En Villa Paranacito, investigadores del Ministerio de Producción y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) ingresaron en la etapa final del proyecto de construcción en madera de álamo.
Este sistema productivo, bautizado Paranacito, fue desarrollado en conjunto con el municipio y la Escuela de Educación Técnica Nº 1 Augusto Widmann de dicha localidad. El mismo, que asume la preponderancia de los actores locales debido a la contribución que estos realizan con sus saberes directos, recibió en el año 2011 por parte de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación la Certificación de Aptitud Técnica (CAT).
“La búsqueda de alternativas para ampliar el horizonte de las cadenas de valor entrerrianas es constante y esa vocación política se expresa en el avance de este proyecto para usar recursos disponibles, como la madera de álamo, para generar empleo”, afirmó el ministro Juan José Bahillo.
El jefe de la cartera productiva aportó, incluso, que “el gobernador Gustavo Bordet nos impulsa a promover el fruto del trabajo de los investigadores y en este caso, desde la Secretaría de Ciencia y Tecnología insertamos esta propuesta regional en el plan de financiamiento de Conicet”.
La directora del proyecto, Paula Peyloubet, expresó: “El sistema nace en el marco de varios proyectos de investigación cuyo objetivo principal fue facilitar el diseño e implementación de un circuito productivo donde intervenga no sólo el Conicet, sino también el municipio en conjunto con actores locales”. En ese sentido, se diseñó y desarrolló una tecnología para vivienda íntegramente con madera de álamo, materia prima obtenida de la producción forestal de la región de las islas del delta entrerriano.
La especialista ponderó que el sistema constructivo Paranacito ajustó su desarrollo tecnológico en función de secciones y longitudes utilizadas preferentemente en la localidad para otros destinos en virtud de no generar cortes especiales improductivos. Este se conforma a partir de varios componentes tales como envolvente lateral, paneles bajos y altos; envolvente superior, paneles de techo y cabriadas; y aberturas.
Por otro lado, la investigadora resaltó “el importante papel que asumió la Secretaría de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Producción, ya que el secretario Jorge Gerard seleccionó a nuestro proyecto en Villa Paranacito para recibir un financiamiento extra que entrega el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología a los proyectos que presenten un buen desempeño”.
Aportó que, además, llevan 11 años de labor junto a la Asociación de Carpinteros de Concordia, donde desarrollan un sistema constructivo en conjunto con dicha asociación: “El gobernador Gustavo Bordet era presidente municipal y desde entonces nos impulsa a utilizar madera de producciones de la zona, e incluso recibió el certificado de Aptitud Técnica de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación”. Al mismo tiempo, indicó que un proyecto para un secadero de madera alimentado a energía solar también fue seleccionado por Gerard para recibir financiamiento.
A su vez, Peyloubet mencionó que la utilización de madera de álamo beneficia a la economía de la zona, logrando una diversificación en el destino de dicha producción forestal y permitiendo a los productores destinar parte de su producción a hacer tablas para la fabricación de componentes para este sistema.
“La calidad de esta madera ha sido analizada en la Universidad Nacional de Córdoba, arrojando valores de resistencia homologables a los del pino Elliottii utilizado ampliamente en nuestro país”, indicó. “Gracias al trabajo en conjunto con la Cooperativa de Productores forestales del Delta, tanto profesores como jóvenes egresados de carpintería de la escuela técnica contribuyen al agregado de valor local mediante la manufactura de componentes prefabricados para la construcción de viviendas. Inclusive, la cooperativa cedió a la escuela maquinaria tales como cepilladoras y sinfines, lo cual refleja que hemos logrado el objetivo de articular a las distintas instituciones para que trabajen por el bien común”, finalizó la investigadora.