El día de la Memoria por la verdad y la Justicia tuvo su emotivo acto en Enrique Carbó

El 24 de Marzo se realizó el acto, por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Encabezado por el Presidente Municipal Dr. Rodolfo Romero, autoridades, público en general que acompañaron en la Pista de la Salud.

Agradecemos la presencia de las banderas de ceremonias de las escuelas locales, y al taller de folclore que hizo su primera presentación.

El Presidente Municipal Dr. Rodolfo Romero, junto al Vice intendente Raúl Costa, descubrieron un mural en homenaje a la fecha.

Luego de finalizado el acto se realizó un encuentro de artistas, con servicio de cantina a cargo de la cooperadora de la escuela primaria «Luis Doello Jurado»

Compartimos las palabras alusivas.

24 DE MARZO 1976-24 DE MARZO 2023

Una fecha que debemos mantener vigente para no perder la memoria. Para recordar y conmemorar acontecimientos de los más tristes de nuestra historia para que nunca más vuelvan a suceder.

Estas palabras están dirigidas más que nada para las nuevas generaciones. Para los jóvenes de hoy, a los cuales les resulta muy normal poder circular por las calles libremente; o salir a divertirse a bares o boliches; o expresarse abiertamente en público o en las redes sociales. Aquellos nacidos en democracia, a los que, tal vez, la palabra “dictadura” les suene como algo que sucedió en un pasado lejano. Tan solo 47 años nos separan del inicio de un período oscuro; del más horroroso y despiadado gobierno militar.

A ellos quiero contarles que el Terrorismo de Estado no solo operó contra aquellos sectores que se mostraban opositores o disidentes del poder del gobierno militar, sino que arrasaron con todo. La violencia escaló a niveles extremos. El control se hizo omnipresente, reprimiendo cualquier acto que fuese percibido como “subversivo”. Y prácticamente, cualquier cosa que no estuviese dentro de los cánones de la disciplina militar era asumido como tal y era corregido violentamente por las fuerzas de seguridad: tal actitud regía en las formas de vestirse, de peinarse, de hablar. Reprimieron la libertad de reunión, de opinión, de prensa y hasta la libertad de pensar. La gente no se sentía a salvo ni siquiera estando sola con sus propios pensamientos. Estaba prohibido preguntar, divertirse y hasta amar. Se sabía que la mano venía dura para cualquier persona que quisiera pensar o sentirse libre.

La violencia institucional no solo era para activistas políticos, opositores, sindicalistas y estudiantes; era general. La dictadura no tenía filtros. No los tenía porque no quería; no le servía. La dictadura necesitaba que la gente tenga miedo, pánico. Porque el miedo reprime, condiciona, paraliza. Porque un pueblo sumiso es más fácil de someter a condiciones de vida humillantes. Un pueblo sumiso se pone de rodillas, agacha la cabeza, hace silencio, es obediente. Un pueblo sumiso no se opone ante programas económicos de vaciamiento; no se levanta a la explotación del pueblo en beneficio de intereses privados y extranjeros; no se niega a la toma de empréstitos esclavizantes. No puede, porque está desmoralizado, no tiene ánimos, no tiene fuerzas.

Los medios utilizados para conseguir sus objetivos fueron aberrantes. Lo hicieron a través de un plan sistemático de secuestros y detenciones, seguidos de las más sádicas torturas en llamados centros clandestinos, donde los “desaparecidos” permanecían por tiempo indeterminado. Quienes ingresaban ahí conocían el infierno. No todos salían con vida; y quienes lo hacían, eran perseguidos por fantasmas hasta el fin de sus días. Escuchar los testimonios de los sobrevivientes es realmente escalofriante, no estoy exagerando. Por eso, es que hoy no es un día cualquiera:

24 de Marzo, se conmemora el calvario que debieron soportar miles y miles de personas que cayeron en manos del Terrorismo de Estado.

Se reivindica a las Madres de Plaza de Mayo, que son un ejemplo de lucha, resistencia y perseverancia.

Es un día para reflexionar acerca de nuestro pasado, y convertirnos en constructores de nuestro futuro. Sin hacer leña del árbol caído, sino sembrando memoria y conciencia.

Recordamos para no olvidar a aquellos 30.000 desaparecidos.

Recordamos para que no vuelva a suceder Nunca Más.

Profesor: Nicolás Juarez.



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