Especial 24 de marzo a 45 años

A 45 años del golpe cívico militar que dio inicio a la más cruel dictadura que conociera nuestro país, vale volver sobre nuestros pasos para valorizar los esfuerzos colectivos que permitieron superar aquel pasado oprobioso, pero también para recordar que aún hay demasiadas deudas y dolores que nos seguirán atando a él en la medida en que no seamos capaces de profundizar el proceso de Memoria, Verdad y Justicia como único camino firme para que el futuro no sea un tembladeral. No es posible avanzar hacia un futuro distinto y mejor sobre bases de olvido, injusticia y con más de 400 argentinos y argentinas a los que la dictadura les robo su identidad y sus familiares los siguen buscando y esperando infatigablemente.

POR REDACCIÓN ENTRE RÍOS PLUS

Un día como hoy, en el año 1977, Rodolfo Walsh distribuía públicamente una carta a la Junta Militar que gobernaba el país denunciando ante el mundo el plan económico oligárquico que estaba siendo impuesto a sangre y fuego. Quisimos publicar ese testimonio de claridad política meridiana y coraje sin igual porque sigue iluminando oscuridades y a la vez constituye nuestro humilde homenaje a aquel hombre que decía: “Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante; y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra”. Ese hombre fue asesinado por una patota del grupo de tareas de la ESMA un día después de aquel hecho en la esquina de San Juan y Entre Ríos de Capital Federal.

A continuación publicamos una columna de opinión de Sabrina Yael Ríos donde se desarrollan las líneas centrales del programa económico liberal cuyos resultados económicos, productivos y sociales denuncia Walsh. El análisis profundo pero a la vez claro y sencillo abunda en datos duros que grafican contundentemente los efectos de dicha política sobre el trabajo.

Giuliana Sordo y Victoria Basualdo desarrollan en dos notas las estrechas relaciones entre las políticas económicas, laborales y represivas de la dictadura y las profundas transformaciones estructurales operadas durante la dictadura y sus consecuencias sobre los trabajadores.

Edgardo Massaroti, pese a autotitularse «jefe sindical retiro efectivo y sin manejo de tropa», demuestra que nunca se olvida lo que se ejerció con honesta pasión. Desentraña el carácter oligárquico del golpe y reivindica que aún en las peores condiciones la resistencia de los trabajadores no desapareció sino que adoptó nuevas formas. Recuerda que el carácter estructural de las reformas trajo consecuencias que perduran hasta hoy y reflexiona junto a las palabras de Pablo VI, sólo con justicia habrá paz.

A continuación reproducimos fragmentos de la nota publicada en la edición número 55 de la revista Mu, de junio de 2012 con el objetivo de recordar a hombres y mujeres que conocimos porque por nuestras calles transpiraron la pasión y el heroísmo necesario para intentar cambiar para mejor un mundo profundamente injusto.

Silvia Garnier describe con el sentimiento a flor de piel lo que fue el largo camino transcurrido desde que una carta anuncia la detención que luego se convertirá en desaparición de su hermano y su cuñada embarazada, hasta que 41 años más tarde la voz de Estela de Carlotto a través del teléfono anuncia que encontraron a Adriana, su sobrina, la Nieta 126. Sin grandilocuencias las palabras de Silvia dejan entrever el valor que para las víctimas y sus familiares han tenido las organizaciones de DDHH. Ese valor adopta una dimensión inconmensurable en el espacio social ya que fueron ellas, las organizaciones de DDHH con Madres, Abuelas y Familiares a la cabeza las que mantuvieron viva la memoria y el reclamo de verdad y justicia. Esa capacidad infinita de resiliencia hizo que durante muchos años la lucha fuera en soledad, o peor aún, con las instituciones de la República mirando para otro lado, mientras dejaban que el tiempo disimulara la vergüenza de la impunidad. En ese tiempo solo la solidaridad en la militancia política permitió procesar la crueldad levantando así un comportamiento ético que es ejemplo para toda la humanidad. No se registra ni un solo hecho de justicia por mano propia, y esto es verdaderamente valorable porque no siempre el poder judicial condenó lo condenable. Por el contrario, fueron muchos los procesos que dejaron un sabor más agrio que dulce. Aún así las víctimas reivindican orgullosamente el hecho de que se pueda revisar aquellos hechos con los derechos y garantías constitucionales que a ellos les negaron. Y hasta se permiten recordar con humor algunos episodios y por eso en «Humor como resistencia» reproducimos dos cuentos publicados en el libro «La Risa no se rinde» que fuera producido, editado y publicado por un conjunto de entrañables militantes detenidos y detenidas en las mazmorras de la dictadura.

Nos queda el sabor amargo de no haber podido llegar con una opinión que rescatará la decisión política fundacional de Raúl Alfonsín en tanto primer presidente constitucional de la democracia moderna y que en un contexto de enorme debilidad fue capaz de ordenar el juicio y castigo a los principales responsables de la tragedia argentina a partir del golpe del 76. Entre Ríos Plus invitó a varios dirigentes de la Unión Cívica Radical consustanciados con aquella valiosa etapa y lamentamos que distintas circunstancias impidieron a los mismos dejar testimonio en la presente edición especial.

“No pienso dejar mis convicciones en la puerta de la casa de gobierno” dijo Néstor Kirchner en su mensaje de asunción. Llegó asumiendo ser parte de una generación diezmada, y su gobierno fue una sucesión absolutamente coherente de un Estado que asumía su rol, que pedía perdón y que impulsaba fuertemente las transformaciones normativas para que la impunidad empezara a ser parte del pasado. Queremos recordar esa etapa fundamental con dos hechos totalmente disonantes en cabeza de la cúspide institucional de la Argentina, pero que representaron un quiebre rotundo con un pasado de miedos e hipocresías. Ahí están entonces los recuerdos de esos momentos tan vibrantes: el 24 de marzo de 2004, cuando Néstor Kirchner ordenó bajar del Colegio Militar los cuadros de los genocidas y horas más tarde recuperaba las instalaciones de la Esma para convertirla en un sitio de memoria.

Lucia Tejera desarrolla en primera persona las vivencias de haber participado como abogada de las víctimas en los principales juicios que se desarrollaron en los tribunales federales de nuestra provincia. Y por último el periodista Fabián Magnota, que llevó adelante una valiosísima investigación sobre los vuelos de la muerte sobre el delta entrerriano, adelanta lo que ya se está convirtiendo en el gran nuevo capítulo judicial que nos permita como sociedad saber qué pasó con nuestros desaparecidos.



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