Francisco homenajeó al Padre Mugica asesinado hace 50 años e instó a “tener un diálogo inteligente con el Estado y con la sociedad”.
Mediante una carta, el Papa Francisco pidió terminar con la grieta en la Argentina y dijo que el padre Carlos Mugica “nos interpela a luchar ante todo tipo de injusticia”. Fue en el marco del 50° aniversario del asesinato del cura villero.
“El padre Carlos alienta aún hoy a que en cada barrio se fortalezca una comunidad que se organiza para acompañar la vida de nuestro pueblo y nos interpela a luchar ante todo tipo de injusticia, a tener un diálogo inteligente con el Estado y con la sociedad”, remarcó el Sumo Pontífice.
“Él nos enseña a no dejarnos arrastrar por la colonización ideológica, ni por la cultura de la indiferencia. Pidamos al Señor que los principios de la doctrina social de la Iglesia fructifiquen en nuestras comunidades, y, a través de ellas, en toda la vida social”.
“Que todos podamos buscar lugares de integración descartando la descalificación del otro. Que la grieta se termine, no con silencios y complicidades, sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión”, remarcó Francisco.
Carlos Mugica, el primer cura asesinado durante la dictadura
Carlos Mugica fue un sacerdote católico y activista social argentino, nacido el 7 de octubre de 1930 en Buenos Aires. Se destacó por su compromiso con los sectores más pobres y su lucha por la justicia social. Mugica se involucró activamente en movimientos populares y en la defensa de los derechos humanos durante un período de gran agitación política en Argentina.
Mugica fue ordenado sacerdote en 1955 y posteriormente se unió al Movimiento de Sacerdotes para la organización social Tercer Mundo. Se convirtió en una figura importante en las villas miserias de Buenos Aires, donde trabajó incansablemente en la promoción de la educación, la vivienda y otros derechos básicos para los residentes de estos barrios marginales.
El 11 de mayo de 1974, Carlos Mugica fue asesinado a tiros frente a la Iglesia de San Francisco Solano, en el barrio de Villa Luro, en Buenos Aires. Su asesinato fue perpetrado por un grupo de ultraderechistas vinculados a la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), una organización paramilitar responsable de numerosos crímenes políticos durante esa época.
Fuente: TN