En su homilía, el pontífice pidió llevar los ejemplos de Jesús «a la vida cotidiana: con gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra»; fue al participar de la Vigilia de Pascua en la Basílica de San Pedro.
El papa Francisco pidió este sábado «gestos de paz» en medio de «los horrores de la guerra», al participar de la Vigilia de Pascua en la Basílica de San Pedro, en la que el pontífice leyó la homilía pero no presidió la ceremonia para limitar los movimientos de su rodilla derecha, en donde arrastra un dolor hace semanas.
En su homilía, el pontífice pidió llevar los ejemplos de Jesús «a la vida cotidiana: con gestos de paz en este tiempo marcado por los horrores de la guerra».
«Con obras de reconciliación en las relaciones rotas y de compasión hacia los necesitados; con acciones de justicia en medio de las desigualdades y de verdad en medio de las mentiras. Y, sobre todo, con obras de amor y de fraternidad», agregó Francisco en el mensaje que leyó en la Basílica vaticana durante la ceremonia, que fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re.
«Muchos escritores han evocado la belleza de las noches, iluminadas por las estrellas. Las noches de la guerra, en cambio, están surcadas por luminosas estelas de muerte», criticó Jorge Bergoglio al leer su homilía frente a unos 5.500 fieles, según estimaciones del Vaticano.
Antes de la celebración, Francisco se reunió «brevemente» con el alcalde de la ciudad ucraniana de Melitopol, Ivan Fedorov, y con tres parlamentarios del país, informó a Télam el vocero papal Matteo Bruni.
Fedorov y los parlamentarios había acompañado hoy al embajador ucraniano ante la Santa Sede, Andrii Yurash, a un encuentro con el secretario de Estado vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, para mostrar el «aprecio» de su país por la decisión de la Santa Sede de cambiar un texto que se leyó en el Vía Crucis de ayer que tenía referencias al conflicto que habían generado críticas de Kiev.
En particular, Ucrania se había molestado porque una mujer ucraniana y una rusa, que llevaron juntas la cruz en una de las estaciones, iban a leer un largo texto con referencias a la guerra y a la reconciliación entre los pueblos de las dos naciones.
Aunque mantuvo que ambas mujeres llevasen la cruz, el Vaticano cambió finalmente la meditación que debía leerse en este momento y optó por sustituirla por una oración que rezó que «ante la muerte, el silencio es la más elocuente de las palabras» y convocó a «que cada uno, en su corazón, rece por la paz en el mundo».
Yurash y la delegación también presentaron al Vaticano «muchos detalles de la guerra», según anunció el embajador vía Twitter.
El intendente y los legisladores además estuvieron presentes en la Vigilia en la Basílica y, en un momento no esperado, el Papa se dirigió a ellos y les dio «coraje».
«En esta oscuridad que viven, señor intendente, legisladores, la oscuridad de la guerra, de la crueldad, todos rezamos por ustedes y con ustedes. Rezamos por tanto sufrimiento. Nosotros solo podemos darles nuestra compañía, nuestra oración, y decirles: coraje», planteó Francisco. Luego, en ucraniano, les dijo «Jesús resucitó».
El trasfondo de la relación Santa Sede-Ucrania pasa además por el rechazo de Kiev a una eventual reunión entre el Papa y el Patriarca Ortodoxo ruso Cirilo, considerado un aliado del presidente Vladimir Putin, y con quien Bergoglio ya se vio en enero de 2016 en el primer encuentro entre un pontífice y un líder ortodoxo en casi 1.000 años.
Según fuentes vaticanas consultadas por Télam, la reunión de los máximos líderes católicos y ortodoxos podría darse el 14 de junio en Jerusalén, una hipótesis rechazada por Ucrania, que considera el eventual encuentro un acercamiento muy grande del pontífice a un Cirilo que ha defendido la invasión al calificarla como una «guerra justa», en oposición a la postura de la Santa Sede.
Si bien hasta esta mañana el Vaticano anunciaba que el pontífice presidiría la celebración, finalmente el Papa se limitó a la lectura de la homilía, sentado, para reducir al máximo sus desplazamientos para mejorar la recuperación de su rodilla derecha, en donde un dolor en los meniscos le dificulta caminar con normalidad hace semanas.
En la celebración de esta tarde, el Papa planteó que no se puede tener la Pascua «si seguimos permaneciendo en la muerte; si seguimos siendo prisioneros del pasado».
«Un cristianismo que busca al Señor entre las reliquias del pasado y lo encierra en la tumba del hábito es un cristianismo sin Pascua», planteó Francisco en la que fue la primera Vigilia de Pascua con público desde 2019, tras la suspensión de la presencia de fieles durante la pandemia.
«¡Qué hermosa es una Iglesia que corre por las calles del mundo sin miedo, sin tacticismos y sin oportunismos; sólo con el deseo de llevar a todos la alegría del Evangelio», planteó luego el Papa, en un mensaje dirigido puertas adentro de la Curia romana.
«Resucitemos a Jesús, el Viviente, de los sepulcros en que lo hemos encerrado; liberémoslo de las formalidades en las que muchas veces lo hemos aprisionado; despertémonos del sueño de la vida tranquila en que a veces lo hemos acostado, para que no moleste ni incomode más», agregó Jorge Bergoglio, de 85 años, al leer el texto.
La celebración de hoy coincidió además con el cumpleaños 95 del Papa emérito Benedicto XVI, quien desde su renuncia en 2013 vive dentro de un monasterio en los Jardines Vaticanos.
Según informó la oficina de Prensa de la Santa Sede, Francisco visitó el miércoles a Joseph Ratzinger y tuvieron una «breve y afectuosa conversación» tras la que rezaron juntos.
Tras la Vigilia de hoy, Francisco tiene previsto encabezar mañana la misa del denominado día de la Resurrección desde las 10 locales (5 de Argentina) y luego, al mediodía, impartirá desde la Basílica de San Pedro la bendición Urbi et Orbi (A Roma y al mundo), en la que se referirá a los distintos conflictos abiertos a nivel mundial.
EFE