Bajo la pantalla de comunidad religiosa denominada «Filadelfia», se dedicaba a la trata de personas, lavado de dinero, delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y contra la vida. Rescataron 69 víctimas.
Tras intensas tareas de investigación criminal por parte de
la Policía Federal Argentina, y con el apoyo operativo de 250 trabajadoras y
trabajadores de la Gendarmería Nacional, ambas fuerzas lograron desbaratar a
una organización criminal que, liderada por una mujer conocida como «La
Tía Eva» y bajo la pantalla de una comunidad religiosa denominada
«Filadelfia», se dedicaba a la trata de personas, lavado de dinero,
delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y
contra la vida.
El operativo, desplegado durante la madrugada, finalizó con siete detenidos y
el rescate de 69 víctimas. En total, se realizaron 23 allanamientos en las
provincias de Buenos Aires, Salta, Tucumán, Mendoza, Neuquén y Entre Ríos (uno
de los procedimientos se hizo en Paraná)
En una conferencia de prensa brindada por las autoridades de
esta Cartera, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, destacó
«el trabajo profesional, pormenorizado y sigiloso que realizaron las
fuerzas» en auxilio de la Justicia y remarcó que dicho trabajo «no
despertó las sospechas de nadie, por lo que se consiguió ingresar a los lugares
y desbaratar la organización». Tras ello, Frederic subrayó: «Esta es
nuestra gestión: reforzar la investigación y el análisis criminal e ir hacia el
desbaratamiento de grandes organizaciones para no dejar que este tipo de
delitos se sigan cometiendo en Argentina».
Según surge de la investigación, entre los delitos registrados,
las y los miembros de la «comunidad» sustraían menores a sus padres
biológicos para inscribirlos luego como hijos de varias mujeres de la
organización. Además, se pudo establecer que la organización cometió
instigación al suicidio al haber inducido a la muerte a un joven que se había
reconocido como homosexual, hecho por el que sufrió permanentes hostigamientos
y agresiones que finalizaron con su muerte. Siempre bajo «la palabra
divina», el joven había sido obligado a desnudarse públicamente, fue
golpeado y sufrió agresiones físicas (como arrojarle baldes de agua fría),
entre otras atrocidades.
La investigación
A raíz de un operativo realizado en 2019 por la Policía de la Provincia de
Buenos Aires, se inició una exhaustiva investigación que, en aquel momento,
concluyó con varios allanamientos por los delitos de trata de personas y lavado
de dinero. En ese entonces, se comprobó que la organización criminal operaba
con un minucioso sistema de captación de personas para, posteriormente,
explotarlas laboralmente y someterlas a la servidumbre.
El personal de GNA y de PFA, junto con el
Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Número 3 de Morón, a cargo del
Dr. Juan Pablo Barral, secretaría Número 9 de la Dra. Mariana Sioli, continuó
con la pesquisa a partir de reiteradas denuncias que realizaron las víctimas y
detectaron que aquella organización criminal, además de los delitos ya
mencionados, también era responsable de otros graves crímenes.
El grupo, oculto bajo una presunta vocación
religiosa, comenzó sus actividades en el país entre 1972 y 1973 y estaba
liderado por «la Tía Eva» y dos cómplices a quienes se las acusa,
hasta ahora, de dos abusos sexuales (en el marco de acciones «religiosas»
con el objetivo de «evitar el pecado») contra, por lo menos, un
menor. Dado su forma de actuar y el modus operandi, este tipo de hechos se
fueron reiterando a lo largo de los años.
Con un «templo» principal emplazado
en el Gran Buenos Aires y «anexos» en varias provincias y, según se
presume y aún se investiga, en Brasil y Paraguay, captaban personas en
distintas partes del país. Centralmente,
esas captaciones eran realizadas sobre niñas y niños en situaciones de pobreza
y vulnerabilidad. Bajo una «persuasión coercitiva» les hacían creer
que la líder de la organización era una persona con un poder supraterrenal. Una
vez cooptados, eran obligadas y obligados a vivir en condiciones deplorables,
carentes de higiene y con una alimentación degradante. Las y los cooptados no
se podían comunicar con sus familias, no se les permitía ir a la escuela y
quedaban, además, sin su documentación personal. También eran obligados a
trabajar en una panificadora que poseía la organización.
El caso
Tras la investigación que pudo establecer esta sucesión de delitos, en la
madrugada de este martes la Policía Federal Argentina y la Gendarmería
Nacional realizaron los 23 allanamientos en las sedes que la
organización tenía en todo el país y en propiedades vinculadas al grupo
criminal, tras lo que se labraron 10 órdenes de detención para las y los
integrantes del núcleo duro del grupo, incluyendo a quienes estaban prófugos
desde el año pasado. Entre los detenidos figuran seis miembros de la primera
línea de la organización criminal.
Hasta el momento, las 69 personas rescatadas
están siendo entrevistadas y asistidas por el personal del Programa Nacional de
Rescate y Acompañamiento, de modo de recabar más información, que será de vital
importancia para el desarrollo de la causa judicial.
Por otro lado, y en el marco de la misma causa,
se dio la orden de dar de baja en el registro de cultos a esta organización y
se informó de la situación a las autoridades de Brasil y Paraguay, donde se
presume que existen sedes de este grupo.
FUENTE: Elonce.com