En Entre Ríos, alguna gente de las ciudades pareciera no percibir el esfuerzo y zozobras de la gente rural.
El pueblo rural sí percibe sufrimientos y necesidades de la gente de la ciudad.
Más del 70% de las ganancias de los entrerrianos proviene del esfuerzo del campo que nos permite una mejor remuneración, un mejor sueldo y una mejor calidad de vida.
El hombre de campo, cuando siembra, afronta los riesgos de
todo su capital.
Depende de la suerte que llueva luego que siembra, que vuelva a llover justo en
los días de floración, que pueda combatir a tiempo las plagas, la oruga, la
chinche, los hongos…, y que no llueva ni haya tormentas cuando cosecha para
preservar su pequeño capital para sembrar la próxima temporada.
Y deseando que los administradores circunstanciales de la provincia, reconozcan su penosa situación que termina repercutiendo en las necesidades de TODO el PUEBLO entrerriano.
¿Por qué en nuestra patria chica, los impuestos son más que en Santa Fe, más que Córdoba?
¿Porque los que administran la provincia nunca trabajaron?
La gente de campo, los pueblos rurales, necesitan que esos administradores circunstanciales no los persigan, que los impuestos sean posibles de pagar, que condenen los delincuentes que destruyen su producción…
Debemos conciliar los sentimientos del campo y la cuidad, reconociendo que, en nuestra provincia, en nuestra república chica, somos un SOLO pueblo, que UNOS Y OTROS somos IMPRESCINDIBLES para vivir, para mejorar nuestra calidad de vida y que, cuando alguien se lamenta, los demás debemos escuchar.
Debemos protegernos, TODO el pueblo UNIDO en nuestra pequeña REPÚBLICA.
