La contracción pegó de llenó en los recursos coparticipables, lo cual pone más presión al acuerdo fiscal entre el Gobierno nacional y las provincias. A qué apuesta la Nación para revertir la tendencia y cuál sería el impacto.
La recaudación impositiva de marzo registró una caída real de 16% puntos, producto de la recesión económica y la baja del consumo en todos los sectores lo cual obliga al Gobierno a profundizar los planes de ajustes para lograr el equilibrio de las cuentas públicas, principal objetivo de su política económica.
El desplome de ingresos fiscales se concentró en los tributos coparticipables, lo cual agrega presión a la discusión entre el Gobierno nacional y las provincias.
La recaudación total alcanzó a $ 7,7 billones, con un alza nominal de 230,6%, unos 55 puntos por debajo de la inflación.
Al desglosar los ingresos también se observa que el impacto fue mayor en los tributos que se comparten con las provincias –IVA y Ganancias- frente a aquellos que van directo al Tesoro Nacional –impuesto PAIS y retenciones-.
Esta diferencia es la que cada vez tensa más la cuerda entre el Ejecutivo nacional y los estados provinciales.
Al no avanzar la modificación del impuesto a las Ganancias, la recaudación por esta vía fue en marzo de $ 1 billón, con una fortísima baja real del orden de 40%, según estimó Iaraf.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, insistió en que el acuerdo con los gobernadores incluye la restitución del impuesto a la cuarta categoría para asalariados, pero aún existen mandatarios provinciales que se niegan a aprobar esta opción.
Por su parte, el IVA –impuesto que refleja el nivel de consumo- llegó a $ 2,8 billones, con una caída real del orden de 15%, de acuerdo a IARAF.
El IVA recaudado en marzo es el correspondiente a las ventas de febrero cuando todas las estimaciones privadas mostraron que las ventas en todos los rubros de la economía sufrieron caídas entre 20 y 30%.
En tanto, las retenciones a las exportaciones les sirvieron al Tesoro Nacional para mejorar sus arcas al sumar $ 310.088 millones, un 541,7% por encima de un año atrás. La mayor liquidación que comenzó a darse a partir de una mejora en la cosecha y el aumento del tipo de cambio son las causas de este repunte. Cabe recordar que la base de comparación es muy baja porque en marzo de 2023 se apreciaban los plenos efectos de la sequía.
Los derechos de importación llegaron a $ 238.515 millones, con un alza de 191%.
En tanto, el Impuesto Pais sumó para el fisco $ 694.903 millones, con un fuerte incremento de 1.552% a partir del aumento de alícuota y de la generalización de su aplicación desde diciembre del año pasado.
Por su parte, el impuesto al cheque –otro indicador del nivel de consumo- marcó ingresos por $ 600.613 millones, que significa una suba de 244 %.
También se observó una mejora en la recaudación del impuesto a los combustibles, producto de las subas que habilitó el gobierno en los últimos meses y que también quedan en su totalidad en las cuentas del Tesoro. En marzo se recaudaron $ 82.481 millones, con un alza de 215%.
En tanto, los tributos vinculados a la seguridad social aportaron $ 1.7 billones, un 209% más que en marzo de 2023, pero 70 puntos por debajo de la inflación, lo cual da una clara imagen de la pérdida de poder adquisitivos de los ingresos de la población.
Con este escenario, el Gobierno nacional se ve obligado a profundizar los planes de ajuste para alcanzar el pretendido equilibrio fiscal.
Además, es importante que pueda consolidarlo durante el primer semestre del año que es menos exigente que el segundo, por razones estacionales.
Los analistas esperan que desde abril se morigere el desplome de la recaudación impositiva a partir de la liquidación de la cosecha de cereales.
Pese a la realidad que marcan los números de marzo el Gobierno no planea tomar medidas para modificar esta tendencia y juega sus fichas a lograr que se profundice la baja de la inflación y a partir de allí, comiencen a mejorar los indicadores de consumo y recaudación.
Por ejemplo, no habrá cambios en lo que respecta al consumo público, ni mucho menos habilitar algún tipo de obra pública para forzar la reactivación de la economía.
La única herramienta a mano sería comenzar a homologar en forma más acelerada las paritarias ya cerradas, pero como varios sectores firmaron por encima de la pauta que pretende Economía -20%- muchos convenios siguen a la espera.
Fuente: LaVoz