Dos científicas argentinas colaboraron con el caso de la paciente curada de VIH

Natalia Laufer y Gabriela Turk son dos científicas que colaboraron con la investigación de la mujer que logró curarse de VIH.

En los últimos días, se conoció una investigación de una paciente argentina que tuvo VIH y se fue recuperando sin utilizar fármacos antirretrovirales. La noticia del caso de la paciente “Esperanza” -el nombre con el que ella quiso darse a conocer- tuvo amplia repercusión por tratarse de la segunda persona (la primera fue otra mujer en San Francisco) que logra naturalmente lo que se denomina una “cura esterilizante” del VIH.

Dos de las autoras principales del estudio también son argentinas. VIH son investigadoras del Conicet que trabajaron en colaboración con especialistas de Estados Unidos. Ambas contaron la historia de este ejemplo exitoso de trabajo que marcó un hito en la lucha contra esta enfermedad.

Gabriela Turk, bióloga, doctora de la UBA e investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS) señala que “tras examinar 1500 millones de células confirmaron que la infección existió en la paciente, pero el virus no tiene la capacidad de replicarse. El VIH ingresó a su organismo y tuvo, en algún momento, una replicación, pero ya no.”

Esto se explica a partir del funcionamiento de su sistema inmune. Turk afirma que son casos extremadamente raros, pero es de esperar que en los próximos años aparezcan más.

Ambas llegaron al “caso Esperanza” en 2016 durante un Simposio de la Fundación Huésped después de que presentamos casos de personas que lograban controlar la enfermedad sin medicación se nos acercó un médico a contarnos la historia de esta paciente de la que él tenía dudas sobre si estaba infectada.

A partir de ahí comenzaron a investigar y, si bien tenía algunas características particulares, determinaron que el diagnóstico era positivo. Al principio fue un shock para ella la confirmación. Pero una vez que lo asimiló se puso a disposición para que podamos estudiar el caso. Es importante destacar el compromiso de ella frente a la investigación que sigue vigente hasta hoy.

En 2019, las investigadoras del Conicet iniciaron una colaboración con Yu Xu, la médica del Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts (Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts), que se especializaba en la evaluación de casos de controladores de elite y que había reportado el único antecedente inmediato: la paciente de San Francisco. El caso había sido difundido en 2020 por la revista Nature y correspondía a una persona que, de la misma manera que la paciente de Esperanza, pese a tener un diagnóstico de VIH, había eliminado al virus de su organismo.

Durante ese mismo tiempo, Esperanza tuvo un bebé y dio placenta necesaria para aislar unas 450 millones de células que sumadas a otras 3.000 millones que obtuvimos de sangre periférica se enviaron a Estados Unidos para evaluar los reservorios.

Lo que encontraron fueron solo siete copias del virus defectivo, esto significa que ese virus no tiene capacidad de infectar ni de generar un virus infectivo. Además se hizo un estudio a ver si se podía obtener virus viable (infectivo) a través de las células de esta paciente y dio negativo.

Más allá de señalar estos casos como “excepcionales”, Turk afirma que “mucha investigación está dedicada hoy a encontrar la cura, pero todavía no existe”.

FUENTE: Cien Radios



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