El Papa en la Vigilia Pascual instó a encontrar a Jesús en pobres y marginados

«Jesús comenzó su misión dirigiendo su anuncio a los que bregan por la vida de cada día, a los excluidos, a los frágiles, a los pobres», destacó el Pontífice durante la ceremonia de la Vigilia Pascual.

El Papa Francisco advirtió hoy que muchos viven la fe como si Jesús fuera un «personaje del pasado» e instó a encontrarlo sobre todo en los pobres y en los marginados.

«Jesús comenzó su misión dirigiendo su anuncio a los que bregan por la vida de cada día, a los excluidos, a los frágiles, a los pobres», destacó el Pontífice durante la ceremonia de la Vigilia Pascual, celebrada en la basílica de San Pedro, en la que los católicos esperan la Resurrección de Jesús.

En su homilía, el Papa reflexionó sobre el significado de ser cristianos y señaló que los seguidores de Cristo deben buscar «incansablemente a quien está desanimado o perdido» y desplazarse si hace falta «hasta los mismos límites de la existencia» porque a los ojos de Cristo «nadie es último, nadie está excluido».

El Papa instó a los fieles a estar presentes como Jesús en «la vida cotidiana» en «las calles» y «los rincones» de las ciudades.

En este sentido, pidió alejarse de la «pureza ritual» y encontrar a «Cristo resucitado en los pobres y en los marginados».

«El Señor nos precede y se hace presente, precisamente en la vida de los que pasan a nuestro lado y comparten con nosotros el tiempo, el hogar, el trabajo, las dificultades y las esperanzas», acotó.

Para el Papa, Galilea es el «lugar más lejano, en esa región compleja y variopinta viven los que están más alejados de la pureza ritual de Jerusalén» y «es allí donde el Resucitado pide a sus seguidores que vayan, también hoy».

Por otro lado, arremetió contra la fe que está «hecha de costumbres, de cosas del pasado, de hermosos recuerdos de la infancia», que ya «no conmueve», ni «interpela», según reseñó la agencia DPA.

«Muchos viven la fe de los recuerdos», como si Jesús fuera un personaje del pasado, un amigo de la juventud ya lejano», se lamentó.

Frente a esto destacó que para que la fe «esté viva» debe ponerse «de nuevo en camino» y confiar «sin la presunción de saberlo ya todo, sino con la humildad de quien se deja sorprender por los caminos de Dios».

«Dios no puede ser depositado entre los recuerdos de la infancia, sino que está vivo, siempre sorprende», afirmó.

Francisco invitó a «sobrepasar las barreras» y «superar los prejuicios» para encontrar a Cristo resucitado en los rostros entusiastas «de los que sueñan» y en «la resignación de los que están desanimados, en las sonrisas de los que se alegran y en las lágrimas de los que sufren».



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