La comunidad católica acompañó con emoción la despedida de Monseñor Juan Alberto Puiggari tras 14 años de servicio. El arzobispo expresó su gratitud y confirmó que continuará colaborando en la arquidiócesis.
La despedida de Monseñor Juan Alberto Puiggari reunió a una numerosa comunidad en el salón del colegio Nuestra Señora del Huerto, en Paraná. Entre aplausos y gestos de cariño, fieles, sacerdotes y seminaristas se acercaron para agradecerle sus 14 años de servicio pastoral.
“Fundamentalmente el sentimiento es de gratitud, de agradecimiento a Dios y a toda la comunidad que ha sido tan cálida”, expresó Puiggari en diálogo con Elonce. A lo largo de su gestión al frente de la Arquidiócesis de Paraná, destacó la cercanía con los fieles y el acompañamiento que recibió en cada etapa.
La ceremonia se desarrolló en un ambiente de calidez comunitaria, con momentos de música, oración y hasta una degustación ofrecida por los presentes. “Durante estos 14 años han apoyado siempre, eso es lo importante”, remarcó el arzobispo saliente con visible emoción.
Frente a la consulta sobre su futuro, Puiggari aclaró que no se trata de una jubilación en sentido estricto. “Me quedo en Paraná. Todavía no está definido totalmente 100% el lugar, pero ahora trabajo de cura, ayudando al obispo en lo que él quiera y ayudando también a los sacerdotes en las parroquias”, afirmó.
En ese sentido, insistió: “No es como dicen ‘me jubilo’. No me jubilo. Mientras tanto, uno sigue trabajando, ayudando a las parroquias y atendiendo a la gente que sea necesario”. También se refirió con optimismo a la llegada del nuevo arzobispo, Monseñor Raúl Martín, quien visitó brevemente la ciudad: “Vino hace unas dos semanas, estuvo un día. Está con mucha expectativa, muy contento con la preparación que ve. Le llamó la atención algo que no había pensado: dice que los entrerrianos nos reímos mucho, lo cual es buena señal”.
Puiggari valoró además el crecimiento del seminario y la cantidad de jóvenes que eligen la vocación sacerdotal. “Es una enorme gracia de Dios cada vocación. Pensar que detrás de cada seminarista hay un cura que va a llegar a alguna parroquia para lo más lindo que es la Eucaristía y ayudar a la gente”, sostuvo.
FUENTE: EL ONCE