Pese a que Javier Milei el 1º de marzo fijó como requisito y “muestra de buena voluntad” la aprobación de la ley bases y el paquete fiscal para habilitar la firma del Pacto de Mayo, en la Casa Rosada ahora señalan que la puesta en escena en Córdoba prevista para el Día de la Patria “se va a hacer igual”. Y que el presidente estará parado en el escenario – “en soledad si hace falta”- pase lo que pase con los proyectos.
Con el anuncio del Pacto de Mayo la gestión libertaria marcó la agenda de toda la política y ahora está puliendo las reglas de juego. En las últimas horas, cerca del presidente hicieron trascender que en el evento de Córdoba no estarán todos los gobernadores y jefes de partidos políticos, sino solo aquellos que hayan acompañado los proyectos de ley que se debatirán en las próximas cuatro semanas en el Congreso. “Los que acompañen las iniciativas serán bienvenidos. Los que no lo hagan, no”, sentenció un estrecho ladero de Milei.
Así, el líder libertario quiere aplicar otra vez el “principio de revelación” que traza una línea entre aquellos que “apoyan las ideas de la libertad” y los “traidores”, ya un tic en su forma de hacer política. “No van a estar todos invitados al pacto”, soltó el viernes en Balcarce 50 un funcionario cercano al presidente.
Cerca de Milei señalaron a La Nación que el criterio para definir las invitaciones a los gobernadores estará dado, fundamentalmente, por lo que ocurra en la cámara alta, que es donde el gobierno está más complicado con los votos. “Veremos en el Senado”, dijo un estrecho colaborador presidencial. Ello pese a que no todos los mandatarios provinciales tienen incidencia directa sobre sus legisladores, porque en muchos casos fueron elegidos en turnos electorales distintos. “Si no controlan sus senadores ¿Qué sentido tiene acordar con ellos?”, ironizaron cerca del jefe de Estado.
Estrategia de presión
La advertencia sobre el Pacto de Mayo funciona como una estrategia de presión de cara al dificilísimo test que debe pasar el oficialismo en las próximas semanas, cuando llegue la hora de las definiciones en ambas cámaras del Congreso. Sembrar la duda sobre las invitaciones a Córdoba sirve para mimar a los aliados, para presionar a los dudosos y para marcar distancia sobre los mandatarios kirchneristas que ya se exhibieron en contra de las leyes oficiales. En definitiva, funciona para generar un parteaguas en la política.
En su convocatoria al Pacto de Mayo, Milei había dicho que serían convocados “gobernadores, ex presidentes y líderes de los partidos políticos”. Si el criterio está marcado por los apoyos a la ley bases y al paquete fiscal, se descuenta que quedarán excluidos desde Cristina Kirchner -que ayer reapareció en un acto para hacer durísimas críticas al Gobierno- hasta mandatarios como Axel Kicillof (Buenos Aires) y Ricardo Quintela (La Rioja). Podrían sentir la presión otros mandatarios, como Gerardo Zamora (Santiago del Estero) o Claudio Vidal (Santa Cruz) cuya actitud hoy es una incógnita y es crucial porque controlan a varios senadores.
Gobernadores de Juntos por el Cambio como Maximiliano Pullaro (Santa Fe) e Ignacio Torres (Chubut) ya celebraron la convocatoria al acuerdo nacional, pero ahora en la Casa Rosada están esperando que esa buena voluntad se traduzca en votos.
En la Casa Rosada están haciendo todo tipo de gestiones políticas subterráneas para garantizar los votos, en un marco de fuerte estrechez. El asesor presidencial Santiago Caputo, por ejemplo, le pidió al vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, el apoyo de los legisladores de la UCR porteña en medio de la confrontación abierta por el presupuesto universitario y a horas de la marcha más masiva contra el gobierno.
Yacobitti le dio a entender que los diputados de su sector apoyarán a la ley en general, con disidencias sobre algunos temas. Y eso pone un signo de interrogación sobre el senador Martín Lousteau, que viene haciendo durísimos cuestionamientos a Milei y es uno de los apuntados por los “tanques libertarios” en redes sociales. Con un poroteo tan finito en el Senado, su voto puede ser clave.
Más allá del “reglamento” que la Casa Rosada quiere fijar para el Pacto de Mayo, las gestiones para la puesta en escena están muy verdes a solo un mes del evento. Colaboradores de la secretaría General de la Presidencia, a cargo de Karina Milei, viajaron a la Docta para evaluar posibles locaciones. Por ahora pica en punta el Centro de Convenciones Juan Bautista Bustos que se destaca por su capacidad (tiene una sala para 4.900 personas) y está cercano al aeropuerto. Personal de seguridad del presidente ya visitó el lugar.
Algunos en el gobierno todavía no descartan a la Universidad de Córdoba, un lugar emblemático con un entorno más acorde al evento, aunque con una locación más complicada. Los detalles de la puesta en escena serán celosamente cuidados por Santiago Caputo y Karina Milei.
Respecto al contenido, el gobierno no está dispuesto a hacer incorporaciones de temas como la educación a los diez principios que propuso Milei para crear “un nuevo orden económico argentino”. En Balcarce 50 dicen que solo es negociable el mandamiento número nueve, que propone “una reforma política estructural que modifique el sistema actual”. Dado que ese punto se desvía del contenido económico, los libertarios podrían hacer una concesión en el texto.
Fuente: La Nación