La ministra de Economía busca dar una señal clara de austeridad y también ejemplificadora del uso del bien escaso que son los dólares. Sin embargo, aún espera que Gobierno la ponga en práctica.
La suba de los diferentes tipos de cambio y la inquietud generalizada respecto al rumbo económico se sintió más y llevó a que impere la prudencia tanto en Casa Rosada como en el Ministerio de Economía, que evitaron formular declaraciones.
Pasillos vacíos en la Casa Rosada intentan mostrar una calma que se constata con el frenesí del Palacio de Hacienda.
Los problemas que tiene a resolver la ministra de Economía, Silvina Batakis no son pocos: la cotización de los diferentes tipos de cambio que, este miércoles aceleraron su suba tras los dichos tanto de la portavoz, Gabriela Cerruti –por la imprecisión de cuando se anunciarían medidas; como los del ministro de Turismo, Matías Lammens, con el anuncio de un posible desdoblamiento para el dólar turista.
Esta tensión cambiaria, con el consiguiente traslado a precios y la incertidumbre que provoca paralizando diversas actividades por la falta de precios, lleva a que se torna imperioso la toma de decisiones, afirman los analistas.
Hasta el momento, la ministra de Economía, tanto en la reunión de gabinete como las que mantuvo con gobernadores e intendentes intenta trasmitir la “delicada situación económica que se enfrentara estos meses” que traducido quiere decir “debemos ser muy cuidadosos con el gasto público”. Por el invierno y la guerra en Ucrania, los gastos en subsidios económicos al sector energético se han incrementado sideralmente. Se dieron dos situaciones “el mayor consumo y la suba de los precios internacionales”.
A nivel oficial estiman que esta tensión que afectará los recursos del Tesoro y la demanda de dólares se mantendrá un par de meses.
Aún resta conocer medidas específicas de austeridad en el sector nacional. Un dato que trasmitió la ministra en las diferentes reuniones es que “la obra pública no se va a paralizar” pero todos deberán gastar los fondos que “ya tienen”, es decir no habrá dinero extra.
Una medida que la ministra hace días quiere aplicar es la “de prohibir los viajes al exterior de los funcionarios públicos” –salvo excepciones – para dar una señal clara de austeridad y también ejemplificadora del uso del bien escaso que son los dólares. Sin embargo, aún espera que Gobierno la ponga en práctica.
El mensaje de austeridad que trasmite Batakis, si bien es escuchado con atención en algunos casos tienden a ser minimizado.
OPTIMISMO
Es que durante, este primer semestre los cheques fluían sin problemas del Palacio de Hacienda, ya que el ex ministro Martín Guzmán, “curiosamente” no alertó sobre la necesidad de reducir el gasto.
Por el contrario, tanto en sus discursos públicos como en a las reuniones de gabinete daba un mensaje “optimista” sobre la economía.
Llego a afirmar, recuerdan algunos funcionarios, que “este año el PBI crecería a más del 7%”; que “la inflación comenzará a descender en el segundo semestre”; que “»la deuda en pesos tiene un perfil de absoluta sostenibilidad”, entre otros pronósticos optimistas.
Por esta razón, si bien Batakis trata de ser lo más realista posible, en algunas áreas, si bien escuchan el mensaje de austeridad, en el fondo creen que “no es para tanto”. Además, cuando se elaboró el DNU del presupuesto para este año no se observó una reducción sustancial del gasto público.
Por otra parte, en todo momento tanto Guzmán como el presidente Alberto Fernández predicaban que el acuerdo con el FMI “no implicaba ningún ajuste ni reformas estructurales”, premisas ambas que no son ciertas.
Justamente la situación crítica de la economía argentina es que durante este semestre se debe reducir el gasto público a un ritmo del 8%, se debe efectuar un importante ahorro en subsidios económicos (en particular en materia energética) y se debe tener para fin de año un proyecto de reforma para el sistema previsional a los efectos de que sea sustentable, por citar solo algunos puntos.
En el entorno de Batakis rescatan el apoyo de los gobernadores como los intendentes y el silencio de los integrantes de la coalición. No sienten que no tengan respaldo por parte de la vice presidenta ni de la Campora “el silencio es un tácito apoyo a las medidas que se deben implementar”, explican. “Sería raro que salgan públicamente a festejar un ajuste” reflexionaba un experimentado político.
Con la mirada puesta en la inflación la administración Batakis ya dio una señal de cómo encararan esta situación. Los ajustes serán en función de la inflación, pero se solicitará que sean un poco menos, tal como anticipo este martes el Secretario de Interior, Martin Pollera. Es decir, los productores al menos no tendrán precios tan rezagados. De esta manera, es que se logró un acuerdo con los medicamentos y se continuará con otros sectores.
FUENTE: Ámbito