Presos que limpian calles y buscan la tan ansiada libertad

Los presos que están en la parte final de la condena por robos, homicidios o abusos desmalezan calles, acondicionan plazas y terrenos públicos de Paraná.

Un par de mensajes enviados a UNO permitió conocer que había una marcada polémica de parte de un grupo de vecinos que debatían por un programa que permite a presos trabajar en las calles y cobrar un dinero a cambio de la tarea.

Esto llevó a consultar y averiguar en qué consistía la actividad, bajo qué régimen cumplían los trabajos, y en definitiva aportar información al primario debate -que podría decirse está lleno de prejuicios de algunos de los lectores-, qué pedían averiguar un particular movimiento diario de internos de la cárcel de Paraná en distintas zonas.

Lo cierto es que el Servicio Penitenciario de Entre Ríos (SPER) y la Municipalidad de Paraná, están desarrollando un convenio por el cual se permite que presos sentenciados a prisión efectiva que se encuentran en la última parte de la condena, obtendrán el beneficio de realizar tareas comunitarias a cambio de un pago mensual.

A simple vista, este convenio permite cumplir con lo que establecen varios artículos de la Constitución Nación, como normativas internacionales que promueven una palabra que parece ser una utopía: la resocialización de las personas privadas de la libertad.

En hora buena que el Estado invierta dinero, herramientas, medios de transporte y personal penitenciario para garantizar que los presos puedan incorporarse a algún mecanismo de incentivo para desarrollar un oficio y de paso obtener algunos pesos.

Este tipo de notas, seguramente provocará varios disparadores que los trataremos de responder, tales como: por qué cobran tan poco; el nivel de peligrosidad de dejar a determinados condenados en las calles, sabiendo que cumplen penas por asesinatos, violaciones o asaltos,. Entre otros puntos.

Al mismo tiempo también nos obliga a realizar algún tipo de replanteo por visiones de algunos sectores de la sociedad que de la boca para afuera bregan por la existencia de derechos que deben tener los privados de la libertad, pero que hacia adentro jamás le abrirían la puerta a un exconvicto para darle una mano cuando esté pidiendo una nueva oportunidad laboral en la sociedad.

Los trabajos y las reacciones

Esta semana UNO encontró al grupo de internos de la cárcel de Paraná en una primera tarea: limpiando, desmalezando, carpiendo y acondicionando avenida de las Americas en la parte sur, incluso liberando de chilcas, espinillos, cañaverales y cardos la vía del ferrocarril que une la capital provincial con Oro Verde.

El segundo trabajo, lo iniciaron días después en el barrio Procrear, donde las cuadrillas de 30 presos comenzó la limpieza de los espacios verdes internos y externos de la estructura urbana recientemente inaugurada.

En esta producción nos limitamos a mencionar a los internos que dialogaron con UNO por sus nombre, omitiendo los apellidos y referenciando brevemente el motivo de la condena.

Con motosierras, machetes, horquillas, palas y hachas que son provistas por la Municipalidad de Paraná, salen a realizar los trabajos organizados por la comuna y que son custodiados por varios penitenciarios.

Todos los días, de lunes a viernes de 8 a 14 cumplen con las tareas a buen ritmo con vestimenta adecuada y protección necesaria para la tarea. Por mes cobran unos 15.000 pesos que son aportados por la Municipalidad.

Los internos que son seleccionados se encuentran en la parte final de la condena y si cuentan con buena conducta y actitud positiva a superar el encierro estudiando o realizando cursos, voluntariamente acceden a ser parte del convenio.

Se debe trabajar, a un ritmo tranquilo pero seguro, y si bien no hay exigencias extremas, tienen un plan de acción que se cumple en buenos términos provocando la urbanización de calles, terrenos, plazas y otras zonas que deben ser “intervenidas” por el Estado municipal.

Reclamos y esperanzas

En el descanso, mientras el mate y la bolsa de bizcochos iba y venía en el grupo de presos, algunos hablaron con UNO para contar sus vivencias con esta oportunidad de hacer “algo por la comunidad”.

“A mí lo único que me interesa es que vea la nota de UNO mi mamá Susana, que es de Paraná, igual que yo, que estoy haciendo lo que le dije y le prometí, y que ustedes ahora reflejan. Me mandé varias cagadas, es cierto, pero también quiero cambiar, y esto lo hago por mi vieja”, explicó el muchacho de 28 años condenado por Robos Calificados y que notificó que le quedan dos años y dos meses de prisión.

Habló que a su entender es muy alta la reincidencia. “Por lo que estamos viendo, de cada 10 presos que terminan la condena ocho o nueve regresan. Y esto pasa porque afuera no hay oportunidades”, subrayó.

Otro hombre que le dicen El Negro, que es oriundo de La Paz y mientras fuma con pasión, comentó: “Hace 24 años que estoy acá preso, por un homicidio. Maté a un hombre poderoso porque me asqueroseaba con el fanatismo por el fútbol. Éramos conocidos y un día me agarró cruzado y nos dijimos de todo, por eso lo maté”.

“Por supuesto que estuve mal, pero creo que con un homicidio simple estaba bien, lo calificaron y estoy acá sin poder gozar ningún tipo salidas. Espero que con este convenio valoren que estamos cumpliendo con lo que piden”, resaltó el hombre que por su edad es visto como una persona que infunde respeto en el resto de los presos.

La charla tranquila se hizo, ante la atenta mirada de los penitenciarios que controlaban. No llevan armas y el espíritu de respeto es similar al código de dar la palabra y no mandarse ninguna macana.

Otro de los privados de la libertad que sale a trabajar a la calle, explicó: “Soy de La Paz, estoy condenado por homicidio en ocasión de robo. Creo que esta es una buena oportunidad para demostrar que uno quiere cambiar enserio, y si bien me pagan 15.000 pesos por mes, mucho no me alcanza para ayudar a mi familia”.

En el grupo de internos que trabajan, se dio fuerza a esta idea, que fue brindada por un hombre con su pelo teñido: “Agradecemos al Servicio Penitenciario y a la Municipalidad por el convenio, pero estaría bueno que se puedan disponer de cupos laborales para personas que concluyan las condenas, y puedan ingresar a la comuna o la Provincia. Así como hay prioridades para discapacitados, Veteranos de Malvinas y personas Trans, por qué no se puede dar una salida laboral directa a los que terminemos la sentencia”.

La nota avanzó y entre chanzas por la paternidad de Boca sobre River y la actualidad del país y el marco electoral, en el cual algunos de los internos admitieron ser peronistas, otros aclararon no ser kirchneristas, pero sí justicialistas , en tanto que hubo expresiones a favor de Juntos por el Cambio, e incluso del partido de Javier Milei.

La gran mayoría bregó que, al menos ellos no volverían al penal. “Tengo familia y quiero tener una nueva oportunidad en la sociedad, estoy estudiando y haciendo algunos cursos, así que cuando termine la condena me la voy a rebuscar con estos oficios que aprendí en la Unidad Penal”, valoró otro de los muchachos del grupo de 30 presos que realizan tareas similares a los trabajadores de la Dirección de Parques y Paseos de la Municipalidad de Paraná.

Obligación y reacción

Gastón Escobar, uno de los responsables del sector de Industria de la cárcel de Paraná, consideró como altamente satisfactorio el proceso de evolución del convenio laboral. “Me da la sensación que los muchachos que se incorporaron buscan dar muestras de superación, responsabilidad y un progreso en su paso por la unidad penal”.

Contó que los vecinos del barrio Procrear tuvieron una alta aceptación a esta iniciativa. Vinieron varias personas a consultar sobre quienes eran los que trabajaban y al enterarse que eran internos, elogiaron la decisión de hacer un trabajo por la ciudad”.

El convenio

El convenio firmado entre la Municipalidad de Paraná y el Servicio Penitenciario de Entre Ríos (SPER), proyecta avanzar con el proceso de resocialización de internos de los penales.

Fue en ese marco que se dio el convenio de colaboración vigente entre la comuna y el Servicio Penitenciario de Entre Ríos, donde un total de 30 internos designados de la Unidad Penal N°1 “Dr. Juan José O Connor” -que transitan la última etapa de la ejecución de la pena- se encuentran realizando tareas de limpieza, desmalezado y destronque en espacios verdes de la ciudad.

Se pudo saber, de acuerdo a lo que reza en el convenio, que las tareas encomendadas se desarrollan según las necesidades de la Municipalidad, la cual tiene a su cargo la organización y supervisión de las mismas, así como la provisión de las herramientas y maquinarias requeridas para abordar este tipo de tareas.

En tanto, el personal penitenciario afectado para la ocasión tiene a cargo la custodia, el control y el cuidado de la cuadrilla de internos que son trasladados hacia los lugares de trabajo definidos por parte del Municipio.

Entre los objetivos que se pueden marcar como parte del convenio oficial entre los dos organismos, se mencionó:

Propiciar este tipo de tareas para la población penal que busca fomentar instancias de aprendizaje y distracción, entendiéndose a las mismas como actividades que posibilitan la práctica en el desarrollo de oficios que les permitirá insertarse en el mercado laboral una vez recuperada la libertad.

Para el Servicio Penitenciario la laborterapia es un pilar fundamental, así como la planificación de actividades dependientes de los talleres carcelarios, a través de los cuales se brindan herramientas que contribuyen al desarrollo integral de quienes están privados de su libertad cumpliendo una pena.

Desde esta perspectiva, los acuerdos firmados entre el SPER e instituciones y empresas privadas también permiten que los internos puedan acceder a conocimientos específicos adquiriendo hábitos laborales, mejorando su autonomía y autoestima para facilitar una integración social efectiva alejada del delito.

FUENTE: UNO ENTRE RIOS



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