La vitivinicultura entrerriana busca recuperar su protagonismo

“Nuestra meta es que Entre Ríos recupere el estatus que tenía hace más de 100 años”, afirma Moisés Benain, gerente de Administración y Turismo de Ecovert, uno de los emprendimientos que impulsa el renacimiento de la actividad vitivinícola en el sur del departamento Concordia. Entrevistado en el programa «Lo que queda del día», por Oíd Mortales Radio, Benaín destacó el enorme potencial de la zona, pero también advirtió sobre las dificultades que enfrenta el sector: “Los caminos son un desastre”, “los costos de energía son exagerados” y “necesitamos que nos dejen trabajar”, resumió.

Ecovert es una empresa familiar de raíces francesas que retoma, tres generaciones después, una tradición vitivinícola que debió ser abandonada a mediados del siglo XX tras la sanción de la Ley Nacional 12.137, que prohibió esta actividad en la provincia. Derogada en 1993, esa ley dejó un vacío de décadas que la familia Bougain comenzó a revertir con un lento y sostenido trabajo de recuperación. En 2019 se fundó formalmente la nueva bodega, consolidando un proyecto que hoy combina historia, identidad y producción artesanal.

Actualmente, Ecovert cultiva nueve hectáreas con varietales como Sauvignon Blanc y Pinot Noir, y estima una producción de unos 8.000 litros de vino en 2025. El proceso es manual y riguroso, inspirado en métodos tradicionales del sur de Francia. “El vino tiene una expresión que se da cuando logramos reflejar el terroir —ese conjunto único de suelo, clima y saber hacer local— a través de todo el proceso”, expresó Benaín. Además de elaborar vinos exclusivos que solo se consiguen en la bodega, Ecovert ofrece visitas, degustaciones y actividades enoturísticas que conectan al visitante con el paisaje y la historia del lugar.

Un sector que crece con esfuerzo

La actividad vitivinícola en Entre Ríos muestra signos de expansión: existen al menos 48 bodegas registradas y cada año se suman entre 10 y 20 nuevos productores. En el corredor entre Puerto Yeruá y el sur de Concordia, se desarrollan proyectos que también incluyen la elaboración de cervezas, licores y whisky, todos asociados a propuestas turísticas. “Nos encantaría que el departamento esté lleno de bodegas”, dijo Benaín, quien valoró el trabajo colaborativo con otros pequeños productores y la posibilidad de consolidar un verdadero clúster vitivinícola en la región.

Entre los principales obstáculos, Benaín mencionó el mal estado de los caminos rurales —“prácticamente imposibles de transitar”— y los problemas con el suministro eléctrico, que calificó como costoso y poco confiable. Ecovert ya trabaja en la incorporación de energía solar para reducir su dependencia de la red tradicional. También destacó que existen líneas de crédito atractivas —como las del CFI—, pero pidió un mayor compromiso institucional para facilitar el acceso a maquinaria, insumos y financiamiento.

Una visión de futuro con identidad entrerriana

Con una mirada esperanzada, Benaín proyectó un futuro promisorio para el país: “Argentina tiene todo para convertirse en una potencia vitivinícola: terroirs diversos, amplitud térmica, capital humano, empuje. Para 2050 vamos a estar entre los cinco primeros del mundo”. Y cerró con un mensaje inspirador: “El techo es la imaginación. El techo te lo ponés vos. Mientras haya vida y salud, podés lograr lo que sea”.



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