A los pocos días de ser instalada en el servicio de Oncología del Hospital Centenario de Gualeguaychú, una paciente la hizo sonar por primera vez.
Hace un par de días se informó que el Servicio de Oncología del Hospital Centenario de Gualeguaychú había recibido una campana para que los pacientes que culminan con sus sesiones de quimioterapia pudieran hacer sonar.
“La campana fue donada al servicio, es una antigüedad que consiguieron”, comentó al respecto el Jefe del Servicio de Oncología Franco Ramello.
Este lunes, desde el Hospital Centenario se informó que una joven paciente hizo sonar por primera vez la llamada campana de la esperanza.
Se trata de Daiana Viera, que terminó sus sesiones de quimioterapia en el Hospital Centenario, y fue reconocida por su enorme lucha y esfuerzo para tratar la enfermedad.
La campana se instaló hace unos días en el servicio de Oncología de dicha institución, y por fortuna ya sonó por primera vez: Daiana, a sus 36 años, finalizó con su tratamiento de quimioterapia.
La joven, mamá de 3 hijas, fue diagnosticada en octubre del 2022 de cáncer de recto, y en la mañana de este lunes culminó con una etapa muy importante de su tratamiento, y por lo tanto tocó la campana: “para algunos no significa nada, pero para nosotros es mucho porque lo estamos esperando, terminé mi quimio… siento mucho alivio y felicidad”, expresó Daiana.
Acerca de los trabajadores del Hospital Centenario expresó: “Desde el momento cero ellos estuvieron al lado mío, son mi familia”, agradeció.
Empatía
Al momento de la inauguración de la campana, el Jefe del Servicio de Oncología, doctor Franco Ramello detalló que “es para los pacientes que finalizan su tratamiento de quimioterapia, se hace en muchos lugares, tienen una campana para que el paciente cuando termina pase por ahí y la toque, es un reconocimiento para felicitarlo por lo que ha pasado, porque termina su tratamiento”.
“Se busca que el paciente sienta que es una etapa terminada y que se genere en el resto de la gente que está en el servicio que todo pasa, que uno puede atreverse a ponerle límite a la enfermedad transitando las etapas de la quimioterapia”, explicó Ramello, quien agregó que “esto hace participe al resto de los pacientes, que se suelen conocer, suelen estar juntos y charlar, son muchas horas que pasan sentados en los sillones y que uno termine su tratamiento da mucha alegría a todos, tanto a los que trabajamos como a los pacientes”.
“Es algo que tiene que estimular al que está pasando por esa situación, saber que el tratamiento puede tener una finalización, ese es el motivo de la campana, si bien es algo que parece intrascendente para el paciente, genera un alivio, una sensación de gratitud y de felicidad muy importante”, concluyó Ramello.
Vale destacar también el bello mensaje que tiene: “En toda oscuridad hay una luz, en cada lucha hay una solución, en toda fe hay una esperanza. ¡Lo lograste, felicidades!”.