas con factores de riesgo, la provincia asiste y contiene a los diferentes grupos en el contexto de pandemia.
En el marco del impacto de la pandemia por coronavirus, la provincia implementó y sigue sosteniendo múltiples estrategias sanitarias, una de ellas tiene que ver con la asistencia, monitoreo y contención de personas con factores de riesgo y adultos mayores: la población más vulnerable al Covid-19.
La incorporación de esta estrategia desde el mes de abril surge del Modelo de Atención para Pacientes Crónicos (Mapec), adaptado a la situación epidemiológica actual para fortalecer las redes de atención. Así, los equipos de Salud de 154 centros de atención primaria (provinciales y municipales), y de 41 hospitales de baja y mediana complejidad, trabajaron en este modelo de atención integrado, con foco en la persona y la comunidad, inserto en una red integrada de servicios de salud en interacción con las distintas direcciones, áreas y programas de la cartera sanitaria.
En este trabajo, además, cobró relevancia la nominalización de la población a cargo de cada establecimiento sanitario. Con la actualización de la información personal, se avanzó en la geolocalización en el sistema Salud Digital Entre Ríos (Sader) y Telesalud, lo que implica un avance importantísimo en el uso sanitario de las tecnologías de la información y la comunicación.
Trabajo en red para la continuidad de los cuidados
Desde la Coordinación de Prevención de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, su referente, Soledad Garcilazo, explicó: “Esta estrategia tiene relevancia por la visibilidad de la responsabilidad de la población a cargo, concepto que apunta a poder brindar el máximo nivel de calidad posible en cada una de las intervenciones sanitarias”.
Por otra parte, indicó: “Atendiendo a la contingencia epidemiológica, la readecuación de los objetivos se orientó a monitorear el control clínico de patologías de base; alertar ante la aparición de síntomas compatibles con Covid-19; contener los procesos psicosociales de aislamiento; relevar y asistir necesidades sociales e intervenir institucionalmente (red de atención e intersectorial)”.
En este contexto, Garcilazo destacó: “El eje de seguimiento o continuidad de cuidados se afianzó en la implementación del contacto y la comunicación remota, además de nuevos espacios de educación para el autocuidado y la utilización de herramientas como Telesalud”.
Cabe recordar que el Ministerio de Salud readecuó servicios para poder garantizar las prestaciones básicas no diferibles en la población de todas las edades. De esta manera, la intervención fundamental del primer nivel de atención permitió proteger a la población de riesgo: personas mayores de 60 años y quienes presentan comorbilidades tales como: hipertensión, cardiopatías, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas (asma, fibrosis quística, enfermedad pulmonar obstructiva crónica), obesidad, enfermedad renal, trasplantados, cáncer, virus de inmunodeficiencia humana, entre otras.
Organización de los servicios de Salud
Actualmente, en el contexto de pandemia, el nivel hospitalario adecuó la atención en forma discriminada para Covid y el resto de los problemas de salud. Incluso se generaron consensos con el sector privado, especialmente en los módulos de internación.
Respecto al primer nivel de atención, los documentos emitidos por el Comité de Organización de Emergencia Sanitaria (COES) han recomendado: garantizar la atención en un horario diferenciado; fortalecer el trabajo con referentes barriales; circuito diferenciado de consulta programada y demanda espontánea y, dentro de esta última, la atención específica por consulta de síntomas respiratorios.
La metodología integra el uso de herramientas disponibles, la priorización por riesgo, la gestión en la atención dentro de la red de servicios y la utilización de vías remotas de contacto. Este trabajo mancomunado con la rectoría del Ministerio de Salud de la provincia, permitió: guiar a los equipos de salud en el seguimiento de la población de riesgo; informar y asesorar sobre las herramientas disponibles para la gestión y trámites diversos; ofrecer recursos e ideas para favorecer el autocuidado; brindar materiales de formación e información y fomentar el trabajo en equipo y la comunicación.