Las primeras horas de la expareja de la víctima no fueron tranquilas. Una vez que fue derivado al pabellón 9 hubo un grupo de internos que se enteró de la búsqueda del cuerpo de la mujer, por lo que intentó varias veces «ajusticiarlo» y atacarlo por el hecho.
El alojamiento de Martínez en la cárcel de Paraná se estima que será muy prolongado, y si se confirman las sospechas sería condenado a perpetua por el femicidio de Fátima.
Las primeras horas de la expareja de la víctima no fueron tranquilas. Una vez que fue derivado al pabellón 9 hubo un grupo de internos que se enteró de la búsqueda del cuerpo de la mujer, por lo que intentó varias veces “ajusticiarlo” y atacarlo por el hecho. Ante esto, los penitenciarios debieron resguardar la integridad física del detenido.
Se ordenó desde la Dirección de la cárcel llevarlo hasta el sector de celdas aledaño a la guardia central del complejo.
Allí se aprovechó la oportunidad para extremar la vigilancia sobre Martínez, a fin de que no sea atacado por otros presos o intente quitarse la vida.
Lo que llamó la atención es lo que contó a algunos condenados. Sigue insistiendo en que no tiene nada que ver con la desaparición y el crimen de Fátima. “Asegura que ella se fue a Bovril”, se explicó a UNO.
En tanto, se conoció que del primer contacto con el equipo interdisciplinario de la cárcel, Martínez se mostró poco receptivo a brindar mayor información. Sólo habría comentado que él no es culpable y que no sabe qué le pasó a su expareja.
Por los primeros datos, se comparó su comportamiento y rasgos de personalidad, muy similares a los de Miguel Ángel Lencina (considerado responsable de la desaparición de Fernanda Aguirre). Pese a esto, no solicitó ningún tipo de contención psicológica por estar privado de la libertad, y en todo caso muestra “una dureza y aguante” muy llamativos.
FUENTE: Diario Uno