Por reiterados episodios violentos, suspendieron el Torneo de la Liga Comercial de Diamante

Una decisión contundente del Jefe Departamental Diamante, Esteban Allegrini, en procura de la seguridad ciudadana, puso fin a todos los partidos que restaban del campeonato. Los pormenores de un planteo social y funcional, que podría replicarse en otros puntos de la provincia.

La pelota dejó de rodar en el marco de la Liga Comercial de Diamante y será por tiempo indeterminado, hasta tanto los organizadores garanticen el cumplimiento de todas las exigencias que conlleva desarrollar un torneo futbolístico. Es la primera vez que se adopta una determinación de esas características en la ciudad, sirviendo de caso ejemplificador y previniendo consecuencias mayores a las registradas.

La Liga Comercial de Fútbol Diamante reúne a equipos que representan a negocios o empresas, o son conformados por grupos de trabajadores independientes, que disputan un torneo. Para cada fecha, alquilan canchas de clubes y disputan los partidos. Según se supo  en los últimos meses, solían producirse altercados o escaramuzas, hasta que las reacciones desmedidas pasaron a mayores en un encuentro y un incidente detonó la necesidad imperiosa de evaluar la situación y tomar una definición consecuente.

En diálogo con nuestro cronista en el canal, el Jefe Departamental Diamante, Esteban Allegrini, explicó lo sucedido: «Hace 15 días, en ocasión de jugarse un partido amateurs por la Liga Comercial Diamante, un árbitro fue agredido físicamente, debiendo recibir asistencia médica, que concluyó con 8 puntos de sutura en el rostro. Automáticamente cité a los dirigentes y responsables de los clubes que alquilaban sus instalaciones para que se disputen los encuentros, y se constataron irregularidades, por las que no estoy dispuesto a ceder. Me interesa que jueguen y se diviertan, pero que lo hagan en forma ordenada -como debe ser-«.

«Antes, durante y al finalizar los partidos, no hay personal policial, porque contratar el servicio les cuesta dinero; pero al suceder inconvenientes, sí la institución debe responder social y penalmente», analizó el funcionario y continuó: «En la reunión les expliqué que corresponde contar con habilitación municipal, con seguro para los que participan, se debe disponer de ambulancia y personal policial para garantizar la seguridad. Si no tienen esas condiciones, no se va a jugar».

Desde esa convocatoria con los presidentes de clubes, derivada del ataque a un árbitro, «no se jugó más y no lo estaré permitiendo de no cambiar las condiciones en que se estaba jugando», afirmó el Jefe Departamental. La decisión fue acatada y comprendida: «Les hice entender que tienen una función social muy importante en Diamante, que es la de contención de los chicos. Las nuevas generaciones necesitan de los clubes para socializar, aprender a compartir, y educarse en valores, además de practicar un deporte. Los clubes son ese espacio donde todos iguales, no hay ricos ni pobres, sino entusiasmo por una disciplina deportiva, que los une desde lo humano. Pero existen irresponsables, que no pueden contener sus emociones ni dominar sus acciones, que los ponen en serios problemas penales y civiles. Y no podemos dejar la ciudad sin club. Aparecen abogados interviniendo en estos casos, que requieren quién autorizó, qué garantías había, y las respuestas  las debe dar el club que facilitó su sede. Termina pagando el club, que sólo quiso reunir unos pesos de alquiler, para comprar pelotas o camisetas y no sólo se ve envuelto en un problema judicial, sino que tiene que afrontar económicamente los incidentes. Los presidentes de clubes entendieron al planteo y decidieron no alquilar más sus canchas. La escalada de violencia que se estaba poniendo de manifiesto, permitía vislumbrar que una pérdida mucho mayor iba a ser, cuando ocurriera algo más grave. Ahora habían sido 8 puntos de sutura, lo cual es grave; pero si muere una persona. ¿Quién se hace responsable?».

Haciendo un paralelismo con los hechos violentos acaecidos contra un árbitro este fin de semana en Aldea Protestante, quien dirige el destino de la seguridad diamantina, comentó: «en el incidente protagonizado por la parcialidad del Club Atlético Deportivo y Cultural Aranguren, le pegaron patadas cuando estaba caído en el piso; fueron en el cuerpo, pero si hubiese sido en la cabeza podían provocarle la muerte. No podemos permitirlo». 

Con la convicción de corregir un problema de vieja data, el Jefe Departamental sostuvo: «Tenemos que hacernos responsables, cada uno del rol que le toca asumir. Esto sucede, nos aqueja y no voy a mirar para otro lado. Me tocó empezar a poner orden y lo haré. Debe entenderse que es una cadena, porque si no hay personal policial, los árbitros no deben permitir jugar; si no está la habilitación municipal correspondiente, los clubes no tienen que dejar llevar adelante el partido; si las intendencias no habilitaron y se juega, tienen que mandar el control pertinente y clausurar o sancionar como el procedimiento lo indica. A nosotros nos compete atender lo que sucede y si se registran estas situaciones con irregularidades, proceder de inmediato, sino estaríamos incumpliendo con nuestros deberes de funcionario público. No voy a permitir que pasen hechos graves ni voy a desentenderme, porque después nos lamentamos todos -como pasó en Villa Gesell con el caso de los rugbiers- y además, recaen responsabilidades penales».

En busca de alternativas y para coordinar metodología de trabajo, de cara a un eventual y futuro reinicio de la Liga Comercial -en las condiciones manifestadas-, el Jefe Departamental anticipó: «Estaré manteniendo una reunión con referentes de la Liga Comercial y el intendente de Diamante. Coincidimos en que el fútbol es la pasión argentina, es un juego -de hecho, lo acompaño siempre a mi hijo a jugar-; pero tenemos que ser responsables. Hoy mi preocupación y ocupación es velar por la seguridad de cada ciudadano del departamento Diamante. Los incidentes leves se solucionan, sin embargo, tenemos que pensar en lo más grave, para estar preparados, para realmente estar a la altura, sabiendo exactamente cuál sería el escenario si pasara y no que sea un traspaso o deslinde de unos a otros a la hora de hacerse cargo y haya diez implicados en negligencias. Seguramente esta decisión traerá repercusiones, pero tengo la obligación de cuidar la vida de la gente que se encuentra en mi departamento», enfatizó.

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