El 27 de agosto de 1920 cuatro radioaficionados se subieron a la azotea del Teatro Coliseo (el de la calle Marcelo T. de Alvear) para transmitir la ópera «Parsifal» de Wagner. Contaban con un micrófono, antenas y un transmisor de baja potencia, y se calcula que la obra fue oída por unas 50 personas.
Por aquella proeza, los cuatro autores recibieron el nombre de «Los locos de la azotea», y desde 1934 se celebra todos los 27 de agosto el Día de la Radio.