En el equipaje que traen los enviados de Argentina a Washington para negociar con el Fondo Monetario (FMI) hay detalles que reflejan avances importantes en el acuerdo que busca cerrar una deuda de 45 mil millones que tomó el Gobierno de Mauricio Macri. Más allá del trazo fino, en el Ministerio de Economía entienden que hay una coincidencia en la lectura de cómo están evolucionando las variables económicas, sobre todo el crecimiento: el organismo que conduce Kristalina Georgieva admitió ante la misión que la mejora es sustancialmente mayor a lo esperado, lo cual para el gobierno de Alberto Fernández es vital, dada la intención es mostrar que, sólo sosteniendo un crecimiento sin ajuste, Argentina podrá cumplir con las deudas.
En paralelo, fuentes oficiales confiaron al diario Página/12 que hay un alineamiento político total del Frente de Todos en renegociar bajo esas condiciones, factor que quedó de manifiesto -más allá de los estilos y diferencias puntuales- en los discursos del presidente Alberto Fernández y la vice, Cristina Kirchner, en el acto por el Día de la Democracia en Plaza de Mayo.
En estas horas culmina la misión argentina que negoció una semana con el Staff del FMI, integrada por tres funcionarios de Economía y dos del Banco Central (BCRA). Este diario accedió a detalles de los avances con el organismo en diferentes frentes, que van desde cuestiones macro como la emisión, el déficit y el crecimiento, hasta asuntos domésticos como los acuerdos de precios. Hubo sobre la mesa de debate entre los funcionarios nacionales y los que están a cargo del caso argentino, los directores Julie Kozak y Luis Cubeddu, cinco puntos centrales de coincidencia y en los que se comenzó a avanzar casi en tándem.
1) La mejora del PBI y el “no ajuste”. Los directivos del FMI les dijeron a los enviados locales que 2021 “fue un año de fuerte progreso de la economía en general y, sobre todo, real”. En paralelo, al ver los números del país, consideraron que hay niveles interesantes de inversión extranjera directa en economía real, no en negocios especulativos. En el entorno del ministro Martín Guzmán -que vino siguiendo al minuto los avances- destacan que este punto es central para la idea del Gobierno de negociar un acuerdo sin ajuste, basado en un crecimiento que, el año próximo, también sería mayor al esperado. “Son los pilares para avanzar”, explicaron a este diario en el Gobierno. Con mucho menor detalle, el FMI emitió un comunicado el viernes por la tarde dando a entender lo mismo.
2) Gradualidad en el déficit. En las charlas entre partes en Washington se convino que el camino de reducción del déficit fiscal, en un contexto de un crecimiento de la economía sostenido, permite una gradualidad que no afecte la recuperación. Hoy el Fondo, que tiene a Argentina casi como su cliente exclusivo, acuerda en que, si ahorca al que le quiere pagar, le resultará imposible cobrar. Eso, en la negociación con el país, es entender la relevancia de no afectar la marcha del PBI.
3) Créditos de la comunidad internacional. El FMI, que no tiene secretos en la negociación con su contraparte y conoce bien la postura de cada uno en el Frente de Todos, dio el viernes un mensaje que, a priori, se malinterpretó en la lectura periodística. El comunicado del organismo manifestó un pedido de apoyo de la comunidad internacional al acuerdo que fue observado como un respaldo político de los países, consignó el diario Página/12.
Según explicaron desde Economía, en la reunión en Washington se expresó, en realidad, que ambas partes trabajarán para que se activen líneas de crédito de organismos internacionales, como el BID y el Banco Mundial, entre otros, para que esos flujos de financiamiento respalden una rebaja más rápida en los niveles de emisión monetaria. Técnicamente, eso se conoce como “efecto catalítico”. Es que otra de las coincidencias en las reuniones fue que la inflación es un fenómeno “multicausal” que hay que abordar con políticas de fondo, y ésa es una de ellas. Eso deberán destrabarlo Argentina y los países que son socios de los organismos, que en su gran mayoría ya le dieron apoyo a la Argentina.
4) Acuerdos de precios. Quizás el punto más sorprendente que se charló en el marco de la misión fue la relevancia que tienen en la negociación los acuerdos de precios, una cuestión microeconómica que no había aparecido hasta ahora en la faz pública. El FMI apoyó “un acuerdo sólido” de precios, un esquema de consenso que, según supo Página/12, se implementará luego del 7 de enero del 2022, fecha en la que vence la Resolución de la Secretaría de Comercio Interior que dispuso una canasta de 1400 precios congelados.
El organismo que conduce Georgieva observa en los acuerdos de precios “un ancla importante a las expectativas de inflación” que, por supuesto, no es la única herramienta para hacerle frente al mayor problema que presenta la economía argentina. Así, ya están trabajando en ese acuerdo Guzmán con los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Agricultura, Julián Domínguez, y el secretario de Comercio, Roberto Feletti. Con esta novedad de la gira, se entienden algunos hechos previos. Por ejemplo, que la negociación de la carne haya sido más integral que puramente de Comercio, que Feletti haya iniciado sondeos a empresarios para una canasta de consenso y que Kulfas aparezca en fotos conjuntas con los funcionarios antes mencionados, cuando venía más centrado en la industria que en los precios.
5) Inversión no especulativa. El Fondo ponderó los números de inversión extranjera directa y los desembolsos de empresas locales en la economía real. No es ése cualquier dato y se enmarca en una diferencia fundamental en la negociación: el FMI, en su autocrítica al préstamo político que le hizo a Macri, no sólo admite que lo entregó a una economía casi quebrada y sin sostén, sino que también los laxos controles de flujos de capitales terminaron con casi todo el préstamo fugado. Así, en la mesa, Argentina expone hoy que el crecimiento que se ve en la economía real es razón suficiente para un acuerdo que no condicione la recuperación. Y que la renegociación se hará con un modelo que no tiene pensada una liberalización de capitales, algo que el FMI admitió debió haberle reclamado a Macri cuando le prestó los 45 mil millones.
Política interna, sobretasa y Plan Plurianual
El punto 6, que no estuvo sobre la mesa en Washington pero que tiene un peso supremo en el avance de las negociaciones, es el capítulo político interno. El viernes, en la Plaza, CFK habló en duros términos sobre las conductas del Fondo, mientras Guzmán observaba desde la trastienda, sin mayores sorpresas. Salvo a los extraños, a nadie en el Gobierno le llamó la atención el pedido de un acuerdo sin ajuste de la vice. Algo que ya hizo en su última carta. El propio Fernández habló, a su modo, en los mismos términos en la Plaza y el cierre de la Conferencia de la UIA. Ambos cuadros, además, charlaron de ese y otros temas en la previa al evento.
Un dato que muchos analistas dejaron pasar: días antes, Juan Sebastián González, el consejero de Joe Biden para la región, habló en un foro ultra pro americano y deslizó críticas duras al FMI y sus comportamientos históricos citando a dos autores estadounidenses anti establishment económico”: Paul Blustein, un periodista del Washington Post; y al economista Michael Mussa. Ambos autores de libros sobre el organismo y la deuda argentina aseveran, palabras más o menos, que el Fondo no sólo es responsable de prestar irresponsablemente, sino que además generó intencionadas ganancias a los bancos y, con sus recomendaciones posteriores, hundió más aún a los países a los que les prestó.
En Economía, en tanto, aseguran que “es muy positivo marcar la necesidad de que la negociación no frene la recuperación, porque son negociaciones duras en las que hay que actuar con firmeza”. También destacan como razonable y positivo el pedido de CFK para que el FMI ayude a Argentina a recuperar el dinero que se fugó del país. Los números que se manejan es que fueron 24 mil millones de dólares en formación de activos externos.
En este contexto, quedan dos detalles por ver en el corto plazo. Más allá de los rumores, el Fondo no ha discutido aún las sobretasas, un pedido de Argentina que es relevante en el número final a pagar. Esa penalización por haber tomado un crédito elevado, no se debatió en la reunión reciente del FMI, que era en realidad por los “Balances Precautorios” del organismo. En el Gobierno no descartan que pueda discutirse antes de fin de año.
Por otra parte, esta semana seguirán las negociaciones remotas con el FMI y los países socios del organismo para los toques finales del Plan Plurianual, que incluye las metas de crecimiento, inflación, déficit, inversión y otros rubros, de aquí a varios años. Así, entraría al Parlamento por Diputados a fines del mes.
FUENTE: pagina12.com