Este martes se reiniciaron las excavaciones en la estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima, Departamento Nogoyá, en busca de rastros que permitan dar con los integrantes de la familia Gill, desaparecidos desde el 13 de enero de 2002.
Los trabajos se emprendieron con la finalidad de confirmar o descartar un dato que surgió en la causa sobre la desaparición de la familia Gill. Así lo confirmó el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, quien tiene a cargo la investigación.
Estaba previsto que las excavaciones continuaran este miércoles, siempre que las condiciones climáticas lo permitan, se informó a UNO. La familia Gill está desaparecida desde 2002. La investigación continúa.
En 2019, integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) trabajaron en en el campo La Candelaria, sin resultados positivos para la búsqueda de la familia Gill.
En ese momento, el juez había aclarado que la investigación continuaría con la búsqueda de nuevas entrevistas, testimonios y otras pruebas que permitieran recabar datos sobre los Gill. Aquellas excavaciones se realizaron luego de la información brindada por un contratista rural que indicaba que antes de la desaparición de la familia, en la zona rural lindante entre los departamentos Nogoyá y Paraná, se realizó una llamativa excavación en el lecho de un arroyo dentro de La Candelaria, perteneciente al ahora fallecido Alfonso Goette.
Los seis integrantes de la familia Gill, fueron vistos por última vez el 13 de enero de 2002 en el velatorio de un conocido de la familia, a 30 kilómetros de la estancia. La familia estaba integrada por Rubén «Mencho» Gill, de 55 años; su esposa Norma Margarita Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2.
Los familiares de los Gill siempre creyeron que el dueño del campo tuvo mucho que ver en la desaparición. Por eso es que se insiste en buscarlos muertos dentro del establecimiento rural ubicado en el norte del departamento Nogoyá.
En junio 2016 el dueño de la estancia, de 70 años falleció en un accidente de tránsito, y con posterioridad se acercó la versión por parte de un contratista rural de apellido Nanni que derivó en dos excavaciones: una en el monte y otra en un arroyo.