Por la sequía, las lluvias en febrero acumulan en Entre Ríos apenas 25 de los 120 milímetros y estarán muy lejos del promedio. “La sequía no terminó”, dijo una especialista. Habría normalidad en marzo-abril.
A pesar de que febrero tuvo varias jornadas lluviosas en Entre Ríos, los niveles son absolutamente insuficientes y el pronóstico para lo que queda del mes indica que se ubicará muy debajo del promedio. Ana Wingeyer, ingeniera agrónoma, doctora en Ciencias del Suelo y responsable del área de agrometeorología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Paraná aseguró que «la sequía no terminó y todavía estamos por debajo de la cantidad de agua, aunque mejoró la perspectiva».
La investigadora del Departamento de Recursos Naturales y Gestión Ambiental de la estación experimental que tiene el organismo nacional en la ruta 11 cerca de Oro Verde ratificó los resultados que arrojaron a inicios de enero los modelos elaborados en el INTA. «El cambio a lo normal lo vamos a empezar a ver en marzo-abril. Será una transición con más humedad y mayor frecuencia de eventos de lluvia, pero sin grandes milimetrajes», indicó.
Unas 843.000 hectáreas de soja que fueron sembradas en Entre Ríos. De esta cifra, 572.750 (el 67,95% del total) se encuentran en regular o mal estado. El principal motivo es la sequía que afecta a la región, calificada como la peor de los últimos 60 años y precipitaciones por debajo de los registros normales.
Wingeyer explicó que la provincia llegó a una situación de sequía severa, incluso extrema en algunas zonas, que todavía no se ha revertido. «La cantidad de agua que hemos recibido no alcanza ni va a alcanzar a compensar lo que faltó. La intensidad del fenómeno La Niña se va diluyendo, pero de a poco, le cuesta irse», mencionó.
Sobre los pronósticos que indican lluvias normales en marzo y abril, la ingeniera señaló que su llegada «es importante, porque son los meses, junto con mayo, de recarga del perfil: es el momento en que el suelo empieza a llenarse del agua que queda disponible para el invierno», definió.
Para graficar la insuficiencia de las precipitaciones del mes, Wingeyer informó que este jueves se esperaba una acumulación de 40 milímetros en el área de Paraná y llovieron apenas cinco. «En febrero deberíamos recibir 120 milímetros y hasta ahora estamos alrededor de 25», precisó. Es apenas un 20 por ciento de lo esperado.
La investigadora en «cambio climático, estrategias de mitigación y adaptación» admitió que la persistencia de la sequía “sorprende” a las personas estudiosas del tema. «Es una anomalía. La cantidad de meses con precipitaciones muy inferiores al promedio no es normal y tampoco es común que vayan tres años de esta situación. Estamos casi 500 milímetros debajo de lo que debería haber llovido en un año», enumeró Wingeyer en diálogo con Uno.
El pronóstico tampoco es alentador, ya que no están anunciadas lluvias en la provincia por lo menos hasta finales de la semana que viene.
Grave realidad en el campo
El Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) reportó este jueves que hay un 75% del área de arroz en condición buena, 4% muy buena, 19% regular y 2% mala; el maíz 7% muy buena, 39% buena, 35% regular y 19% mala; y el sorgo 2% muy buena, 31% buena, 48% regular y 19% mala.
Sin embargo, la Federación Agraria local advirtió que «vivimos una situación que supera todos los límites sin agua y pasto en el norte entrerriano». Un dirigente de la entidad y productor, José María Varangot, contó que los montes en el norte entrerriano «están pelados». Dijo que «no queda nada de pasto y agua, los tajamares y arroyos se han secado».
Según el relato del chacarero, «no se puede mover la hacienda por la pobrísima condición corporal de los animales y los rindes promedios en los tambos bajaron un 50%».
Su diagnóstico coincide con el último informe de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías de la Secretaría de Agricultura de la Nación, según el cual en enero empeoraron las condiciones en el Litoral y Entre Ríos, entre otras provincias, sufre «una intensa afectación en rendimiento de cultivos y ganadería, cítricos y horticultura» desde hace 15 meses.
Anomalías negativas
A nivel nacional, el monitoreo arrojó que hay 8.045.078 hectáreas de cultivos y 604.737 hogares «afectados» por la falta de lluvias.
En cuanto a los índices de vegetación, el informe detectó «una leve mejora en las áreas más afectadas, pero al mismo tiempo se sostiene un mes más de anomalías negativas» con registros bajos en Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, entre otras zonas.
«Las condiciones de sequía están impactando fuertemente sobre los sistemas ganaderos, incluyendo problemas para el abastecimiento de bebida animal, mala condición corporal y merma en forrajes. Se observó mortandad animal por aparición de plagas en alfalfa. La horticultura también se vio fuertemente afectada. En la actividad agrícola se observan fuertes mermas en rendimiento, demoras y disminución del área final sembrada con maíz y soja», concluyó el reporte de la Mesa Nacional de Sequías.