Detuvieron en Corrientes a dos personas por ocultar ketamina en el tanque de combustible de su vehículo; se trató de 70 botellas que contenían más de 34 litros de la sustancia ilícita.
Detuvieron la marcha de un automóvil ocupado por un hombre y una mujer, quienes transitaban desde la ciudad de Encarnación (República del Paraguay) y tenían como destino final el partido bonaerense de La Matanza; fue durante un operativo de efectivos de Gendarmería Nacional, del Escuadrón 57 “Santo Tomé”, desplegado sobre el kilómetro 669 de la Ruta Nacional 14.
Al momento de la inspección, los gendarmes percibieron un fuerte olor a combustible dentro del habitáculo, también, notaron signos que el asiento trasero había sido removido y no se encontraba fijado correctamente en su lugar.
Ocultos en el tanque de combustible
Ante las posibilidades de estar frente a un hecho ilícito, en presencia de testigos, se llevó a cabo una minuciosa inspección del rodado, constatando que la tapa de la bomba de combustible había sido manipulada. Ese detalle derivó en el hallazgo de 70 botellas plásticas ocultas dentro del tanque de combustible, las cuales contenían una sustancia traslúcida en estado líquido.
Personal de Criminalística y Estudios Forenses practicaron pruebas químicas sobre las muestras obtenidas, las cuales arrojaron resultados positivos para ketamina, con un total de 34,5 lts.
Intervinieron el Juzgado Federal y la Fiscalía Federal de Paso de los Libres, disponiendo el secuestro de la sustancia y la detención en carácter de incomunicados de los ciudadanos involucrados.
¿Qué es la ketamina?
El hidrocloruro de ketamina es un anestésico de efecto rápido que se utiliza tanto con seres humanos (como sedante en operaciones menores) como con animales (como tranquilizante). A dosis altas, causa intoxicación y alucinaciones similares a las del LSD.
La ketamina se puede esnifar, tragar, fumar o inyectar en sus distintas formas. Sus consumidores la toman junto con otras drogas, como el éxtasis (lo que se conoce como kitty flipping) o la cocaína o se esparce dentro de los puros de marihuana.
Sus consumidores pueden tener delirios, alucinaciones o perder el sentido del tiempo y de la realidad, por hasta dos horas, y pueden acabar teniendo nauseas o vomitando, así como desarrollar problemas en el pensamiento o la memoria.
A dosis altas, la ketamina causa problemas motores, entumecimiento corporal y respiración lenta. Una sobredosis de ketamina puede detener la respiración y causar la muerte.
