Garbarino sigue en una situación crítica y le debe dos meses de sueldo a los trabajadores

En la sucursal local, hay cinco trabajadores que el último pago percibido fue una cuota que representó el 25 por ciento del sueldo de mayo. La firma cerró 60 bocas de venta de las 200 que tenía desde que comenzó la pandemia. Corren peligro 3600 puestos de trabajo en todo el país.

Hace apenas poco más de un año, el empresario Carlos Rosales compró la cadena de electrodomésticos a los hermanos Garbarino. La empresa, con más de 70 años de vida, controlaba más de 200 locales en todo el país junto con la cadena Compumundo y las fábricas Digital Fueguina y Tecnosur en Tierra del Fuego. Además, gestiona una agencia de viajes homónima y la financiera Fiden. La operación se cerró en poco más de $4500 millones.

Entre todas las empresas del Grupo Garbarino sumaban 5600 trabajadores de los cuales quedan 4400 empleados. Los restantes, inducidos por el retraso en el pago de salarios y un incipiente vaciamiento, accedieron al plan de retiros voluntarios que en diciembre ofreció la empresa y consistía en un plan de 12 cuotas de las cuales la firma solo cumplió con la primera.

Un tratamiento similar tuvieron los trabajadores que decidieron continuar cuando la compañía comenzó a discontinuar el pago de los salarios y avanzar con suspensiones masivas, además de adeudar más de un año de contribuciones al sistema previsional y a las obras sociales.

Finalmente, Garbarino anunció, días atrás, el cierre de todas sus sucursales que se mantuvieron abiertas en gran número por la acción de sus trabajadores que decidieron ocuparlas en defensa de sus puestos de trabajo al igual que ocurre hace dos meses con las dos plantas industriales fueguinas. La decisión es resultado del fracaso de la operación de venta al grupo Supercanal Arlink, liderado por Facundo Prado, que había anunciado Rosales junto al líder de la federación nacional de empleados de Comercio (Faecys), Armando Cavalieri.

La empresa alega una caída de ventas del 60% al 70% entre marzo y abril, provocada por la pandemia y un incremento de la venta en línea que dejó obsoleto el modelo de negocios que tenían antes de la pandemia.

Pedidos de quiebra

El tiempo no juega a favor de la cadena de electrodomésticos, ya que en los últimos días se siguieron sumando los pedidos de quiebra por parte de varios de sus acreedores. Además, la deuda financiera también sigue creciendo a medida que se dilata la llegada de un socio que aporte capital. Y lo mismo pasa con el atraso en los pagos de sueldos y el aguinaldo de los casi 2.800 empleados que tiene la cadena en todo el país.

Esta semana también el titular de Garbarino, Carlos Rosales, presentaría una propuesta de arreglo a los representantes de los empleados según el compromiso asumido la semana pasada en una audiencia en el Ministerio de Trabajo.

Por el momento, el indicio más concreto de las intenciones de rescatar a la cadena de la crisis actual y evitar la quiebra es el acuerdo al que llegó Rosales con Newsan para producir a fasón aires acondicionados en las fábricas que tiene en Tierra del Fuego. De esta forma, las plantas volverían a operar, generando ingresos y desactivando el conflicto sindical.

Garbarino tiene más de 3.300 cheques rechazados por unos $4.500 millones. Y las empresas afectadas comenzaron a hacer presentaciones en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial para tratar de cobrar.



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