Podemos decir con orgullo institucional que desde hace 30 años tenemos las puertas abiertas de nuestra oficina para toda la comunidad. Estamos hechos de historias y situaciones que nos fueron moldeando como organización. Nacimos con la inclusión del derecho a un ambiente sano y la responsabilidad con las generaciones futuras, como dice el artículo 41 de la constitución reformada ese año.
Nuestra relación con los recuperadores de residuos, los llamados “cirujas”, marcó nuestro origen y ADN, comprometiéndonos con la Educación Ambiental y el reconocimiento formal de estos “profesionales del cuidado” en toda la provincia. Hoy, con enorme satisfacción, concluimos la primer Diplomatura sobre Economía Circular y Reciclaje Inclusivo en articulación con la UTN.
Tuvimos la oportunidad a partir de enero del 96, año que nos marcó a fuego políticamente, de defender el Río Paraná del proyecto de represarlo, en plena época de la globalización y la emergencia del neoliberalismo. A partir de ese momento sellamos nuestro compromiso con el territorio entrerriano, tierra de agua, con su gente y su diversidad biológica, cultural e identitaria. Hoy caminamos junto a Cuidadores de la Casa Común promoviendo el turismo comunitario en nuestros humedales.
Tres décadas de aprendizajes, conocimientos y experiencias compartidas con otras organizaciones públicas, privadas, empresas y medios de comunicación nos permiten compartir la alegría de nuestro recorrido poniendo en juego los valores que nos identifican: responsabilidad, solidaridad y creatividad.
Hoy el panorama del Planeta Tierra, nuestra Casa común, es bien complejo e incierto. La pobreza azota miles de millones de personas, la crisis climática, la pérdida de diversidad de especies y la contaminación nos exigen una mayor capacidad de hacer y practicar la Democracia Ambiental, promoviendo una mirada crítica acerca del tiempo que nos toca vivir, una participación y organización comunitaria resiliente y a la vez incubar la esperanza, la utopía de que un mundo más humano y compasivo es posible. La gurisada se lo merece, tienen el derecho a satisfacer sus necesidades y ser felices.
Seguimos caminando, aprendiendo a caminar con otres, incidiendo en las agendas socioambientales y en los escenarios por venir. Gracias, gracias a quienes nos apoyan y confían en nosotres. Felicidades y hasta el año que viene.