El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró levemente su pronóstico de crecimiento económico sobre la Argentina, aunque se ubica por debajo de los cálculos oficiales del gobierno.
Además, la economista jefe del organismo, Gita Gopinath, dijo que «las expectativas de inflación están desancladas, en parte por la dependencia del financiamiento monetario en la Argentina». «Seguimos trabajando con el gobierno argentino para lograr un crecimiento sostenido», expresó en una conferencia de prensa en la que presentó sus nuevos pronósticos sobre la economía mundial.
El Gobierno prevé una inflación del 45% este año y del 33% el próximo, pero los analistas privados creen que estas cifras llegarán al 48 y 46 por ciento, respectivamente; algunos se estiran hasta un 55-60 por ciento en 2022, cuando aumenten las tarifas y se acelere la devaluación del tipo de cambio oficial, publicó Infobae. Cabe recordar que previamente, el equipo económico había estimado que la suba de precios de este año sería del 29% en 2021, una cifra que ya fue superada en los primeros 10 meses del año.
En cuanto al PBI, en junio último el organismo multilateral estimó que el país crecería 6,4% este año y 2,4% el próximo, pero en el informe de perspectivas económicas difundido hoy estiró esas cifras al 7,5% y el 2,5%, respectivamente. De todos modos, las proyecciones se ubican por debajo de las estimaciones del Gobierno, que prevé que el país crezca 8% y 4%, respectivamente. El organismo estimó que el PBI global aumentará 5,9% este año y 4,9% el próximo.
A su vez, el Banco Mundial estimó que el crecimiento del país sería del 7,5% este año y 2,6% el próximo. En tanto, los analistas privados calculan que el crecimiento será del 6,5% este año y del 2,5% tanto en 2022 como en 2023, según el último informe de FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus
La actualización forma parte del World Economic Outlook (WEO) difundido en Washington, en el inicio de la asamblea anual conjunta de ese organismo y del Banco Mundial. Allí se proyectó que el país crecería 1,8% en 2026.
Por otro lado, el staff del Fondo proyectó que el desempleo, del 11,6% en 2020, subirá 10% este año y al 9,2% en 2022, en sintonía con la falta de crecimiento del empleo en el sector privado en la última década, sobre todo en el sector registrado.
En cambio, se mantiene la estrategia de no publicar en el WEO las cifras de inflación del país, tras la larga manipulación a las estadísticas públicas registrada entre 2007 y 2015 y por las negociaciones pendiente en torno de un nuevo acuerdo para refinanciar por 10 años la deuda de USD 45.000 millones del país.
“En el caso de Argentina, las variables fiscales y de inflación se excluyen de la publicación para 2021-26, ya que están en gran medida vinculadas a las negociaciones del programa aún pendientes. El índice de precios al consumo (IPC) nacional oficial de Argentina comienza en diciembre de 2016. Para períodos anteriores, los datos del IPC para Argentina reflejan el IPC del Gran Buenos Aires (antes de diciembre de 2013), el IPCNu nacional (diciembre de 2013 a octubre de 2015), el IPC de la Ciudad de Buenos Aires (noviembre de 2015 a abril de 2016) y el IPC del Gran Buenos Aires (mayo de 2016 a diciembre de 2016)”, se expresó en el estudio.
“Dada la limitada comparabilidad de estas series debido a las diferencias en la cobertura geográfica, las ponderaciones, el muestreo y la metodología, la inflación promedio del IPC para 2014-16 y la inflación de fin de período para 2015-16 no se informan en el informe WEO de octubre de 2021″, explica el informe. Cabe recordar que en 2016 el FMI levantó una sanción que pesaba sobre el país por la falta de confianza sobre sus estadísticas públicas.
Dudas sobre la recuperación global
El informe del WEO, dirigido por Gopinath, se denomina “Recuperación durante una pandemia: Preocupaciones sanitarias, interrupciones del suministro y la presión de los precios”. Las proyecciones del organismo muestran que la recuperación argentina en 2022 estará entre las más débiles de América del Sur, salvo por la fuerte recesión que seguirá azotando a Venezuela y el tenue rebote de Brasil.
Allí se advierte que “la recuperación mundial continúa, pero el impulso se ha debilitado, por la pandemia. Impulsada por la variante Delta, altamente transmisible, el número de víctimas mortales de COVID-19 registrado en todo el mundo se ha acercado a los 5 millones y los riesgos para la salud abundan, lo que frena la plena vuelta a la normalidad”.
“Los brotes pandémicos en eslabones críticos de las cadenas de suministro mundiales han provocado interrupciones del suministro más largas de lo previsto, alimentando aún más la inflación en muchos países”.
“Los riesgos para las perspectivas económicas han aumentado, y los compromisos políticos se han vuelto más complejos”.
“En comparación con nuestras previsiones de julio, la proyección de crecimiento mundial para 2021 se ha revisado ligeramente a la baja, hasta el 5,9%, y se mantiene sin cambios para 2022, en el 4,9%. Sin embargo, esta modesta revisión general oculta grandes rebajas para algunos países”.
En este sentido, el WEO afirmó que “las perspectivas para el grupo de países en desarrollo de bajos ingresos se han oscurecido considerablemente debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia”.
“La rebaja también refleja unas perspectivas más difíciles a corto plazo para el grupo de economías avanzadas, en parte debido a las interrupciones de la oferta. Para contrarrestar parcialmente estos cambios, se han mejorado las previsiones de algunos exportadores de materias primas gracias al aumento de los precios de las mismas”.
“Las perturbaciones relacionadas con la pandemia en los sectores de gran intensidad de contactos han hecho que la recuperación del mercado laboral se retrase considerablemente con respecto a la recuperación de la producción en la mayoría de los países. La peligrosa divergencia de las perspectivas económicas entre los países sigue siendo una gran preocupación”, señaló el WEO, que no deja lugar para demasiado optimismo.