Juzgan a ex preso

Juan Colman estuvo alojado en seis cárceles entrerrianas durante una condena de tres años y seis meses de prisión. En este juicio se atribuyen un robo en grado de tentativa y las amenazas a tres agentes judiciales del Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Paraná.

Juan Pablo Colman, de 36 años, portador de HIV, hizo este jueves un fuerte cuestionamiento al Sistema Penitenciario y al Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Paraná. Fue durante la audiencia en la que es juzgado por los delitos de Robo en grado de tentativa y Amenazas y Coacciones.

Por estos últimos cargos, Colman es acusado de haber amenazado, mientras estaba privado de la libertad en la Unidad Penal (UP) N°2 de Gualeguaychú, a 290 kilómetros de Paraná, con apuñalar a la escribiente del Juzgado de Ejecución de Penas, Pamela Díaz; a la secretaria del organismo, Marcela Gambaro; y a su titular, la jueza Cecilia Bértora.

El fiscal Martín Wasinger adelantó que pedirá que Colman sea condenado a la pena de ocho años de prisión y sea declarado primer reincidente. Los defensores públicos, Fernando Callejo y Sebastián Lescano, la absolución. La defensa destacó que Colman reencauzó su vida, tiene familia y trabajo, y siempre estuvo ajustado a Derecho.

También manifestó que demostrarán en el debate que “ningún funcionario que tramitó la condena de Colman se quería hacer cargo de él” como así también lo que consideraron “injusta acusación”. El debate es presidido por el vocal del Tribunal de Juicio y Apelaciones, Alejandro Grippo.

PRIMERA VERSIÓN

En relación a las supuestas amenazas, Colman no recordó haber realizado el llamado porque dijo que en ese momento estaba bajo los efectos de psicofármacos que le daban en la cárcel junto a la medicación que tomaba por su infección con HIV. El imputado sostuvo que su continuo traslado obedeció a que se le diagnosticó aquella enfermedad. También dijo que la denuncia por las supuestas amenazas se la realizaron por sus pedidos ante las autoridades. Colman sostuvo que en la  UP N°1 de Paraná nunca fue tratado por su condición de portador y que en la UP de Federal le mezclaban la medicación por el HIV con psicofármacos.

El imputado sostuvo que siempre solicitó por las vías correspondientes que se mejorara la calidad de vida en el penal. Refirió que en una ocasión un preso mayor, oriundo de Buenos Aires sacó de debajo de su colchón “una faca y un Código Penal” y le manifestó “elegir esta (por el arma) te va a llevar a pelear y a ser trasladado, con esta (por el código) vas a poder pedir cualquier beneficio. Elegí el código y así aprendí a hacer peticiones. En las unidades penales las cosas que hacía molestaban, pero nunca pedía nada que no correspondiera”.

Colman recordó que estuvo seis meses sin que se resolviera su pedido de salidas transitorias porque Gambaro y Bértora se excusaron se continuar con su legajo de ejecución de la pena, por las amenazas. El imputado sostuvo que sufrió malos tratos por parte del Equipo Técnico del Juzgado, un trato que calificó de “no humano” añadiendo que “siempre me provocaban para que reaccionara, querían sacarme de ahí”. Asimismo, expresó que “nunca tuve una sanción” y dijo que tenía “calificación 8 y 9, ejemplar”.

SEGUNDA VERSIÓN

A su turno, las funcionarias coincidieron en calificar a Colman como un interno “conflictivo”, “agresivo”, que vivía “enojado” y que “pedía cosas sin fundamentos”. Las tres refiririeron que tuvieron miedo en dos momentos, cuando ocurrieron las amenazas, el 26 de agosto de 2016, y cuando Colman recuperó la libertad, en marzo de 2017.

También coincidieron en que el imputado usaba su condición de portador de HIV “para victimizarse” y así obtener “los beneficios que solicitaba”.

Gambaro sostuvo que el trato con Colman “era imposible porque era muy amenazante” y lo calificó como “una persona altamente demandante” a la que “había que atender mucho porque se ponía en situación de vulnerabilidad”.

Por su parte Bértora manifestó que tomó conocimiento del llamado y las amenazas por Díaz y Gambaro. También dijo que tomó conciencia del peligro que aquellas expresiones contenían por un agente del Servicio Penitenciario de muchos años de servicio que le advirtió que “tenía que tener cuidado con ciertos internos”.

Así, distinguió entre lo que es una amenaza del momento, por un enojo u otra situación, de las del imputado que consideró que se “retroalimentaban por la situación de Colman que tomaba mayor relevancia”.  Bértora negó que Colman haya sufrido mal trato por parte del Equipo Técnico del Juzgado. Lo fundó en que la oficina no es grande y si se hubiese generado una situación irregular se hubiese intervenido.

FUENTE: El Diario



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